El Volvo S60 experimenta un notable salto de calidad, tanto en presencia exterior como al volante. Aunque mantiene las dimensiones idénticas (se mueve en la liga de los Audi A4 y BMW Serie 3) ha ganado en empaque gracias a la nueva parrilla delantera con faros y rejilla mucho más alargados, nervios más marcados y luces diurnas horizontales. Las formas son también más limpias en la zaga, donde destaca la línea LED que enmarca a los pilotos y las versiones más deportivas cuentan con doble salida de escape. Pese a llevar solo tres años en el mercado, el S60 experimenta un profundo cambio en el interior, donde se descubre un cuadro de mandos completamente renovado que hereda la pantalla TFT (opcional en el nivel básico, de serie en el resto) que estrenó el Volvo V40. En ella se puede variar la iluminación y el tipo de información, además de ver la marcha más adecuada para consumir menos. Todo con gráficos grandes y de fácil lectura. Permanece invariable la consola central con una pantalla demasiado pequeña, igual que algunos botones. No acaban aquí las novedades del interior del Volvo, pues también estrena un sistema multimedia denominado 'Sensus Connected Touch' con el que el conductor tiene conexión a Internet, manejo de aplicaciones como 'Spotify' y la creación de una red WiFi en el interior del nuevo S60.
Un sueco que incorpora ayudas a la conducción en su equipamiento como el asistente de luces largas, el sistema de frenado automático en caso de colisión (funciona hasta 50 km/h) o el dispositivo de reconocimiento de señales que avisa (por ejemplo) del límite de velocidad en la vía por donde se esté circulando. Ocho opciones mecánicas componen la gama del Volvo S60. En gasolina hay dos variantes: 'T4' de 190CV y 'T5' de 245CV. Defienden las ventas diésel cuatro variantes: 'D2' de 120CV, 'D3' de 150CV, 'D4' de 190CV y 'D5' de 225CV. Según la motorización, está disponible un cambio manual de seis velocidades o un automático 'Powershift'. Su comportamiento es más deportivo que confortable. Todo eso se debe a un chasis duro como jamás se ha sentido antes en un Volvo, algo de lo que uno se da cuenta al pasar por el primer badén. La suspensión es tan firme que las sacudidas dentro del habitáculo son demasiado evidentes. El tacto de la dirección no frena el ímpetu: tiene un 'feeling' bastante firme, algo que gusta cuando se circula rápido en autovías, pero que hace torcer el gesto cuando hay que aparcar o maniobrar. Por su parte, del cambio automático no hay queja. Es tan rápido en sus transiciones como confortable en su funcionamiento.
Lejos de los enormes SUV de hace diez años, los usuarios siguen buscando una imagen campera para su vehículo. Con esta premisa, en el Salón de Detroit de 2015 se presentó el Volvo S60 Cross Country. Hasta ahora, los todocaminos derivados de turismo se basaban en versiones familiares, como el Seat León X-Perience o el Volkswagen Passat AllTrack. Sin embargo, Volvo le da una vuelta de rosca a este nicho de mercado creando este modelo a partir de la berlina, el Volvo S60. No es la primera vez que se adelantan al resto ya que fue Volvo la precursora en el año 1997, del concepto 'familiar-campero' de tracción integral con el Volvo V70 Cross Country y que, a lo largo de los años, se ha hecho su propio hueco pasando a llamarse, en la última década, Volvo XC70. El Volvo S60 Cross Country es un S60 normal al que se le ha incrementado la altura en 6,5 centímetros y se le han añadido una serie de plásticos para darle un look diferente. En el exterior llama la atención las grandes llantas de 18 pulgadas con acabado negro brillante pero que no serán muy útiles en cuanto se salga del asfalto, dado su perfil. En cuanto a las motorizaciones, se puede optar por una variante gasolina y una diésel. La primera opción es el propulsor 'T5' de cuatro cilindros, sobrealimentado, que rinde 245CV. Por su parte, la mecánica de gasóleo es un cuatro cilindros turbo 'D4', con arquitectura 'Drive-E', que entrega 190CV. Las versiones de tracción total están asociadas a un cambio automático 'Geartronic'. El 'D4', de dos ruedas motrices, cuenta con una caja manual de seis relaciones.
Si se busca una versión más deportiva, esta vez Volvo ofrece en España las versiones 'Polestar' del S60. Volvo ha decidido cambiar de motor, dejando de lado el propulsor V6 de tres litros turbo de 350CV e incorporando el nuevo motor 'Drive-E' de cuatro cilindros sobrealimentado, de dos litros y 367CV. Más potencia y menos consumo, justo lo que necesitaban algunos países como España. El par de esta mecánica se reduce ligeramente respecto al seis cilindros, quedándose en 470 Nm. Esta nueva mecánica está asociada a una caja de cambios automática de ocho velocidades con levas en el volante, mientras que la potencia se envía a las cuatro ruedas para conseguir un excelente nivel de tracción. Las prestaciones son más que buenas, mejores que las del modelo anterior: acelera de cero a cien en 4,7 segundos, mientras que la velocidad máxima se queda limitada de manera electrónica a 250 km/h. Pero donde la nueva mecánica saca a relucir una cifra notablemente mejor es en términos de consumo, fijando un consumo medio de 7,8 litros y unas emisiones de 179 g/km de CO2. El menor peso obtenido por la mecánica más pequeña y un eje delantero más ligero, colaboran a las buenas cifras de consumo con 44 kilogramos menos. En definitiva: es más rápido y más eficiente. Volvo doblará la producción hasta las 1.500 unidades al año y, además de en España, se ofrecerá también en otros 46 mercados. Un coche muy interesante que recupera la esencia de los grandes sedanes y familiares deportivos de la marca: ¿quién no se acuerda del Volvo V70 R?
