El SsangYong XLV es un monovolumen de 4,44 metros de largo que la marca coreana quiere posicionar como rival del Citroën C4 Picasso o el Ford C-Max. Las siglas XLV vienen de la expresión inglesa 'eXciting Lifestyle Vehicle', un nuevo concepto de vehículo para el fabricante, aunque está basado en la misma plataforma que el SsangYong Tivoli. Comparte anchura, altura y distancia entre ejes, ofreciendo unas cotas propias de algunos vehículos todocamino. Aún con esas, en SsangYong lo enmarcan dentro del segmento de los monovolúmenes para no perjudicar las ventas de otro de sus modelos (el SsangYong Korando).
El look exterior del XLV destaca por las líneas dinámicas a lo largo de su carrocería. El diseño del frontal, inspirado según el fabricante en las alas abiertas de un águila, integra la parrilla y los grupos ópticos frontales, dotando al SsangYong XLV de carácter y personalidad. La carrocería baja y alargada en la parte posterior, aporta al XLV de una línea dinámica, con cierto carácter deportivo. Ese look urbano no renuncia a un espacioso y polivalente habitáculo, con una envidiable capacidad interior. El SsangYong XLV cuenta con uno de los maleteros más grandes de su categoría. También es capaz de acomodar en su habitáculo a cinco personas. Por el momento, no se ofrece una configuración de siete plazas en su interior. El maletero ofrece una capacidad de 574 litros, a los que se suman los 146 litros disponibles bajo el suelo del mismo, para alcanzar un total de 720 litros. Una cifra superior a la que ofrecen los principales adversarios en el segmento. Con los asientos posteriores plegados, el espacio de carga disponible es de 1.440 litros. Además, junto a la consola central, con tamaño suficiente para dar cabida a una tablet, le acompañan un gran número de compartimentos portaobjetos distribuidos por toda el interior. Los acabados del SsangYong XLV tienen un aspecto más que digno y se nota que el fabricante coreano ha trabajado por mejorar la calidad percibida. Queda cierto margen de mejora, pero sus acabados están por encima de las expectativas que marca su precio de compra.
La gama mecánica del SsangYong XLV se compone únicamente por dos propulsores (uno gasolina y otro diésel). Por un lado, está disponible el 1,6 litros de 128CV, asociado a un cambio manual de seis relaciones. El propulsor turbodiésel es un 1,6 litros que ofrece 115CV. Este último asociado a un cambio manual o automático (ambos con seis relaciones). Sorprende el buen empuje que tiene desde muy abajo, pero si se le exige demasiado, la transmisión automática, que no es demasiado rápida, obliga a girar al motor demasiado alto de vueltas y el ruido en el interior se multiplica. En el apartado dinámico, aclarar que el SsangYong XLV es un vehículo orientado al confort, que filtra bien las irregularidades del terreno, pero que no se muestra en su salsa en zonas de curvas, ya que tiene una tendencia clara al subviraje.
