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Estos motores de seis cilindros en línea fueron una maravilla

motores de seis cilindros en línea

Un formato atemporal.

Cuando se pregunta por motores, es muy habitual irse a las configuraciones en ‘V’ para señalar a los favoritos, por aquello de los motores “gordos”, suponemos. Sin embargo, a lo largo de la historia de la automoción hay que poner en valor a los motores de seis cilindros en línea, porque han dado ejemplares que fueron una auténtica maravilla.

Su procedencia es bastante diversa, pero algunos de los más laureados han venido directamente desde Japón, así que vamos directamente con ellos.

 

Toyota 2JZ-GTE

Empezamos con éste porque estamos seguros de que es el que espera ver cualquier petrolhead en una lista que tenga “motores de seis cilindros en línea” en su título. El motor que montara el Toyota Supra de cuarta generación (antes de su renacimiento junto a BMW) es simplemente mítico.

El bloque 3.0 biturbo llegó a desarrollar de serie en Europa 330 CV y 441 Nm de par máximo, cifras más que notables y que movían con mucha alegría al deportivo nipón.

Sin embargo, uno de los aspectos que le convirtieron en un ‘fan favourite’ es el hecho de que es un motor extremadamente modificable, al que cualquier preparador con más o menos maña podía sacar un rendimiento mucho mayor. De hecho, no son pocos los ejemplares que se han visto con 1.000 CV de potencia.

Nissan RB26DETT

No salimos del país del sol naciente para encontrar otro motor imprescindible en este listado, el icónico RB26DETT de Nissan, con el que la firma japonesa dio vida a varias generaciones del Nissan GT-R, otro icono con el que formó una dupla imbatible.

El 2.6 biturbo experimentó una evolución constante a lo largo de los años, pero ya en su primera entrega era capaz de desarrollar 276 CV y 353 Nm. Esto era de manera oficial, pero en un banco de potencia demostraba que superaba con creces los 300 CV.

Más adelante, los sucesores del GT-R R32 se colocaron de fábrica por encima de esa cifra, pero de nuevo fueron los preparadores los que consiguieron exprimir su potencial llegando a duplicar su potencia e incluso más.

BMW S54B32

Saltamos a Europa para continuar el viaje. En esta ocasión a Alemania, concretamente a Baviera, de donde procede BMW. La marca germana tiene una larga tradición de motores de seis cilindros en línea, pero entre todos ellos destaca el que montase el que por muchos es considerado como el mejor BMW M de la historia, el M3 E46.

Se trata del bloque S54B32, un 3.2 atmosférico que en la icónica berlina deportiva desarrollaba una potencia de 34 CV y un par máximo de 365 Nm. 

Para dejar claro el impacto que tuvo, se hizo con el galardón a motor del año en categoría absoluta en 2001. Esto se debió a que tenía tecnología heredada de la competición, como por ejemplo el hecho de contar con una mariposa de admisión individual, con trompetas de admisión y cuerpos de acelerador también individuales.

Mercedes M104

Otro alemán en la lista. El M104 de Mercedes fue un bloque con un largo recorrido, puesto que estuvo a la venta durante más de una década, desde 1988 hasta 1999, y durante todo ese tiempo propulsó a muchos modelos de la compañía, recibiendo todo tipo de actualizaciones que hicieron de él un propulsor cada vez mejor.

Comenzó su andadura con una cilindrada de 2,8 litros, pero sus posteriores variantes se ofrecieron también con 2,8, 3, 3,2 y hasta 3,4 litros de desplazamiento. El último caso correspondió a una versión desarrollada por AMG que como cabría imaginar, fue la que mayor rendimiento consiguió de fábrica, alcanzando hasta los 272 CV.

Y decimos de fábrica porque, también como podría imaginarse, Brabus anduvo haciendo de las suyas con el propulsor, ampliando su cilindrada hasta los 3.600cc, desarrollando hasta 291 CV. Eso sí, no fue el preparador que más jugo le exprimió, puesto que otros tantos le metieron un turbo, resultando en bestias que iban desde los 300 hasta los 800 CV de potencia.

BMW M88

BMW repite en la lista, algo que no debería extrañar si tenemos en cuenta que ya hemos comentado que su ‘affaire’ con los motores de seis cilindros en línea viene de lejos.

En el caso del M88, hablamos de un motor que propulsó algunos modelos míticos dentro de la historia de la firma. Debutó en 1978 como un bloque de 3,5 litros que desarrollaba una potencia de unos 300 CV. Estuvo presente en algunos M5, también lo montó la leyenda que fue el M1 y en el BMW 3.0 CSL de competición llegó a entregar más de 800 CV.

Toyota 2000GT

Comparado con el resto de integrantes de la lista, es el gran desconocido. Se trata de un motor 2.0 de seis cilindros en línea que desarrollaba 148 CV de potencia, pero que cuenta con la particularidad de haber sido desarrollado específicamente para el 2000GT y con el hecho de que en su puesta a punto también estuvo involucrada Yamaha.

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