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Salón de Ginebra 2018: Tavares y el darwinismo en la industria del automóvil

Stand de Peugeot en el Salón de Ginebra 2018
Además de conocer las novedades inmediatas y futuras del mundo del automóvil, una muestra como el Salón de Ginebra 2018 te permite conocer a personajes interesantes como Carlos Tavares, CEO de PSA. Toda una experiencia para los que nos gusta la gente que habla claro

Al igual que me ocurrió en el Salón de Detroit 2018, celebrado a principios de enero, el Salón de Ginebra 2018 me ha dejado un poco frío. Una sensación no sólo fundamentada por el hecho de que una edición más he llegado a la cita suiza conociendo de antemano el 90% de lo que se iba a presentar, sino sobre todo porque he detectado señales de agotamiento del formato, algo que llevamos padeciendo desde hace años en los salones nacionales –más bien 'salas de estar'– de Barcelona y Madrid, donde a falta de novedades que presentar, y habida cuenta de que jugamos en la segunda división, los promotores de los mismos se afanan en buscar alternativas para que continúe el espectáculo –y siga habiendo negocio, que, al fin y al cabo, es lo que nos mueve a todos, amén de los automóviles, claro–.

Seis marcas, seis, no han estado en el Salón de Ginebra 2018: Cadillac, Chevrolet, DS, Infiniti, Mini y Opel, y sus espacios han sido ocupados por… bares, restaurantes e incluso por marcas de coches voladores. Y al igual que está ocurriendo con el Salón de Detroit, cuyo protagonismo se lo está zampando el CES de Las Vegas, muestra de tecnología por la que las marcas de automóviles sienten pasión por el público al que impactan, de ahí que presenten muchas novedades, me temo que si los suizos no se ponen las pilas, al Salón de Ginebra le ocurrirá lo mismo, con el Mobile World Congress 2018 como verdugo involuntario.

Sea como fuere, en la edición de este año aún ha habido espectáculo del que disfrutar, tal y como puedes ver en este vídeo.

Y lo mejor, aún los grandes capos de la industria del automóvil se dejan ver y preguntar en el Salón de Ginebra. En esta edición del Salón de Ginebra 2018 he tenido oportunidad de estar en una mesa redonda con Carlos Tavares, CEO de PSA, un personaje controvertido –en la Alianza Nissan-Renault (por aquel entonces aún no estaba Mitsubishi como tercer pilar) dejó un recuerdo ingrato– pero brillante, que ha sido capaz de darle la vuelta a un grupo que está casi en quiebra técnica y en 2017 ha logrado una rentabilidad del 7,3%, sin mencionar que el año pasado por estas fechas adquirió Opel.

Carlos Tavares

Si le preguntas a algún empleado de PSA acerca de Tavares, tuerce el gesto y con media sonrisa te dice que ante todo es un tipo “exigente”. Y después de haber estado en la citada mesa redonda, confirmo este extremo, pero también estoy en disposición de añadir que Carlos Tavares es un tipo que si no existiera habría que inventarlo. Sobre todo porque a su tremenda agilidad mental y su absoluto control de todos los datos, añade una virtud que yo valoro enormemente: no tiene pelos en la lengua.

En la mesa redonda del Salón de Ginebra 2018 los periodistas convocados le preguntamos acerca de los temas de la actualidad del automóvil más candentes, y no recurrió a ninguna perífrasis y ni se fue por los cerros de Úbeda para contestarlas, por muy comprometida que fuera la cuestión. Por ejemplo, acerca si el anuncio de Donald Trump de aplicar aranceles a coches europeos de importación, Tavares quiso dejar claro “la diferencia entre lo que es una posición de cara a una negociación y lo que es una decisión real. Por tanto, entendamos lo que es una dinámica de negociación”.

Aunque más incisivo se mostró acerca del hundimiento de las ventas de diésel en Europa: “el colapso de las ventas del diésel no está contribuyendo a la mejora del medio ambiente, sino que van en la dirección opuesta”. Y añadió: “entendemos que la UE y los Estados europeos han tomado decisiones científicas y están asumiendo sus responsabilidades por ello de cara a la electrificación del parque. Nosotros estamos de acuerdo con ello. Nosotros nos adaptamos a ello. Estamos en un mundo darwinista, lo entendemos y nos movemos rápido. Hemos puesto las piedras para ello: el 50% de nuestros modelos serán eléctricos para 2020, y el 100% de nuestros modelos estarán electrificados para 2025. Pero ahora lo que hay es un problema para la sociedad: ¿quién está haciendo el trabajo para mostrar la imagen completa de lo que supone la electrificación en términos de huella de carbono en cuanto a generación de energía eléctrica, fabricación de baterías, el reciclaje de éstas, huella de extracción de materias primas…? ¿Quién se está ocupando de ello? ¿Y qué ocurre con los impuestos del gasolina y el diésel? ¿Está de acuerdo la sociedad en que se imputen entonces a la factura eléctrica? No hay visión 360º del ecosistema eléctrico; la existente adolece de claridad y de un plan previo de lo que necesita la sociedad europea. ¿Dónde está el dinero para la red de puntos de recarga? ¿Implica eso que los Gobiernos de la UE van a aumentar los impuestos? Nosotros no vamos a invertir en puntos de recarga, eso es seguro."

De todas las verdades como puños que contó Tavares, me llamó poderosamente la atención la mención a Darwin relacionada con la industria del automóvil. No sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta al cambio. Tavares afirma que PSA es darwinista y los hechos por ahora así lo corroboran. Me pregunto si los promotores de los salones del automóvil, como el de Ginebra, serán darwinistas. Tengo mis dudas…

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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