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Toda la verdad sobre cómo nació la saga GSe de Opel

opel gse

¿Sabes cómo nació la saga GSe de Opel? Se trata de versiones deportivas que continúan el largo linaje de modelos prestacionales de la marca de Rüsselsheim, pero que ahora se han creado tomando como base modelos híbridos enchufables de la gama actual.

Hacía años que Opel no contaba con una versión deportiva dentro de su gama de productos. Uno de los últimos fue el Opel Corsa GSi, una variante algo más prestacional que estuvo a la venta hasta 2019 dentro de la anterior generación del Corsa. Y eso es algo inusual en una marca que, desde los años ’70, siempre ha ofrecido modelos deportivos dentro de su cartera de vehículos.

Desde las míticas siglas GSi hasta los potentes modelos OPC de las décadas de 2000 y 2010. Ahora, la firma del rayo ha confeccionado una nueva saga de modelos más deportivos que rescatan una denominación clásica, pero adaptada a los nuevos tiempos, donde la electromovilidad es el imperativo dentro de cualquier fabricante de automóviles.

De este modo, hemos llegado a la saga actual de modelos GSe de Opel, que actualmente está compuesta por dos modelos que no son simplemente una versión más dentro de la gama de acabados. Sin embargo, antes de llegar hasta el nacimiento de la saga GSe, debemos mirar al pasado para saber de dónde viene esta dinastía de coches deportivos de Opel.

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El origen de las versiones deportivas de Opel

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Todo empezó con las siglas GSE (la ‘E’ en mayúscula) de los años ’70 antes de dar el paso a los modelos GSi de los ’80 y ’90. Uno de sus principales exponentes fue el Opel Kadett GSi de 1986, que estuvo en activo hasta 1991 como el modelo más prestacional del Kadett E.

Equipado con un motor de gasolina de 2.0 litros y cuatro cilindros con 16 válvulas, la variante más potente llegó a entregar 160 CV de potencia en un coche que apenas pesaba 1.045 kilos y que destacaba por sus formas aerodinámicas. También contó con un interior con asientos Recaro y una instrumentación digital de aspecto futurista para la época.

Las siglas GSi pasaron a otros modelos de la marca, como el Manta y el Corsa, que en sus generaciones A y B contó con un motor de 1.6 litros y 100 CV que movía con soltura los menos de 1.000 kilos de peso del vehículo, logrando así una velocidad máxima de 195 km/h y un 0 a 100 km/h de 9,5 segundos.

A finales de los ’90, ya con el salto de Kadett a Astra, las siglas GSi se plasmaron en el Opel Astra F GSi con motor de 2.0 litros, 16 válvulas y 150 CV de potencia. Un coche que llegó a ser un referente dentro de diferentes modalidades de automovilismo, incluido los rallys.

En 1997 surge el Opel Performance Center, cuyas siglas (OPC) acompañaron a diferentes coches deportivos de la marca durante la década de 2000 y buena parte de la década de 2010. Vehículos como el Opel Astra OPC de 280 CV, el Opel Corsa OPC de 192 CV o el Opel Insignia OPC de 325 CV son un buen ejemplo de todo lo que llegó a entregar al mercado esta serie de vehículos.

Deportividad y eficiencia en la gama Opel GSe

prueba opel grandland gse

Y ya en la actualidad, con la electrificación ganando cada vez mayor protagonismo en la industria, Opel lanza la saga GSe de vehículos deportivos construidos sobre la base del nuevo Astra y el Grandland actualizado, con sistemas de propulsión híbridos enchufables de alto rendimiento y una puesta a punto específica para la suspensión, el chasis y la dirección.

Los niveles de potencia van desde los 225 CV del Astra GSe hasta los 300 CV del Grandland GSe, al mismo tiempo que ofrecen rangos de autonomía de hasta 64 kilómetros en modo totalmente eléctrico y etiqueta ambiental Cero de la DGT.

Por último, el precio del Opel Astra GSe parte desde los 40.890 euros, mientras que el Opel Grandland GSe está disponible para comprar nuevo en España desde 53.891 euros.

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