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La increíble historia del Ferrari 250 GTO: el diamante de Ferrari

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Hoy hacemos un repaso por la increíble historia del Ferrari 250 GTO, el diamante de Ferrari y uno de los coches más caros vendidos en una subasta.

Pensar en Ferrari es hacerlo en sus coches creados a lo largo de sus más de 70 años de historia. Muchos son los que te vendrán a la mente, como el Ferrari F40 o el Ferrari Enzo (por eso de que porta el nombre del fundador del a compañía), pero si te detienes a reflexionar un poco sobre cuál es el modelo más icónico de la marca italiana, seguro que piensas en el Ferrari 250 GTO.

Hoy vamos a hacer un breve repaso a lo largo de la increíble historia del Ferrari 250 GTO, un coche nacido para las carreras, creado por Enzo con el único objetivo de demostrar al mundo que era y seguiría siendo el fabricante de coches más importante del mundo. El 250 GTO llegó en 1962 y dejó de fabricarse en 1964, con una producción muy limitada y un palmarés deportivo inmejorable.

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La increíble historia del Ferrari 250 GTO: el diamante de Ferrari

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Entre 1953 y 1961, Ferrari dominó las carreras de resistencia del campeonato, venciendo en 7 de las 9 temporadas. Esto provocó que la FIA no estuviera del todo satisfecha con el interés que despertaban sus carreras en el público, por lo que decidió darle más espectáculo al campeonato creando una nueva categoría, la de los GT.

Para que los fabricantes pudieran inscribir a sus coches en esta categoría GT, debían poder comercializar 100 coches de calle en los que estaría basado el modelo de carreras. Esto dificultaba las cosas a Ferrari, pero ‘Il Commendatore’ hizo uso de su ingenio para tratar de darle la vuelta a tan poco favorable escenario.

Ferrari Enzo

Enzo encargó el desarrollo de un nuevo coche para la categoría GT con el objetivo de seguir dominando el Campeonato de Constructores. Al frente del proyecto puso a Giotto Bizzarrini y tomaron como base el Ferrari 250 GT de batalla corta, un modelo con el que sí podrían cumplir con la exigencia de las 100 unidades de calle.

El chasis 1791 GT fue la base sobre la que empezaron a trabajar para crear un deportivo ligero, potente y dinámico. Pininfarina era el que tenía que diseñar la carrocería, una carrocería que debía ser mucho mejor a nivel aerodinámico.

El primer diseño, que era muy parecido al del Ferrari 400 SuperAmerica, no convenció a Bizzarrini. Por ello, se tomó la decisión de adoptar un diseño de Zagato, caracterizado por una zaga cortada y un pequeño alerón que otorgaba mayor carga aerodinámica en las ruedas traseras, algo que era clave para las largas rectas de Le Mans.

Considerado como una evolución del Ferrari 250 SWB, el Ferrari 250 GTO ya estaba listo a nivel de diseño y aerodinámica. Para el motor, los ingenieros se decantaron por el V12 Colombo de 3.0 litros utilizado en el 250 Testa Rossa, que contaba con seis carburadores Weber y una potencia de 300 CV enviados a las ruedas traseras a través de un cambio manual de cinco velocidades.

Dominio en competición y exclusivo artículo de colección

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El producto final se presentó en 1962 y la FIA aceptó que el 250 GT SWB fuera la versión de calle del 250 GTO, por lo que fue homologado para competir. Y los resultados en la categoría GT no se hicieron esperar.

En las 12 Horas de Sebring de 1962, el 250 GTO ganó en su categoría y logró el segundo puesto en la general. También ganó las 24 Horas de Le Mans en 1962 y 1963, los 1.000 km de Nürburgring en 1963 y 1964, el Tour de France en 196 y 1964, y la Targa Florio en 1962, 1963 y 1964.

Con este dominio tan aplastante, Ferrari logró vencer en el Mundial de Constructores de la FIA, un golpe de autoridad que lo convertía una vez más en el mejor fabricante de coches del mundo. No sería hasta la llegada de Henry Ford II y el Ford GT40 cuando la firma italiana fue destronada en Le Mans entre 1966 y 1969, antes de que apareciera Porsche y se convirtiera en el nuevo ganador.

En total, se ensamblaron 39 unidades del Ferrari 250 GTO entre la primera y la segunda fase (más alguna conversión). Actualmente, es uno de los coches más caros vendidos en una subasta, con un precio récord de 45 millones de euros conseguidos en 2018. Tan solo lo supera el Mercedes-Benz 300 SLR Uhlenhaut Coupé de 1955 que se vendió por 135 millones de euros.

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