Prueba Ioniq 5: este coche eléctrico de Hyundai entra por los ojos y emociona

Prueba Ioniq 5. No son pocos los que por desconocimiento o incluso por desconexiones neuronales de origen diverso declaran que la industria del automóvil está herida de muerte, que su modelo de negocio está en crisis y que la electromovilidad no ha hecho más que acelerar el proceso. Tal y como lo veo yo el enfoque es diferente: está en plena transformación, y como decía Napoleón, algunas veces hay que dar un paso atrás para dar dos hacia delante. Y el Ioniq 5 es una buena prueba de ello.

Y es que el primer coche eléctrico con plataforma dedicada de Hyundai, es de esos automóviles que demuestran que la electromovilidad puede ser muy, pero que muy emocionante.

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El año pasado el gigante coreano anunciaba la creación de una submarca, Ioniq, para su estrategia electrificación, del que el Ioniq 5 sería su primer modelo.

El Ioniq 5 como tal fue presentado en el Salón de Frankfurt 2019, en forma de concept, y para ello el equipo de Diseño de Hyundai había tirado de su legado, del Pony Concept, de 1974, como base de la nueva criatura. El Pony Concept, diseñado por Giugiaro, luego se convertiría en el Hyundai Pony, modelo sobre el que se cimentó la marca coreana pues se fabricó en masa y fue el primero exportado.

El Ioniq 5 es una reinterpretación –muy acertada, en mi humilde opinión– de ese primer pilar en la exitosa historia de Hyundai, y es lógico que para dar ese salto hacia la electromovilidad, se hayan apoyado en sus raíces.

Y no me duelen prendas en afirmar que el Ioniq 5 me encanta. Me ha entrado por los ojos, por su aire retro, sus líneas angulosas y puras y sencillas, y todo ello combinado una enorme batalla, cortos voladizos y una silueta fácilmente identificable. Y esas llantas de 20'' –con neumáticos Michelin Pilot Sport, desarrollados específicamente para el Ioniq 5– que le sientan de maravilla.

Y como postre, un despliegue tecnológico abrumador. Me fascina cómo Hyundai ha sido capaz de concentrar en un automóvil una de las claves de potencias asiáticas como Japón o Corea del Sur: el equilibrio entre modernidad y tradición.

La modernidad la lleva Hyundai en su esencia –Hyundai significa 'moderno' en coreano– y la tradición la avalan sus más de cuatro décadas de existencia, que puedan parecer pocas comparadas con la historia de las marcas europeas, es bastante más longeva que fabricantes de la nueva ola como Tesla o esas startups del automóvil que están surgiendo como setas al calor de la electromovilidad.

Sea como fuere, el Ioniq 5 me gusta mucho por su acertada combinación de diseño retro con la modernidad, y a ello contribuye en mi opinión la firma lumínica a base de leds, que en la parte trasera, por cierto, simula la palabra 'futuro' en hangul, el alfabeto coreano.

A un traje acertadamente atractivo se suma un interior asombroso. Sí, porque el habitáculo del Ioniq 5 es un auténtico salón rodante. Suena manido, lo sé, pero en este caso, con una enorme batalla de 3 metros, el Ioniq 5 –que está basado en la plataforma E-GMP específica para coches eléctricos– pone de manifiesto la de posibilidades que ofrecen los coches a pilas.

Lo contaba primero Andreas-Christoph Hofmann, vicepresidente de Marketing y Producto de Hyundai Europa, y lo apuntalaba posteriormente Thomas Bürkle, director de Diseño de Hyundai Europa, durante la presentación internacional del Ioniq 5 en Valencia. Hyundai está en plena transformación, para lo cual, y con el foco puesto en el cliente –en el centro de la estrategia– se apoyan en tres pilares: prestaciones (gama N), la garantía-fiabilidad y el progreso. Y en este último aspecto, el Ioniq 5 ha seguido los patrones de lo que en Hyundai llaman "progress for humanity" ('progreso para la humanidad'), y han creado un 'smart living room' (una 'sala de estar inteligente')

No solo es tener una enorme pantalla única dividida en dos partes para la instrumentación y otra para el sistema de infotainment –que, además, del sistema propio Bluelink, es compatible con Android Auto y Apple Car Play–; es el hecho de la ausencia total –lo cual aporta libertad de movimientos para las piernas y sensación de espacio abierto– de consola debajo del salpicadero, y lo que denominan 'Universal Island', una consola central válida para todo lo imaginable: cargar el teléfono, hueco portaobjetos, apoyabrazos, etc. Todo está a mano, y te sientes como en casa...

También es destacable del interior su luminosidad, a lo que contribuyen el interior de las puertas y los asientos, para cuyo revestimiento han utilizado materiales reciclados –como botellas de plástico– y que, además de cómodos –se pueden reclinar casi 180º– proporcionan relax. 

La utilización de materiales reciclados no es baladí: con ello, Hyundai basa su reinvención como marca, y ser una marca sostenible, y el Ioniq 5 es "una herramienta para alcanzar la sostenibilidad".

Al volante del Ioniq 5

Tras las presentaciones, es hora de poner a prueba el Ioniq 5. Accedo a su interior. Todo me parece fascinante: el coche es mucho más grande en vivo y en directo de lo que pueda parecer en imágenes, el interior irradia luz e invita a entrar y ponerse cómodo. Antes de arrancar toco las superficies: el tacto me transmite modernidad, pureza, sencillez, elegante sobriedad... FUTURO. Es como trastear un smartphone de última generación... todo es emocionante.

Pulso el botón de arranque el Ioniq 5 e inicio el recorrido de unos 130 km, y que combina tramos urbanos por el odioso tráfico de Valencia, autopista y carreteras secundarias.

Mientras me voy haciendo al Ioniq 5, me siento como niño con zapatos nuevos... y lo mejor: todo el mundo que lo ve se queda perplejo. Incluso unos agentes de la Policía Municipal de Valencia, medio atónitos porque no identifican el modelo. ¡Todo un acierto, señores de Hyundai!

La unidad de pruebas del Ioniq 5 es el tope de gama: dos motores (uno por eje) de 160 kW el trasero y 70 kW el delantero (potencia total 305 CV), batería de 73 kWh, tracción integral y hasta 481 km de autonomía.

Parto con 370 km de autonomía, aire acondicionado activado mediante. El tacto del volante y, sobre todo de las palancas es magnífico. Pero lo que más me gusta, y que pone de manifiesto que en Hyundai saben recoger el 'feedback' y poner soluciones, es que el mando de los modos de conducción está en el propio volante. ¡Bien hecho!

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Por ciudad inicio con modo Eco, y con las levas aumento el nivel de retención hasta llegar al i-Pedal, con el que te olvidas del freno y todo se controla con el acelerador. 

Con un peso de total de más de dos toneladas –de las que 431 kg corresponden a las baterías–, el Ioniq 5 no se muestra pesadote, y a pesar de sus dimensiones (4.635 mm de largo) es ágil en ciudad.

Pero sobre todo lo es en carretera y cambio a modo Sport. El Ioniq 5 acelera de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos y sus 605 Nm de par catapultan a este coche eléctrico sin miramientos hasta los 185 km/h, aunque a 160 km/h ya se nota que va a acabando la fiesta.

Un detalle de la unidad del Ioniq 5 de la prueba es que cuenta con techo solar, que, según los responsables de Hyundai, puede aportar al año hasta 1.500 km de autonomía extra, sin tener que hacer nada más que el sol haga su trabajo.

Precisamente el sol me obliga ir con gafas polarizadas, y curiosamente no me dejan distinguir los datos proyectados en el head-up display de realidad aumentada. Pregunto a los responsables y desconocen el problema. Aunque también es cierto que cuando la intensidad de la luz aminora, comienzo a distinguir mejor los datos.

En cualquier caso, el Ioniq 5 me gusta, y mucho. Muy estable en curva, no puede ocultar la altura de su carrocería (1.605 mm) a las leyes de la física. Aun así en las rotondas no se echa en falta una suspensión adaptativa.

En cuanto al consumo, tras más de 130 km de recorrido –tramos de alegría con tramos de contención eficiente– he logrado hacerle 19,4 kWh. Aunque luego en una segunda prueba, de unos 90 km, conseguí rebajarle un poco más.

Precio del Ioniq 5

La unidad que probé estaba matriculada en Noruega, y desconozco el acabado. Lo que sí sé es que el precio de partida arranca en 43.620 euros y se estira hasta los 59.920 euros. Es decir, estamos hablando de más de 5.000 euros de precio de partida por encima de lo que cuesta el Volkswagen ID.4. Se pone de manifiesto que con el Ioniq 5 Hyundai quiere reposicionarse hacia arriba...