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Comparativa: Audi Q5 55 TFSIe vs Volvo XC60 T8

Comparativa Audi Q5 55 TFSIe vs Volvo XC60 T8
La tecnología híbrida enchufable obra el milagro y ambos combinan cifras de potencia más que considerables con bajas emisiones de CO2.

Dos siempre es mejor que uno, sobre todo si hablamos de prestaciones puras. Y nuestros dos protagonistas llegan con dos corazones bajo el capó (gasolina+eléctrico) que los hacen muy rápidos y también, de paso, bastante eficientes. La combinación es siempre ganadora, ya que a todas las ventajas de llevar la pegatina azul de la DGT sobre el parabrisas (beneficios fiscales, exención del pago en parquímetros, libre circulación en las ciudades con restricciones anticontaminación, libre paso en peajes en algunas comunidades autónomas, etc...) suman una respuesta al acelerador bastante enérgica. Comparativa del Audi Q5 55 TFSIe y el Volvo XC60 T8.

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¿Potencia? El sistema del Audi Q5 entrega 367 CV en total, mientras que el Volvo XC60 sube la apuesta hasta los 392 CV, algo que les vale para esprintar hasta los 100 km/h desde parado en poco más de cinco segundos. Es decir, son dos SUV con unas reacciones de auténtico deportivo. ¿Lo bueno? Que  se pueden poner a ahorrar como auténticas bestias, aunque de ello dependerá siempre el estado de sus baterías, que es donde radican las excelencias de ambos SUV híbridos enchufables. ¿Manos a la obra?

Audi Q5: ¡fuerza eléctrica!

Comparativa Audi Q5 55 TFSIe vs Volvo XC60 T8

Pongo la vista sobre el Q5. Lo primero que debes saber es que no hay casi nada que desvele la naturaleza híbrida del SUV de Ingolstadt (sólo la toma de carga y el emblema TFSIe en el portón). Todos los cambios están en su interior. Monta un motor 2.0 TFSI de cuatro cilindros, que va asociado a un bloque eléctrico bastante más potente que el del Volvo y a una batería más capaz.  Esta se ubica debajo del maletero y tiene una capacidad de 14,1 kWh (por 11,6 del Volvo). Esto es suficiente para que sea capaz de ofrecer poco más de 40 km de autonomía en modo eléctrico, una cifra que está, sin embargo, por debajo de la que presume el XC60, ya que su motor eléctrico demanda menos energía y es capaz de alargar la autonomía eléctrica hasta los 54 kilómetros teóricos

¿Se cumplen estas cifras? Lamentablemente, no. Los motores eléctricos de nuestros dos protagonistas deben luchar contra unas 2,1 toneladas de peso en ambos casos y eso es mucho. No obstante, todo dependerá del modo de conducción que lleves seleccionado y de lo suave que seas con el pie derecho. Por ejemplo, en el modo híbrido del Audi Q5, la electrónica consigue distribuir la carga de la batería de manera óptima durante todo tu recorrido: prioriza la conducción eléctrica en ciudades y saca todo el potencial del motor de combustión en vías rápidas. Hay dos asistentes más que juegan un papel fundamental en el Q5 a la hora de optimizar la carga de la batería: el PEA o asistente productivo de eficiencia y el PBS o estrategia predictiva de funcionamiento. ¿Cómo funcionan? A través del navegador detectan las condiciones de la ruta programada y trabajan para lograr la mayor eficiencia. ¿Y qué pasa con la carga de la batería? Con una toma de 7,4 kW necesitarás sólo dos horas y media para cargar su batería completamente y en una toma de corriente doméstica te llevará en torno a seis horas y media.

Más dinámico que el Volvo

Comparativa Audi Q5 55 TFSIe vs Volvo XC60 T8

Si le buscamos las cosquillas, el Q5 responde de forma muy convincente. Su chasis te ofrece mucha confianza cuando sacas a pasear toda la potencia y la dirección también envía más información a tus manos. Ojo, porque tampoco hay que animarse en exceso, ya que si en línea recta puede sacar los colores a más de un deportivo, en el paso por curva no tiene la precisión de estos debido a su peso y las inercias que se generan. 

El Volvo, aunque es algo más potente, se siente un poco más torpe cuando te animas con el pie derecho. Cuenta con un corazón eléctrico y un dos litros de cuatro cilindros que desarrollan 25 CV más que el Audi. Al igual que el de los aros, el empuje se nota desde que hundes el pie derecho. Es instantáneo. Pero en cuanto a sensaciones, no ayuda una dirección que podría tener una respuesta más precisa. Además, con las llantas de 20 pulgadas que monta esta unidad y el chasis deportivo, no se puede decir que su rodar sea más cómodo que el del Audi. Es más incómodo, aunque hay que precisar que en ningún caso castigará demasiado tu espalda en los viajes largos.

Interiores muy sofisticados

Por dentro, las propuestas de Audi y Volvo son bien distintas. En el Q5 el ambiente es más refinado, con materiales de mucha calidad. Destaca el Audi Virtual Cockpit, que cuesta 293 euros, y presenta muy buenos gráficos en alta resolución en una pantalla de 12,3 pulgadas. El Volvo también ofrece una instrumentación completamente digital de 31 centímetros, pero la marca sueca la ofrece de fábrica y es menos vistosa. Donde hay una clara diferencia es en la consola central, donde la marca sueca presenta una enorme pantalla vertical (ya hay varias marcas que se han pasado a este formato como Renault o Tesla, entre otros), cuyo manejo, eso sí, dista bastante de ser intuitivo: demasiados menús y submenús en los que perderse y que no son la mejor solución cuando vas conduciendo, ya que te obliga a quitar la vista de la carretera durante demasiado tiempo. 

En cuanto a la habitabilidad, delante no tendrás problemas en ambos modelos, con buenos asientos y cotas suficientes en todas direcciones. Si te pasas a la fila trasera, notarás que el Audi, aunque no está mal, no llega a la amplitud que ofrece el Volvo. Esos centímetros extra vienen directamente de una carrocería más grande (sobre todo en anchura) y que tiene su respuesta en el interior. En cuanto a la capacidad de maletero, el Volvo también se erige como claro vencedor, ya que sus 468 litros no están al alcance de los 395 del Audi. La culpa en este caso la tiene la batería, que se ubica debajo del suelo de este y pierde mucha capacidad (un Q5 de propulsión convencional ofrece hasta 550 litros de capacidad). 

Vídeo: conducimos el Audi Q5 híbrido enchufable, ¡los cuatro aros se electrifican!:

Y me queda hablar de los precios. Y aquí el Q5 es el que da el último golpe de esta contienda híbrida, con una cifra que, si bien no es precisamente accesible, es más baja que la del Volvo, que roza los 70.000 euros y deja visto para sentencia un cara a cara que demuestra que los SUV de gran formato también saben ahorrar y cuidar el medio ambiente.

Mi Opinión

¿Quién dijo que los grandes SUV no pueden ser ahorradores? Estos dos lo son, siempre y cuando tengas las baterías con un buen nivel de carga. El Audi es el más dinámico y el menos gastón y, con una diferencia de precio de más de 3.600 euros, se erige como el más recomendable.

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