Prueba del Renault Megane 2020 1.3 TCe 140 CV EDC

Las números pocas veces mienten. En el caso de las matriculaciones en España, ponen de manifiesto que el coche de la prueba, el Renault Mégane 2020, no es el modelo más vendido. Atrás quedaron esos número 1, mes tras mes, del vehículo francés. Y ese decrecimiento es algo lógico si tenemos en cuenta la ferviente moda de los SUV y que muchos de sus rivales directos han estrenado generación -seis de los 10 coches más vendidos en lo que llevamos de año son todocamino y solo dos, compactos, que, por cierto, son más nuevos: Seat León (nº1) y Toyota Corolla (5º).

El nuevo Mégane ha recibido cambios estéticos, aunque tienes que fijarte bien para darte cuenta de ellos, puesto que los faros -ahora siempre de LEDs y han sido denominados LED Pure Vision-, que son los elementos que más pueden marcar la diferencia a la hora de presentar nueva imagen, no han sido alterados. Sí, los pilotos, con una línea de diodos más fina, los paragolpes y la parrilla. Se suman nuevas llantas y colores para la carrocería: Gris Highland, Cobre Solar y Gris Báltico. 

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En el interior sí son más claros y, además, le hacen ganar enteros. El cuadro de instrumentos ahora es totalmente digital y de 10,2 pulgadas -antes, de 7,0 pulgadas y tenía indicadores analógicos a los lados-. Por su parte, la pantalla del sistema de infoentretenimiento puede ser de 7,0 o de 9,3 pulgadas. Independientemente del elegido, incorpora el sistema operativo Easy Link -son compatibles con Android Auto y Apple CarPlay- y, lo que es más importante para mí, botones físicos, algo que celebro. Renault se ha dado cuenta de que es más seguro esta ‘antigua’ solución, puesto que ayuda al conductor a fijar la mirada en la carretera, mientras que al pasar de una pantalla a otra, como si de un videojuego se tratase, para encender el climatizador, por ejemplo, es algo que distrae. Los mandos de la temperatura adoptan en su interior una pequeña pantalla que hace aumentar la calidad percibida. Y el último punto que destacaría es que el marco que rodea la pantalla multimedia es nuevo: es brillante, sí, pero no da el aspecto pobre del modelo de 2016 y no ‘pinta’ tantas huellas dactilares.

Comienzo la prueba del Renault Mégane 2020 1.3 TCe 140 CV EDC. Desde sus cómodos asientos, por mullido, agarre, calefacción y función masaje, pulso el botón de encendido, que también es nuevo. 

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En marcha, lo primero que me llama la atención gratamente es la energía de su motor de cuatro cilindros en línea. ¿De verdad tiene 140 CV? Empuja que es un primor y coge velocidad de forma veloz. Puede que esa sensación se vea incrementada porque sus 240 Nm surgen bien abajo, a 1.600 rpm, o por el sonido que emiten los altavoces en el modo más deportivo y que me recuerda al de un V8, eso sí, mucho más moderado... y falso. Soy clásico, pero aún así esta solución, en este coche, me gusta.

Parte de culpa de esa enérgica respuesta la tiene el cambio automático de doble embrague de 7 velocidades, que realiza las transiciones en un abrir y cerrar de ojos. Lástima que el coche no cuente con levas en el volante, algo que, corriendo el año 2020, sigo sin comprender. El hándicap de esta transmisión es que al iniciar la macha tienes que tocar el acelerador con tiento y que, de vez en cuando, te brinda alguna sacudida que otra al subir de marcha… como los deportivos. 

Además, la suspensión filtra bastante bien las irregularidades de la calzada sin que la carrocería sufra movimientos laterales o cabeceos acusados. Esta sensación junto con un consumo de carburante comedido -durante la prueba del Renault Mégane 2020 1.3 TCe 140 CV EDC hemos logrado uno medio de 6,5 l/100 y en carretera de unos 6,0- permite viajar con él de forma confortable. ¿Te he dicho que tiene función masaje? Creo que sí… Súmale las ayudas a la conducción Renault Easy Drive, como el asistente de conducción semiautónoma -de serie con el motor de la prueba- y tienes un buen candidato para devorar kilómetros: función stop & go en regulador adaptativo, frenada activa de emergencia, alerta de ángulo muerto, de salida de carril, de somnolencia, asistente de centrado en carril y reconocimiento de las señales de tráfico.

El precio del Renault Mégane 2020 1.3 TCe 140 CV EDC parte de 24.462 euros, aunque tienes un TCe de 115 CV o un Blue dCi, también de 115 CV por 19.660 y 20.738 euros, respectivamente, con un equipamiento que incluye: airbag frontal conductor, pasajero, laterales y cortina delanteros, aire acondicionado, luces diurnas LED, retrovisores exteriores eléctricos, regulador y limitador de velocidad y volante en símil de cuero, entre otros elementos.

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