Opinión, Volkswagen da el paso: ¿puede un coche eléctrico ser un verdadero GTI?

En 1976 aparecieron unas siglas que se han convertido en sinónimo de deportividad y casi en una submarca dentro de Volkswagen. Esas siglas son GTI (Grand Turismo Injection) y abrió la veda a muchos otros coches deportivos compactos que aparecieron a lo largo de las décadas sucesivas, hasta hoy. Ahora, Volkswagen ha dado el primer paso para crear el GTI eléctrico. 

Como sabemos, la marca alemana está inmersa en un proceso de transición hacia la electrificación, prácticamente, como la mayoría de los fabricantes. Un proceso que aceleró tras el escándalo de las emisiones que afectó a la compañía en 2015, en Estados Unidos.

Volkswagen cuenta ya con varios coches eléctricos en el mercado (ID.3, ID.4, ID.5 e ID.Buzz). Además, acaba de lanzar el ID.7 y hay otros en camino, como el ID.2All, un utilitario que se situará en el primer escalón de la gama, a un precio de 25.000 euros, según anunció la propia firma.

Los primeros modelos eléctricos de la marca han venido acompañados de versiones más prestacionales denominadas GTX. Sin embargo, en el Salón de Múnich 2023 Volkswagen nos presentó una variante deportiva del ID.2All, recuperando la denominación GTI (Volkswagen ID.GTI), donde la ‘I’ ahora hace referencia a ‘Intelligence’.

Durante la presentación, el CEO de Volkswagen, Thomas Schäfer, aseguró que el futuro compacto eléctrico deportivo debe ofrecer "la combinación perfecta de placer de conducción y funcionalidad para el día a día: eso es lo que significan las tres letras GTI desde hace décadas".

¿Puede un coche eléctrico ser un verdadero GTI?

Si un coche eléctrico puede o no ser un verdadero GTI, seguramente dependa de lo que cada uno entienda qué es un GTI. Si hacemos caso a las palabras de Schäfer, es decir, un vehículo que ofrece una combinación entre placer de conducción y funcionalidad, seguramente un eléctrico pueda ser un GTI. 

Ahora bien, por el propio funcionamiento de los coches eléctricos, difícilmente podrán ser un verdadero GTI. En primer lugar, los vehículos eléctricos son mucho más pesados que los de combustión y eso ya condiciona el comportamiento dinámico del coche. 

Por ejemplo, el actual Volkswagen ID.3 ya tiene 204 CV, potencia suficiente para correr y practicar una conducción deportiva. Sin embargo, pesa más de 1.800 kg y esto le resta mucha agilidad. Uno de los hándicaps de los coches eléctricos es, precisamente, el peso.

Por otro lado, nunca se podrá comparar el tacto de conducción de un coche de combustión con otro eléctrico. 

Las sensaciones y emociones que transmite son completamente diferentes y, cuando alguien se sienta en un GTI espera un sonido del motor embriagador, la sensación de que recibe información de lo que ocurre bajo las ruedas a través del volante, una palanca del cambio con recorridos cortos…

Cosas que no tiene un coche eléctrico. Un coche eléctrico ofrece otras cosas: confort de marcha, silencio, una conducción más fácil, a veces, con un solo pedal, y muchas otras ventajas. Pero eso está muy bien para el día a día en la ciudad. No tiene nada que ver con un GTI.

Para generar la impresión en el conductor de que está en un coche de talante más deportivo, lo que hacen las marcas es recurrir a pequeños ‘trucos’, como crear un sonido similar al de un motor, elegir una configuración más deportiva o dotar el interior de un aspecto más deportivo (además del diseño del coche, claro).

Pero ya sabes ese dicho de “aunque la mona se vista de seda…” Pues eso, que por mucho kit estético, por muchos asientos tipo baquet, por muchas opciones de configurar la pantalla con un diseño más deportivo, etc., nunca será un GTI. Distinto es que ahora nos quieran convencer de que un GTI es otra cosa y no lo que ha sido en los últimos 47 años.