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Opinión: ¿España está perdiendo el tren del coche eléctrico?

España está perdiendo el tren del coche eléctrico

Como dijo Wayne Griffiths, presidente de ANFAC y CEO de Seat y Cupra, en la presentación de la hoja de ruta del automóvil para el trienio 2023-2025, “¿para qué vamos a producir coches eléctricos si no se venden en España?”

La industria del automóvil está viviendo su momento más delicado, posiblemente, desde la crisis del petróleo de 1973. En aquella ocasión, se debió a la escasez de petróleo, como consecuencia de la Guerra de Yom Kipur. Esta vez, se trata de la transición a un modelo de movilidad completamente diferente. En este sentido, ¿España está perdiendo el tren del coche eléctrico?

Solemos decir que España llega siempre tarde a todo. Realmente, esta afirmación no es del todo correcta, pero sí es verdad que, en lo que respecta al coche eléctrico, estamos más retrasados que la mayoría de los países europeos. 

Y eso, a pesar de que las ventas de vehículos a baterías están aumentando en España, aunque no lo suficiente. Los datos no engañan y, según ANFAC, en 2022 se vendieron 36.452 coches eléctricos, lo que representa una cuota de mercado del 3,3%

El 3,8% de los vehículos que circulan en España son eléctricos, muy lejos de la media de la Unión Europea, que se sitúa en el 15,1%. Por tanto, aunque el interés del público por los coches eléctricos aumenta, no lo hace en consonancia con nuestros vecinos. 

Coches chinos

Pero merece la pena detenerse a analizar por qué ocurre esto. ¿Acaso estamos los españoles menos concienciados con cuidar el medioambiente? ¿No queremos comprar coches eléctricos? No creo que la razón sea esa. 

En España, la demanda del coche eléctrico es baja, porque es un producto muy caro y porque el sistema de ayudas a su compra es un auténtico laberinto burocrático que produce fuertes dolores de cabeza. Además, esas ayudas llegan mucho tiempo después de haber comprado el vehículo y, a la hora de hacer la declaración de la renta, hay que pasar por caja.

A esto hay que añadir otro problema que, en los próximos años, debería quedar subsanado, pero, a día de hoy, no lo está. Me refiero a la escasez de puntos de recarga de baterías. Todo este panorama hace que a más de uno que esté pensando en comprarse un coche eléctrico se le quiten las ganas. 

¿España está perdiendo el tren del coche eléctrico?

España está perdiendo el tren del coche eléctrico

Esto nos lleva a hacer otra reflexión. Si no se venden coches eléctricos, no tendría sentido fabricarlos y, si vamos hacia un mundo en donde sólo se fabricarán vehículos eléctricos, entonces sobrarán las fábricas españolas. 

Actualmente, España es una potencia en el sector de la automoción. Es el noveno país del mundo en producción de automóviles y el segundo de Europa, sólo superado por Alemania. La industria del automóvil genera el 10% del PIB español y mantiene a cientos de familias a través de las fábricas de Sevilla, Vigo, Madrid, Valladolid y tantas otras.

Pero, como dijo Wayne Griffiths, presidente de ANFAC y CEO de Seat y Cupra, en la presentación de la hoja de ruta del automóvil para el trienio 2023-2025, “¿para qué vamos a producir coches eléctricos si no se venden en España?

Los distintos fabricantes han invertido (o lo están haciendo) grandes cantidades de dinero para adaptar sus centros y cadenas de montaje a la producción de coches eléctricos. Pero, si luego esos vehículos no se venden, no será rentable.

Además, en cuanto a la fabricación de baterías, donde también estamos bastante rezagados, ya nos hemos asegurado la construcción de las fábricas de Volkswagen en Sagunto, la de Envision en Navalmoral de la Mata, la de Phi4tech en Badajoz y la de Basquevolt en Vitoria. 

Esto hará que España se convierta en el cuarto país en ensamblaje de celdas de baterías, por detrás de Alemania, Hungría y Francia. A lo que hay que sumar los proyectos de nuevas plantas de baterías en Zuera (Zaragoza) y Valladolid.

España está perdiendo el tren del coche eléctrico

Pero volvemos a lo de antes. Hace falta que aumente la demanda de coches eléctricos y, para ello, es necesario mejorar y facilitar el sistema de ayudas a la compra de vehículos a baterías, de manera que no sea un procedimiento tan farragoso.

En segundo lugar, las distintas administraciones, empezando por la central, deben extender, de una vez por todas, la infraestructura de puertos de carga por toda la geografía. Esto es especialmente importante en un país donde la mayoría de las personas vive en pisos y no puede instalar puntos de carga. 

Y, en tercer lugar, debe bajar el precio de los automóviles, algo que sólo ocurrirá si aumenta la demanda. El problema es que el precio de los coches eléctricos difícilmente bajará mucho, debido a las baterías, cuya producción está dominada casi en su totalidad por China. 

China tiene casi el monopolio de la fabricación de baterías porque controla la extracción de la mayoría de los componentes necesarios para construirlas. Esto me lleva a recordar algo que dije en un artículo anterior: Europa se está dando un tiro en el pie con el coche eléctrico, sustituyendo una tecnología donde era el mejor (el motor de combustión) por otra que no domina (el coche eléctrico).

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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