Opinión: Por qué las ZBE perjudican a las clases más desfavorecidas

Como ya sabrás de sobra a estas alturas, el 1 de enero de 2023 entraron en vigor las llamadas Zonas de Bajas Emisiones, un área delimitada que veta al acceso a los vehículos contaminantes en todos los municipios con más de 50.000 habitantes. El objetivo es reducir las emisiones. Sin embargo, de manera indirecta, las ZBE perjudican a las clases más desfavorecidas.

Las ZBE están reguladas por el Real Decreto 1052/2022, de 27 de diciembre, en cumplimiento de la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética. Y, aunque se enmarca en una ley estatal, su gestión corresponde al ayuntamiento de cada municipio.

La medida persigue reducir las emisiones contaminantes en las ciudades, no sólo en aquellos lugares con más de 50.000 habitantes, sino también en los municipios de más de 20.000 habitantes en los que se registren altos niveles de contaminación.

En un principio, todo parece muy positivo. No estoy en contra de promover la movilidad eléctrica y reducir la contaminación. Sin embargo, quizá nuestros políticos y, en última instancia, las autoridades europeas (todo esto procede de la Unión Europea), no han tenido en cuenta un efecto indirecto y muy pernicioso para los sectores más desfavorecidos de la clase trabajadora. 

Alternativas para los conductores de coches con etiqueta B que quieran entrar en ZBE

Esto, siendo biempensante. No quiero creer que los políticos sí lo hayan tenido en cuenta, pero les importe un pimiento, con tal de favorecer a los lobbies ecologistas, que los hay. 

Y es que ese efecto negativo que digo se traduce en que hay muchas personas, muchas familias que no pueden permitirse comprar un vehículo híbrido, y no digamos ya uno híbrido enchufable o eléctrico, que son lo más ecológicos, lo que tienen la etiqueta CERO de la DGT y gozan de mayores ventajas.

Ahora mismo, todos los coches que tengan una etiqueta de la DGT en el parabrisas, independientemente del sistema de propulsión, pueden acceder a las Zonas de Bajas Emisiones. Sólo tienen prohibido el acceso los más contaminantes, es decir, los que no entran dentro de dicho etiquetado. 

Por qué las ZBE perjudican a las clases más desfavorecidas

Sin embargo, España es un país con un parque móvil muy envejecido, cuya edad media supera los 14 años. Significa esto que hay muchas personas que tienen coches diésel y de gasolina antiguos. Se calcula que circulan en España alrededor de 7,6 millones de coches sin etiqueta.

Como te contamos hace poco, a partir de 2025 las restricciones de las ZBE se ampliarán también a los coches con etiqueta B, es decir, todos los turismos y todoterrenos de gasolina matriculados entre el 1 de enero de 2001 y el 31 de diciembre de 2005, así como los diésel matriculados entre 2006 y 2013. 

Esto supone unos 8 millones de vehículos, lo que, sumado a los 7,6 millones sin etiqueta, hace un total de 15,6 millones de vehículos que no podrán circular por esas áreas delimitadas, en torno al 60% del parque automovilístico nacional. 

Esto supone un serio revés para muchas familias que tienen un coche viejo, no por gusto, sino porque no pueden permitirse uno moderno, electrificado y con todo el equipamiento de los vehículos de última generación. 

¿Quiénes se pueden permitir ese tipo de coches? Efectivamente, aquellos sectores más pudientes, los que pueden gastarse 25.000 y 30.000 euros en un híbrido enchufable y más en un eléctrico. Un trabajador medio no puede aspirar a eso.

En consecuencia, si siguen aumentando las restricciones al tráfico privado (como así ocurrirá), los más perjudicados serán los sectores más desfavorecidos de la clase trabajadora, que es la que representa la mayoría de la parte viva de la nación. 

Se da la paradoja de que, quienes promueven este tipo de iniciativas con la excusa de combatir el cambio climático, a menudo proceden de fuerzas políticas que dicen defender los intereses de la clase trabajadora. Pero ya vemos que no es así.