Opinión: el precio de los coches nuevos se ha disparado, ¿es lógico?

Según la propia Agencia Tributaria, el precio medio de los vehículos ha pasado de los 17.000 euros raspados a algo más de 23.000 en apenas cinco años. El precio de los coches nuevos se ha disparado, pero ¿es lógico? 

Lamentablemente, la respuesta a esta pregunta es un sí rotundo, aunque tiene matices, como todo en esta vida. Efectivamente, el precio de los coches nuevos ha subido mucho en los últimos años. Si hacemos una comparativa rápida con lo que costaba un modelo hace diez años y lo que cuesta hoy, nos llevaríamos las manos a la cabeza.

Un ejemplo: el Fiat 500, en 2010, costaba 10.750 euros, y ahora, trece años después, siendo la misma generación, tiene un precio de partida de 16.500 euros, lo que supone un incremento del 53,4%. ¿Quieres otro? Hoy un Skoda Fabia con motor 1.0 PMI de 80 CV cuesta 20.185 euros. En 2010, un Fabia 1.2 de 60 CV se facturaba en 8.590 euros. Una diferencia de +134,9%.

Y, por supuesto, en 2023 la población no gana un 53,4% o un 134,9% más que en 2010. Me atrevería a decir que la situación es igual o, incluso, peor, en según qué casos. Alguno dirá que en la pasada legislatura el Gobierno subió varias veces el Salario Mínimo Interprofesional. Sí, pero también los impuestos. 

Hay varias razones que explican el aumento de los precios de los coches. El primer es que hay menos oferta, mientras se mantiene la misma demanda. Esto hace que las marcas puedan ofertas sus productos a un precio más caro. Es la ley de la oferta y la demanda. 

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En segundo lugar están los legisladores de la Unión Europea, que parecen haber culpado al automóvil del cambio climático. Hablar de esto siempre es problemático, puesto que vivimos en la era de la polarización y cuestionar la ideología del pensamiento único (que diría el filósofo italiano, Diego Fusaro) te convierte en un negacionista.

Europa ha decidido que hay que acabar con los vehículos de combustión. De hecho, ya sabemos la fecha para ello: 2035. Y eso a pesar de que el impacto de las emisiones de CO2 de los coches en la UE es bastante reducido, al menos, si lo comparamos con otras regiones del planeta, como Asia (principalmente, China) y Estados Unidos.

Pero no importa, Europa quiere llevar la bandera green de la sostenibilidad. Y, mientras llega 2035, antes, en 2025 debería entrar en vigor la normativa Euro 7, mucho más restrictiva que la Euro 6 y sus derivadas, lo cual obliga a los fabricantes a adaptar sus vehículos a la nueva norma. Esto supone una potente inversión que, lógicamente, se traslada al coste final del producto. 

¿Por qué se ha disparado el precio de los coches nuevos?

Por otro lado, está la cuestión de si la Unión Europea está planteando bien la electrificación de la automoción, apostando únicamente por vehículos a baterías. Es decir, Europa puede fijar un objetivo de emisiones, pero que luego cada uno se busque las habas para lograrlo, implementando la tecnología que considere mejor (hidrógeno, pila de combustible, e-fuel…)

No hay que olvidar tampoco la incorporación de los sistemas ADAS, que obliga a instalar en todos los coches que se vendan en la Unión Europea un conjunto de ayudas a la conducción, como el asistente de velocidad inteligente, el aviso de tráfico cruzado, la alerta de cambio de carril o el detector de fatiga, entre otros.

Todo esto hace que los coches nuevos sean más caros. Hablando en términos aproximativos, en la actualidad, resulta difícil gastarse menos de 15.000 o 16.000 euros en un utilitario con un equipamiento básico. Antes los podías encontrar por unos 10.000.

Esta es la explicación de que los vehículos sean más caros. Otra cuestión es si está justificado o no. Es decir, si es necesario llenar los coches de tantas cosas. Y cuidado, porque no me refiero a pantallitas.

Efectivamente, hoy los coches parecen ordenadores con ruedas, con tantas pantallas y, en algunos casos, incluso con un salpicadero enteramente digital. Pero es un error creer que eso aumenta el precio. Al contrario. 

Aunque pueda parecer contradictorio, a los fabricantes les resulta más barato llenar los automóviles de pantallas y aglutinar en ellas miles de funciones táctiles. Era más caro hacer una consola con botones físicos, donde cada tecla tenía una función (con su correspondiente cableado, etc).

Luego hay que hablar del tema de la calidad. ¿Realmente, los coches están mejor fabricados hoy que hace 30 o 40 años? ¿Las marcas ponen el mismo esmero y cuidan la calidad de los materiales como antes? 

Esto también es polémico, pero hay que tratarlo. El que escribe estas líneas tiene un Citroën C4 Cactus de 2019, comprado de ocasión. El interior es todo plástico y, en algunas zonas, de una calidad discutible. Un Citroën GS de los años 70 tenía mejores materiales. 

Y lanzo una pregunta: ¿son los actuales Mercedes igual de buenos que los de los años 80, 70, 60…? Ahí lo dejo. No me refiero a equipamiento y carga tecnológica, que eso es incuestionable. Hablo de calidad y de lo que invierte un fabricante para elaborar su producto. 

Yo creo que, siguiendo la lógica capitalista, podemos resumir: los coches son más caros porque hay menos oferta y misma demanda y las marcas tienen que introducir una serie de tecnologías que encarecen los costes. Pero, al mismo tiempo, invierten menos en calidad de construcción, por lo que tenemos un producto final de peor calidad. 

Sin embargo, los fabricantes aumentan sus ingresos, que es al final de lo que se trata. Reducir costes y aumentar el precio final, para que los márgenes de beneficios sean mayores. Y, mientras tanto, al ciudadano se a pie, que a duras penas llega a final de mes, tiene que pagar mucho más por tener un coche. 

Luego nos quejamos de que la edad media del parque automovilístico español supera los 14 años y de que aumentan las ventas de coches de segunda mano antiguos.