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Opinión: ¿Y qué hacemos ahora?

Opinión kike Ruiz

ARRANQUE EN FRÍO:

Tengo la suerte de contar con buenos amigos en Valencia, así que cada vez que puedo y la agenda me lo permite, me escapo hasta allí a pasar un fin de semana y disfrutar del buen solecito y sus maravillosas paellas y arroces. Sí, un madrileño más en la comunidad valenciana. Tenemos mala fama, y no sin razón, porque en las pasadas vacaciones de Semana Santa una de las carreteras más atascadas y con más tráfico ha sido la A3. Es lo que hay… por algo la llaman la playa de Madrid.

Reconozco que soy algo cotilla y no pocas veces me gusta investigar cómo está el tráfico. No ya solo en mi ciudad, sino también en el resto de carreteras españolas y hasta del resto del mundo, porque más de una vez he alucinado con la cantidad de kilómetros atascados que hay en ciudades como Nueva York o París, por poner dos ejemplos (lo puedes ver simplemente activando la función ‘Tráfico’ en Google Maps).

Atascos

El caso es que en esta ocasión he visto los toros desde la barrera. ¿Gracias a qué? Al tren de alta velocidad y sus precios. Nadie que me conozca dudará de lo mucho que me gusta ponerme detrás de un volante y conducir. Da igual las horas y el tipo de carretera (si es con muchas curvas, mejor, pero aguanto muy bien el tipo en las aburridas autovías).

Pero todo tiene un límite y a nadie le gusta estar atrapado en un atasco, así que decidí acudir a una las muchas operadoras que cubren el trayecto Madrid-Valencia. Y aquí es cuando empiezan las sorpresas. No fui especialmente previsor, así que compré los billetes dos semanas antes y aun así me encontré con un precio del primer trayecto de solo 19 euros y el de vuelta de 35. En total, 54 euros ida y vuelta.

¡54 euros ida y vuelta en un Madrid-Valencia tardando menos de 2 horas en cada trayecto! Señores, ¿y ahora qué hacemos? Con esos precios, la competitividad del coche queda muy tocada. Incluso haciendo cuentas con los coches que menos gastan, como hicimos con esta comparativa de coches híbridos que menos consumen, los números salen.

Un buen amigo mío, que venía a Valencia desde Zaragoza y después se volvía en coche a Madrid, me fue narrando sus continuas paradas en la recta de Cheste, justo a la salida de Valencia, y en Saélices, mientras yo iba tranquilamente escuchando música a 300 km/h y llegando mucho antes que él, habiendo salido él mucho antes que yo.

Atascos 2

Obviamente, mi caso es claro (viajaba yo solo, iba al centro de Valencia y no a un pueblo, etc…) Seguramente, en el caso de viajar una familia entera el tren sale más caro… Pero aun así, habría que tantear si compensa o no el tema de la comodidad, porque te aseguro que en coche siempre vas a llegar más cansado.

UNA REFLEXIÓN AL RALENTÍ:

Dicho esto, se me vuelve a venir a la cabeza el tema de las ventas de coches y eso que parece que 2023 no va mal (las ventas de coches no se recuperarán hasta 2030). Pero claro, si cada vez es más difícil entrar en las ciudades con tu coche (no ya solo por las restricciones sobre las etiquetas de la DGT: Todo lo que tienes que saber sobre las Etiquetas DGT en 2023: cómo usarlas, limitaciones, dónde conseguirlas…), también porque cada vez están quitando más y más plazas de aparcamiento en superficie (los garajes se están frotando las manos) y no es posible encontrar un sitio libre para dejar el coche.

Sigo sin entender el afán de muchos alcaldes ‘cochófobos’ de eliminar lo que siempre ha sido un símbolo de libertad de movimientos y prosperidad (por toda la industria y PIB que mueve en nuestro país).

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

Etiquetas: Opinión

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