Las ventas de coches no se recuperarán hasta 2030

En 2022 las matriculaciones de coches en España alcanzaron las 813.396 unidades, lo que supuso una bajada de 5,4% respecto a 2021. Parece que en 2023 empezará un cambio de tendencia, pero todavía queda un largo camino por delante: ventas de coches no se recuperarán hasta 2030.

La Asociación Nacional de Vendedores y Reparadores de Vehículos (Ganvam) ha presentado sus previsiones para los próximos años y, dentro de lo que cabe, hay hueco para la esperanza.

En 2023 se alcanzarán las 944.000 unidades, lo que será un crecimiento del 16%, y en 2024 se volverá a romper, tras varios años sin conseguirlo, la barrera del millón de unidades, con lo que se estima un crecimiento del 7,6%.

Durante los años posteriores las cifras esperadas son las siguientes: 1,07 millones de unidades vendidas en 2025 (+5,8%), 1,13 millones de matriculaciones en 2026 (+5,4%), 1,17 millones de ventas en 2027 (+3,7%), 1,21 millones de matriculaciones en 2028 (+3,1%) y 1,14 millones en 2029 (2,8%).

La fecha clave marcada en el camino es 2030, pues será la primera vez que se superen los niveles de ventas prepandemia: se prevén unas matriculaciones de 1,28 millones de unidades, lo que supondrá rebasar los 1,25 millones registrados en 2019.

Ahora bien, una de cal y una de arena, puesto que desde Ganvam apuntan que en 2030 se espera que todas las ventas, la combinación de coches eléctricos y coches híbridos enchufables suponga solo el 21% del total.

Con este dato, desde la asociación ven improbable (por no decir, imposible) que se pueda cumplir el escenario impuesto por la Unión Europea para 2035, año en el que se prohibirá la venta de coches nuevos de gasolina y diésel, pero también de cualquiera que emita gases mientras funciona (todos los híbridos, hasta los PHEV, también estarán fuera de la ecuación). 

El director general de Ganvam, Fernando Miguélez, ha declarado que “un enfoque tecnológico diverso haría que la protección del clima fuera más eficaz y socialmente aceptable”.

Añadiendo que “permitiría proteger el empleo y la competitividad en Europa y evitaría que grandes capas de la población se quede fuera de la movilidad cero emisiones por razones económicas. No olvidemos que la movilidad debe ser accesible y asequible”.