Opinión: ¿la Inteligencia Artificial supone un problema para los concesionarios?

Hace unos días desayunábamos con una información curiosa y, a la vez, inquietante. Phyron, una empresa sueca especializada en tecnología de vídeo, ha desarrollado un software basado en Inteligencia Artificial que podría vender coches a partir de 2025. Es decir, la IA aplicada al mundo del automóvil. 

Desarrollado específicamente para el sector de la automoción, el software es similar al GPT-4 y añade voz en off personalizada y totalmente automatizada a los vídeos que produce Phyron, disponible inicialmente en más de 22 idiomas, con cuatro voces masculinas y otras cuatro femeninas por cada idioma. 

Además, permite ajustar todas las características de la voz en off, como el tono, la velocidad, el ecualizador de voz o la ganancia de la música. 

Como afirmó el CEO de Phyron, Johan Sundstrand, “se ha demostrado que los vídeos con IA venden coches entre tres y cinco días antes y la incorporación de la voz en off con IA no hará sino aumentar el impacto y la eficacia".

"Es sólo cuestión de tiempo que la tecnología avance hasta un punto en el que ChatGPT pueda acercarse mucho a la forma en que un vendedor vende coches. Creemos que esto podría ocurrir tan pronto como en 2025, basándonos en la velocidad actual de desarrollo y adopción de la IA", añadió.

La Inteligencia Artificial puede producir la locución a partir de anuncios de coches existentes, del mercado y de datos técnicos. Trabaja con cualquier entrada, de 5 a 5.000 palabras, y puede escribir el manuscrito a partir del texto del fabricante, la web del concesionario o plantillas predefinidas.

Todo ello permitirá a los concesionarios vender más coches y en menos tiempo, a través de plantillas personalizadas para cada perfil de cliente, campaña o producto. A priori, la música suena muy bien, pero… ¿y qué pasa con todo el equipo humano que se dedica a la venta de coches?

¿La Inteligencia Artificial supone un problema para los concesionarios?

Se me ocurre que, si con la IA se van a vender más coches y más rápido que actualmente, ya no serán necesarios los comerciales de los concesionarios. Prácticamente, se podría prescindir de los departamentos de ventas de las marcas. 

Bastaría con un reducido equipo que trabajaría desde la sede de la compañía (o desde donde sea), que se encargaría de producir el vídeo y redactar el texto que quiere que la IA reproduzca, y listo. 

Desde la Revolución Industrial, a mediados del siglo XVIII, las máquinas han ido reemplazando al hombre en muchas tareas. Primero en el campo y después en la industria. Es algo normal y forma parte del progreso técnico.

La tecnología ha facilitado enormemente el trabajo y, en general, la vida de las personas. La prueba más evidente es Internet: hoy, puedes encontrar cualquier dato en cuestión de segundos, mientras que antes había que acudir a algún archivo, biblioteca u otro centro especializado.

Y es verdad también que, siempre que aparece una novedad tecnológica, se produce una reacción por parte de la sociedad. Las personas solemos reaccionar mal ante lo nuevo, con cierto rechazo. Luego, poco a poco, comenzamos a asimilarlo.

Un claro ejemplo de esto fueron los movimientos vanguardistas en la pintura, desde mediados del siglo XIX. Hoy nadie o casi nadie cuestiona el cubismo o el impresionismo. Sin embargo, muchos de sus autores no alcanzaron el prestigio que merecían en vida. Van Gogh, por ejemplo.

¿Qué quiero decir con esto? Que la novedad asusta al principio, provoca rechazo. Sin embargo, una cosa es esto y otra muy distinta que una máquina pueda hacer cualquier tarea por una persona.

Si sustituimos el personal que trabaja en los concesionarios por la Inteligencia Artificial, entonces también podríamos hacer lo mismo en cualquier otro sector. Si la IA puede vender coches, también podrá vender cualquier otro producto. Entonces, está en peligro millones de puestos de trabajo. 

¿Quitamos también a los periodistas y que la IA redacte los textos por nosotros? También se podría desarrollar un software que redactara noticias y reportajes. 

No se trata aquí de rechazar por completo la tecnología ni los avances técnicos. Quizá, hasta sería ventajoso aplicar la IA en determinados aspectos del desarrollo de un producto, pero manteniendo un equilibrio. 

Al fin y al cabo, todos tenemos que comer y cubrir nuestras necesidades básicas. Si la Inteligencia Artificial puede vender coches a partir de 2025, hay mucha gente que tendrá que empezar a elaborar currículums.