Prueba Volvo XC40 Recharge: las 'mata' callando este SUV eléctrico sueco

Prueba Volvo XC40 Recharge. Lo vimos por primera vez a finales de enero de 2020 en Milán, antes de que el mundo se pusiera del revés debido al coronavirus. Pero por fin ha llegado el momento de poder conducirlo por tierras españolas... aunque sea una unidad sueca, pues a España no llegará como tal hasta el mes de junio. En cualquier caso teníamos muchas ganas de ponernos a los mandos del primer coche eléctrico de Volvo.

Aunque, en sentido estricto, el Volvo XC40 Recharge no es el primer coche eléctrico de la marca sueca. De hecho, aunque se tratara de una edición superlimitada, el primer coche eléctrico de Volvo fue el C30 electric, que tenía una autonomía en eléctrico de poco más de 100 km. Una primera incursión que ahora se acelera con la llegada del XC40 Recharge y que en breve se completará con el lanzamiento del Volvo C40 Recharge, un SUV coupé eléctrico. 

Sea como fuere, hoy toca la prueba del Volvo XC40 Recharge. ¿En qué se diferencia el XC40 eléctrico del XC40 'normal'? Pocos detalles. El primero y más destacado es el frontal, completamente tapado y del mismo color de la carrocería. Además, en el morro y bajo el capó se encuentra un maletero adicional con 31 litros de capacidad, que viene a completar los 413 litros del volumen de maletero trasero.

Más diferencias: el XC40 eléctrico lleva el techo y las molduras en negro de serie, además del emblema Recharge en el pilar C. Y poco más, pues las mayores diferencias se hallan en el interior y, sobre todo  en lo que a sistema de impulsión se refiere.

Así, el Volvo XC40 eléctrico estrena, por una parte, el sistema de infotainment cuyo software es de Google. Como indican en la marca sueca, lo que se buscaba es ofrecer el mejor sistema sobre todo de navegación, por lo que se han aliado con el gigante tecnológico norteamericano para ofrecer Google Maps, líder en sistemas de navegación, máxime desde que adquirió la empresa israelí Waze.  

Desde el punto de vista mecánico, el Volvo XC40 Recharge cuenta con dos motores de 150 kW (204 CV), uno por eje, por lo que de facto el XC40 eléctrico ofrece tracción integral. Con todo, la potencia conjunta del XC40 eléctrico es de 300 kW (408 CV), su par inmediato es de 660 Nm y acelera de 0-100 km/h en 4,9 segundos. ¡Una pasada! El XC40 Recharge incorpora en los bajos del vehículo unas baterías con 78 kWh de capacidad, lo que le otorga una autonomía de hasta 418 km en eléctrico en ciclo WLTP. 

Además, el XC40 Recharge, al igual que el resto de modelos de Volvo que se comercializan desde 2021, lleva la velocidad autolimitada a 180 km/h, como compromiso adicional de la marca sueca con la seguridad. En este sentido, el XC40 eléctrico incorpora de serie City Safety, Pilot Assist, reconocimiento de señales, sistema de alerta de tráfico cruzado y control de descenso de pendientes, entre otros muchos sistemas.

Es hora de dejar la teoría para pasar a la práctica. Accedo al interior del XC40 eléctrico, y lo primero que me llama la atención es que el botón de arranque ha sido tapado, por lo que se inicia la marcha una vez se inserta D.

En esta prueba del Volvo XC40 eléctrico tengo por delante más de 130 km de recorrido, que, como es habitual van a combinar tramos urbanos, con autopista y carreteras secundarias y de montaña. Accedo al menú de la pantalla central, que estrena interfaz Google –al igual que la instrumentación– en busca de los modos de conducción. Como también ha desaparecido el botón de acceso directo a los modos de conducción busco y rebusco por el menú... y nada. Solo encuentro la función para conectar y desconectar el sistema de one-pedal. 

Ojo al Volvo C40: estos son sus tres peores rivales

Me comentan en Volvo que el XC40 eléctrico carece de modos de conducción, pues no lo creen necesario. En mi humilde opinión todo ayuda, y más sobre todo a conservar la autonomía de la batería.

Resuelto, pues, el misterio inicio la marcha en el único modo que me permite el Volvo XC40 Recharge: 'palante'. Y lo cierto es que una vez que piso el acelerador se me borra de la cabeza la ausencia de modos de conducción. ¡Maaaaaadre mía cómo empuja este cacharro! Es más, no contento con la primera pisada al acelerador, vuelvo a pisarlo y es como salir con un cohete. He probado muchos eléctricos, y el par inmediato no me debería sorprender, pero sí lo hace el hecho de contrastarlo con un XC40 de combustión interna.

Salgo de autopista y me adentro por las vías secundarias de la sierra madrileña dispuesto a ver de qué es capaz el Volvo XC40 eléctrico en esta su primera prueba. Y, caramba, si en autopista sorprende, en carretera secundaria, convence. Empuja con solvencia, los adelantamientos los supera sin despeinarse y cuando llegan las curvas va muy plano, a lo que contribuyen los 600 kg de baterías en los bajos. Ni un ápice de oscilaciones de la carrocería.

Lo que sí se resiente es el consumo, y cuando veo en la instrumentación consumos de 32 kWh me empiezo a preocupar, habida cuenta que su consumo medio homologado es de 23,9 kWh. O le estoy metiendo mucha caña –lo es– o aquí falla algo.

Hasta el rabo todo es toro, y es cierto que cuando relajo mi ritmo –vamos, ir respetando los límites genéricos de la vía–, aprovechando inercias y usando el one pedal en tramos urbanos, el consumo se vuelve mucho más lógico. De hecho, tras 132 km de recorrido logro un consumo de 24,3 kWh, un dato muy razonable.

Llega el momento de las conclusiones. Sinceramente, el Volvo XC40 Recharge las mata callando, con su estilo escandinavo, modosito, tranquilo, pero con una fuerza de empuje que podría tratarse de un Polestar. 

En el otro lado de la balanza está la factura. El Volvo XC40 eléctrico no es barato. Aún no se han definido los acabados, pero se habla de un nivel de acabado II (precio de 54.623 euros) que al adquirir el pack de servicios incluido se podría acoger el Plan Moves 3 y la factura final se quedaría en 46.260 euros.

Es de esperar, en cualquier caso, que llegue una versión menos potente del Volvo XC40 Recharge y que rebaje la factura final aún más.