Prueba Kia Sportage 1.6 T-GDi MHEV: ¡menudo lujo!
Lujo no en el sentido de un coche de 300.000 euros, sino como suma de todo el conjunto que ofrece este Kia Sportage MHEV: consumo, espacio, diseño y manejo. Ponemos a prueba esta interesante versión de la nueva generación del SUV coreano.
Tiene prácticamente 30 años a sus espaldas, y en esas tres décadas el Kia Sportage se ha ganado una buena reputación que le ha permitido asentarse en el complicado segmento de los SUV compactos. Y lo ha hecho porque es un modelo honesto, con unas características de conducción realistas y un aspecto sencillo que cumple su función discretamente.
Es de eso de lo que trata este coche: no vende humo. Si acaso, un par de trucos por aquí y por allá para ganase al conductor, pero poco más. Esos trucos a los que me refiero son las pantallas, siempre vistosas, y el sistema de 48 voltios que lo convierte en un mild hybrid con pegatina Eco de la DGT.
Prueba del Kia Sportage 1.6 T-GDi MHEV Tech
Pero vayamos a la conducción. La marca coreana ha creado un coche cómodo. Yo me siento así desde el primer momento, y también mis acompañantes. Tiene muelles blandos, y unos amortiguadores que absorben todo lo que ocurre. Detrás hay espacio salvo que seas muy alto. El respaldo es regulable y cómodo. Delante los asientos tienen una banqueta corta y los muslos no acaban de apoyar bien.
Quizá los neumáticos 235 del acabado Tech son un poco excesivos, sobre todo si vas a circular por zonas con asfalto regular, pero a cambio aportan grip cuando el firme está en orden.
Si llegan curvas, notarás algo de balanceo, algo que te puedes esperar, al igual que el cabeceo cuando frenas. En general es un coche noble, pero si buscas algo que ofrezca una conducción con un poco de feeling, este te va a dejar frío porque los hay más ágiles: desde un Seat Ateca a un Mazda CX-5.
En cuanto al motor, el 1.6 T-GDi de gasolina y 180 CV se lo toma con calma; si le exiges, el cuatro cilindros se va a dejar notar, aunque con una media de consumo durante la prueba de 8,7 l/100 km. De hecho, llego al apartado que creo que tiene más margen de mejora: la insonorización. A velocidad de autopista el bastante rumoroso. No es dramático, pero sí llamativo.
Siguiendo con la mecánica, la caja de cambios también creo que necesita un retoque para ajustarla a las carreteras europeas. En ciudad es un poco brusca al iniciar la marcha, por lo que tendrás que dosificar bien el primer golpe de acelerador. También ofrece tracción 4x4 de serie en esta versión.
Ya en marcha la cosa mejora, pero el kickdown lo encuentro un poco lento y hay veces que prefiero optar por el manejo manual para subir una marcha a ciertas velocidades mantenidas en carretera secundaria.
Por lo demás, los frenos me han dejado asombrado por su capacidad de respuesta, tacto de pedal y aguante general, y lo mismo puedo decir de la estabilidad lineal, que proporciona una agradable sensación de empaque que hace que conducirlo te deje buen sabor de boca.
Valoración
Si te gusta este modelo, debes comprarlo sabiendo que no es el SUV más eficiente del mundo y que su principal punto fuerte radica en la media de todos sus factores: aunque no sobresale especialmente en nada, el resultado final es más que satisfactorio.
Lo mejor
Comodidad y equipamiento
Lo peor
Consumo y balanceos
Etiquetas: SUV
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