Prueba del Ford Bronco: ¡Ojalá se vendiera en Europa!
Un todoterreno con todas las letras y algunos detalles que lo hacen irresistible. Probamos el Ford Bronco
Los fans (americanos) de Ford tuvieron que esperar mucho tiempo para una nueva edición del Bronco, que fue descontinuada hace muchos años. Ahora el todoterreno finalmente ha vuelto y lo hemos probado en exclusiva.
Similar al modelo de primera generación, el nuevo Ford Bronco también tiene proporciones cuadradas y voladizos cortos. El perfil lateral tiene una superficie plana y sencilla con bordes claros y guardabarros “acampanados”. De alguna manera, este Ford recuerda a un modelo de Lego o Playmobil.
Al volante
Puedes elegir entre un turbo de cuatro cilindros y 2,3 litros con 270 CV, que se suspendió en el Mustang debido a una falla persistente, y el 2.7 EcoBoost, mucho más adecuado, que genera unos impresionantes 310 CV y está acoplado a una caja automática de diez velocidades.
En funcionamiento normal, la potencia del motor se transfiere al eje trasero, pero se pueden activar la tracción total y la reductora. Varios programas de conducción y la impresionante distancia al suelo de alrededor de 30 centímetros también garantizan que esté bien dotado, no ya para salirse del asfalto, sino para salirse de las típicas pistas de tierra trilladas, cómodas para cualquier SUV. Aquí estamos ante un todoterreno de verdad, y eso lo confirma también su profundidad de vadeo de más de 85 centímetros.
El nuevo Bronco ha mantenido el encanto y el diseño del modelo antiguo, y se conduce como un vehículo todoterreno moderno, eso sí, con un centro de gravedad notablemente alto, y eso se nota. Mejor no pisarle mucho.
Dependiendo de los neumáticos, el Bronco puede alcanzar 160 ó 180 km/h y tiene un consumo oficial de 10,8 litros cada 100 kilómetros.
Muy personalizable
En los modelos de dos y cuatro puertas, los módulos del techo se pueden quitar y guardar en la parte trasera del vehículo, donde los asientos traseros son más adecuados para abatir que para transportar personas.
Además del techo rígido de varias partes desmontables, también hay una capota blanda bajo pedido, por lo que las puertas sin marco también se pueden quitar (eso sí, con un poco más de esfuerzo).
El modelo base del Ford Bronco 2.3 comienza en 28.500 dólares (poco más de 24.000 euros). Ahora bien, nosotros optaríamos por el Outer Banks con el motor 2.7 Ecoboost V6, que cuesta poco menos de 51.000 dólares (unos 43.000 euros) con asientos de cuero parcial, un paquete con sistema de sonido y navegación y otros detalles bastante lujosos.
Y ahora la mala noticia: no se vende en Europa, pero en esta última configuración, sin duda sería un éxito.
Etiquetas: Todoterreno, Todoterrenos
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