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El origen del logo de Lamborghini

Origen del logo Lamborghini

Al contrario de lo que se cree, el toro presente en el logo de Lamborghini no tiene que ver con la afición de Ferruccio por la tauromaquia. El origen del logo de la marca italiana es otro.

La de Lamborghini es una de las historias más fascinantes del automovilismo. El claro ejemplo de cómo la confianza en uno mismo puede dar lugar al nacimiento de una de las marcas de coches más apreciadas. Este es el origen de Lamborghini y su logo del toro.

El nacimiento de Lamborghini como marca de coches es de sobra conocido. Se produjo a raíz de los continuos problemas que padecía Ferruccio Lamborghini con la transmisión de su Ferrari 250 GT.

Feruccio era un tipo peculiar, un apasionado de la mecánica, los motores y los coches que creó su propia empresa de tractores después de la Segunda Guerra Mundial y se hizo rico, pudiéndose permitir una vida opulenta y adquirir los coches más lujosos de la época.

Origen del nombre Alfa Romeo

Comenzó a adquirir grandes deportivos de los años 50 y 60 como Mercedes, Lancia, Alfa Romeo, Maserati, Jaguar o Ferrari, pero siempre encontraba en ellos algún defecto, algo que no le terminaba de convencer. 

En especial, continuos los problemas que sufría con la caja de cambios en su Ferrari 250 GT, uno de los coches más caros y exclusivos por aquel entonces.

La discusión con Enzo Ferrari

Origen del logo Lamborghini

Cansado de que su 250 GT estuviera más tiempo en el taller de Maranello que en la calle, Lamborghini perdió la confianza en los mecánicos de Ferrari, estaba convencido de que la transmisión no era la adecuada para la potencia del motor, así que decidió desmontarla y montarla de nuevo, empleando componentes de sus tractores.

Esto solucionó los problemas con la caja de cambios y fue a Maranello para comunicárselo personalmente a Enzo Ferrari. Éste, enfurecido al ver que un campesino había modificado la mecánica de su coche, pronunció la conocida frase: “¿La mecánica va bien, el problema es que tú eres capaz de conducir tractores, pero no un Ferrari?”. 

A lo que Ferruccio, sabiendo que no era verdad lo que decía, le respondió: "Querido ingeniero, no compraré más sus maravillosos coches. Desde ahora los deportivos me los hago yo, así estoy seguro de que van como me gusta a mí". 

Seis meses después, nació la fábrica de Lamborghini Automobili en Sant'Agata Bolognese, muy cerca de Maranello. Todo esto fue posible, claro está, gracias a que disponía de una gran cantidad de recursos económicos, debido a su éxito como fabricante de tractores desde la finalización de la guerra.

El origen del logo de Lamborghini

Origen del logo Lamborghini

Fue así como nació la marca de automóviles Lamborghini. Los primeros modelos fueron el 350 GT y el 400 GT, dos coches de tipo gran turismo que tuvieron un éxito discreto. Pero luego llegó el Miura, un coche revolucionario en todos los sentidos que creó el concepto de superdeportivo y cambió para siempre la historia de la marca.

El logo de Lamborghini es un toro, pero, a diferencia de lo que se cree, Ferruccio no eligió este animal para el escudo de su marca de coches porque fuese un aficionado a la tauromaquia

Efectivamente, Lamborghini era un gran aficionado a los toros, pero no lo eligió por eso, sino porque era su signo del zodiaco: Tauro, que en la mitología griega representa la forma (el toro) que adoptó el dios Zeus para seducir a Europa y raptarla.

En cambio, su afición por la tauromaquia sí influyó en los nombres de los coches a partir del Miura. Prácticamente, todos los modelos que siguieron después tenían un nombre relacionado con el mundo del toro: Islero, Espada, Jarama, Diablo, Murciélago, Gallardo… 

Sólo el Lamborghini Countach rompió con esa tradición. Se eligió ese nombre que, en realidad, es una palabra en dialecto piamontés que muestra sorpresa o asombro por algo y uno de los ingenieros la repetía constantemente. 

En tono de broma, alguien sugirió denominar al nuevo deportivo como Countach y, finalmente, se quedó ese nombre. Otros modelos no han tenido un nombre vinculado a la tauromaquia, como el Sesto Elemento.

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