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Opel Tigra V6, un ejemplar único en el mundo

Opel Tigra V6

Estuvo a punto de llegar a producción.

El Opel Tigra es uno de esos coches que demuestran lo mucho que ha cambiado el mundo del automóvil. Un modelo que ejemplifica como, en la bonanza económica de los años 90, los fabricantes arriesgaban más y creaban automóviles menos prácticos pero que apelaban más a los sentimientos. En el caso del alemán, hasta tuvo una versión de lo más loca, el Opel Tigra V6.

Es posible que nunca hayáis oído hablar de él, algo lógico porque se trata de una unidad única creada por Opel, que en su seno interno barajaba la opción de convertir al Tigra en un modelo de altas prestaciones.

Hay que recordar que la primera generación, que se lanzó en 1994 y se fabricaba en la planta de la marca en Figueruelas, Zaragoza, montaba motores de potencia contenida ajustados al tamaño, peso y segmento del pequeño deportivo.

 

Podía montar un bloque 1.4 de 90 CV o un 1.6 de 105 CV, que hacía las veces de tope de gama y le permitía alcanzar los 100 km/h desde parado en 9,4 segundos, así como lograr una velocidad máxima de 203 km/h.

No estaba nada mal para el enfoque del modelo, pero dentro de la compañía, un pequeño grupo liderado por Fritz Indra, desarrollador de motores de la firma, pensó que se le podía dar una vuelta de tuerca al concepto, convirtiéndolo en un deportivo de motor central con un propulsor de alto rendimiento.

Lo primero fue modificar de manera considerable el chasis del Tigra, puesto que la posición central transversal del motor obligó a recolocar ciertos elementos: el depósito de combustible estaba bajo el capó y hubo que instalar un eje delantero tomado del Opel Vectra B y que también hubo que retocar.

Opel Tigra V6

Con la base montada, elegir el bloque en cuestión fue sencillo, pues solo hubo que mirar dentro de la oferta de motores que tenía la compañía por aquel entonces. El seleccionado fue el propulsor que animaba al Opel Omega B, que estuvo en producción desde 1994 hasta 2003.

Se trataba de un V6 de 3,0 litros y aspiración natural que desarrollaba una potencia de 211 CV a 6.200 rpm y un par máximo de 270 Nm a partir de las 3.400 vueltas. 

Nunca llegaron a trascender las prestaciones del Opel Tigra V6, pero por su menor peso, debían ser mucho mejores que las del Omega, que equipado con dicho motor era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y alcanzaba una velocidad punta de 243 km/h.

Parece que Opel consiguió un resultado satisfactorio con su pequeño deportivo de motor central, pero, ¿por qué el proyecto no llegó a buen término? Parece que dentro de la marca se dio el visto bueno a su producción, pero finalmente no llegó a ver la luz porque se decidió apostar por el Opel Speedster, que se lanzaría al mercado en 1999.

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