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Así nació y vivió el Citroën 2 CV, historia de los coches hechos en España

Citroën 2 CV España

El Citroën 2 CV forma parte del patrimonio histórico de España al tener un papel fundamental en el desarrollo de la industria automovilística de nuestro país. Fue el primer modelo que salió de la fábrica de Vigo cuando abrió sus puertas en 1958,

Cuando Pierre Boulanger, director de Citroën, levantó el velo que cubría el Citroën 2 CV en el Salón del Automóvil de París de 1948 dijo: “Aquí está el coche del futuro”. Pero ese coche del futuro produjo reacciones muy contrariadas, empezando por el presidente de la República Francesa, Vincent Auriol. 

Adjetivos como “horrible”, “raro”, “espantoso” se escucharon por parte del público selecto que acudió a la ceremonia de presentación de un coche que había generado mucha expectación los días precios. 

El runrún que venía escuchándose en el mundillo de los periodistas del motor y los aficionados apuntaba hacia un vehículo pequeño y práctico pensado para el campo, con tracción delantera. Nadie pensaba en grandes alardes técnicos o estéticos.

Después de destaparse, la prensa no fue demasiado indulgente con su diseño. Digamos que el Citroën 2 CV dejó un vacío entre los que lo contemplaron por primera vez. Nadie aquel 7 de octubre de 1948 podía imaginar que ese coche “horrible”, “raro” y “espantoso” se convertiría en un tótem de la industria del automóvil, no sólo francesa, sino mundial.

Citroën 2 CV, de patito feo a legenda

Citroën 2 CV España

Aunque el Citroën 2 CV se presentó en 1948, su desarrollo comenzó mucho antes, como es sabido, a finales de los años 30. Pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial el 1 de septiembre de 1939 obligó a la compañía a suspender el proyecto. 

En 1940, cuando los nazis ocuparon Francia, los ingenieros escondieron varios prototipos para que no los descubrieran los alemanes. Finalizada la guerra en 1945, retomaron el programa. 

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En 1937, Michelin se hizo cargo de Citroën, que estaba en quiebra, y nombró a Pierre Boulanger como director general y se puso a trabar en su primer proyecto al frente de la compañía. 

Basándose en una encuesta realizada a potenciales clientes de toda Francia, definió el pliego de condiciones que debía cumplir el proyecto TPV (Toute Petite Voiture – coche muy pequeño), un vehículo enfocado claramente al mundo rural.

El coche en cuestión debía ser capaz de transportar un cesto de huevos por un campo sembrado sin que se rompiera ninguno, además de 50 Kg de mercancías. Asimismo, debía ser fácil de conducir por alguien sin experiencia al volante, tener bajos costes de mantenimiento y consumir, como máximo, 3 l/100Km

Por supuesto, pese a su vocación agrícola, debía equipar la joya de la corona de la marca desde el punto de vista técnico: la tracción delantera que ya había estrenado el Citroën Traction Avant.

A pesar de ser un coche concebido para un público muy popular, el fabricante galo no escatimó en medios para desarrollar este modelo. Los ingenieros pensaron y probaron toda clase de innovaciones tecnológicas y de diseño. Por ejemplo, ensayaron brazos de suspensión de magnesio, puertas circulares, faros inspirados en las luciérnagas…

Una de las obsesiones era el peso: el coche debía ser muy ligero. Para ello, hicieron el techo de tela, las ventanillas de mica y la carrocería de aluminio ondulado. Rechazaron los prototipos que ofrecían demasiado confort, el único ‘capricho’ recayó en la tapicería, atendiendo la recomendación de la esposa de Boulanger.

Un coche sencillo

Citroën 2 CV España

Más allá del impacto que causó su diseño en el Salón de París de 1948, ni la crítica ni el público tuvieron la oportunidad ver su motor, ya que ninguna de las tres unidades expuestas disponía de él. Esto se debió a un cambio técnico de última hora. 

Hubo que esperar un año, al Salón de París de 1949, para resolver esta intriga, cuando una unidad enseñó todos los secretos de su motor de 375 centímetros cúbicos refrigerado por aire, con transmisión de cuatro velocidades y 9 CV de potencia.

El Citroën 2 CV era un coche sencillo, pero muy bien planteado y construido desde el principio. Tanto es así que, a lo largo de las décadas, en su evolución no hubo cambios importantes. 

El motor ganó cilindrada y potencia, aunque se mantuvo siempre con un consumo muy bajo. Los frenos de disco en las ruedas delanteras no fueron necesarios hasta los años 80, debido a lo ligero que era.

En aquella Francia en reconstrucción tras la guerra, que aspiraba a un mayor bienestar, la llegada del 2 CV se produjo en el momento más oportuno. Un coche económico, con un coste de mantenimiento ridículo, que satisfacía las necesidades de movilidad de la época, al principio en las áreas rurales, pero más tarde también en las ciudades de todo el país. 

Inicialmente, se comercializó exclusivamente en forma de berlina, pero a partir de los años 50 aparecieron otras versiones, como la furgoneta o el famoso 2 CV 4x4 Sahara, con un motor sobre cada eje para conseguir la tracción total. 

El Citroën 2 CV, historia de los coches hechos en España

Citroën 2 CV España

El Citroën 2 CV no sólo tuvo un éxito rotundo en su país de origen, sino también en España, donde desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de la industria del automóvil nacional. En 1958, abrió sus puertas la Zona Franca de Vigo, la fábrica de Citroën Hispania, precisamente para acoger la producción del utilitario francés.

La marca ya estaba presente en España desde 1924 con vehículos importados. Ahora, apostaba por producir directamente sus coches en España por el bajo coste de la mano de obra, la situación geográfica de la ciudad gallega y la posibilidad de conquistar un mercado emergente. 

En aquel momento, España empezaba a despegar económicamente, después de abandonar las cartillas de racionamiento en 1952 y firmar los conocidos como Pactos de Madrid en 1953 con Estados Unidos, por los que España recibió ayuda económica y militar a cambios de la instalación de bases militares estadounidenses. 

La industria española se desarrollaba y en 1959 comenzó la aplicación de los Planes de Estabilización, abandonando así la política autárquica de la dictadura de Franco y entrando en una segunda etapa conocida como desarrollista o segundo franquismo.

El primer modelo que salió de las líneas de montaje de ‘La Citroën’ de Vigo fue el 2 CV, en su versión furgoneta. Poco después, le siguió la versión berlina. Las características de este coche lo hicieron muy habitual en las carreteras españolas. 

Citroën 2 CV España

Durante décadas, el 2 CV furgoneta de color gris fue el vehículo más habitual de organismos tan esenciales como Correos y Telégrafos y la Compañía Telefónica Nacional de España. Incluso la Guardia Civil y las unidades de Montaña del Ejército tuvieron varias unidades del Citroën 2 CV Sahara. 

El 2 CV tuvo tanta popularidad en la sociedad española de la época que hasta el cine se hizo eco de su impacto. Así, en 1967 se estrenó la película ‘Sor Citroën’, una comedia protagonizada por Gracita Morales que fue un fiel reflejo de la presencia del utilitario francés y de la simpatía que despertaba en nuestro país.

Más allá del mundo rural

Citroën 2 CV España

Las distintas generaciones del Citroën 2 CV fueron ganando adeptos. Igual que en Francia y en muchos otros países, muchas personas que no necesitaban un coche tan económico, lo adoptaron atraídos por su diseño, su filosofía y su sencillez, que permitía adaptarlo al gusto de cada uno. 

Se convirtió en sinónimo de libertad y de un estilo de vida alejado de los corsés y las limitaciones del pasado. Con el paso del tiempo, el coche fue evolucionando, ofreciendo una paleta de colores cada vez más completa y versiones especiales, como el Sport, Charleston o el Cocorico, pero sin cambiar ni un ápice la estética, que se mantuvo inmutable durante 42 años.

Los cambios más notables en la carrocería fueron el sentido de apertura de las puertas en 1964 o la tercera ventanilla lateral de algunas versiones. Por lo demás, sólo añadiduras de equipamiento y cambios cosméticos en los faros, los paragolpes o la parrilla.

El 2 CV en la competición

Citroën 2 CV España

En la mente de los responsables del Citroën 2 CV nunca estuvo la idea de llevar su utilitario rural a la competición. Sin embargo, la gran aceptación social que tuvo y sus excepcionales características off-road lo hicieron el compañero ideal de aventureros con ganas de dar la vuelta al mundo por poco dinero o de pilotos con pocos recursos, pero con mucha sed de carreras.

Así, la marca francesa organizó varios raids como el París-Kabul-París de 1970 o el Raid África de 1973 (8.000 km a través del Sahara) en el que miles de jóvenes de varios países europeos, entre ellos España, pusieron a prueba su habilidad al volante, su pericia mecánica y su capacidad para adaptarse a las diferencias culturales.

También se utilizó (y se sigue haciendo) en el campeonato 2 CV Cross, que se sigue disputando actualmente en Francia. En España, se podía ver al 2 CV, junto con el Mehari y el Dyane 6, en las carreras de Pop Cross.

41 años de vida comercial

Citroën 2 CV España

El Citroën 2 CV se mantuvo con salud de hierro durante los años 70 y 80, pero las reglamentaciones medioambientales y de seguridad fueron limitando sus ventas en cada vez más países. A esto hay que añadir que su fabricación seguía siendo manual, lo que disparaba su coste frente a otros modelos de la época con producción robotizada. 

En los años 80, Citroën cerró su planta de Levallois-Perret y el 2 CV pasó a fabricarse en Mangualde, Portugal. Allí, a las 16 horas del 27 de junio de 1990 salió la última unidad, tras 41 años de vida comercial y más de cinco millones de unidades vendidas en todo el mundo. 

Fue el punto final a una trayectoria única que empezó a gestarse a finales de los años 30 y vio la luz en 1948, dos meses antes de la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Más que un símbolo, un mito o un icono del automovilismo, el Citroën 2 CV fue un compañero de viaje para varias generaciones y un estilo de vida.

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