Michael Schumacher, cuatro años soñando con el milagro

El día 29 de diciembre de 2013 fue un día terrible para todos los que amamos el mundo del deporte y, en especial, para los que amamos el automovilismo. Mediada la tarde llegó una noticia que nos dejó helado el cuerpo: Michael Schumacher había sufrido un grave accidente mientras esquiaba. Llevaba más de 30 años jugándose la vida a 300 km/h, y el destino quiso que ahí se acabaran sus días de vida normal.

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La noticia era dura por sí misma. Schumacher había sufrido un fuerte golpe contra una piedra cuando practicaba esquí en la estación francesa de Méribel. Desde un principio la televisión francesa reportó que su estado era muy grave y su vida se encontraba en peligro. Se debió someter a varias operaciones por el grave traumatismo craneal que sufría y fue inducido en coma.

Las noticias llegaron desde entonces con cuentagotas, algunos rumores, filtraciones… pero casi nada, pues el entorno de Michael se encargó de paralizar toda la información posible entre los médicos y los medios de comunicación. Su estado se mantuvo estable dentro de la gravedad durante el inicio del año 2014.

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A finales de enero comenzó el proceso para despertarle y conocer el alcance de las lesiones. El proceso debía ser largo y lento, informaron desde el hospital de Grénoble. En todo este tiempo, ante la incertidumbre, se sucedieron rumores y tristes sucesos: se llegó a difundir que Michael había muerto, algo totalmente falso, y se detuvo a personas que intentaron colarse en la habitación del siete veces campeón mundial. Incluso se advirtió a la Policía de que podrían haberse robado informes médicos.

En junio de 2014 Schumacher sale del coma y abandona el hospital de Grénoble rumbo a Lausana, cerca de su residencia habitual, en Suiza. De esta forma la familia, mientras el campeón continuaba con su recuperación, podía volver a una vida más normal. Tres meses más tarde Michael fue trasladado a su mansión de Suiza, donde a día de hoy recibe cuidados por una decena de médicos que velan por su vida.

Silencio absoluto

Desde septiembre de 2014 la mayoría de informaciones sobre el Káiser carecen de valor real. Son opiniones, declaraciones, palabras… Durante todo este tiempo muchos le han visitado, como Jean Todt o Felipe Massa, quienes le acompañaron en su época en Ferrari. No han hablado, tal y como ha pedido la familia. Respetable.

“Este es un camino largo y difícil”, ha entonado en numerosas ocasiones la mánager y portavoz de los Schumacher, Sabine Kehm. Ella ha sido la encargada de custodiar la intimidad de la familia en estos duros momentos, desde 2013. También de mantener viva la imagen pública de Michael, creando cuentas oficiales en redes sociales que recuerdan sus éxitos.

Ha sido la gran artífice del museo Schumacher que abrirá en Colonia (Alemania) en 2018. Además, también es la encargada de gestionar la carrera de Mick Schumacher, hijo de Michael y actualmente piloto de Fórmula 3. Un trabajo que no debe ser nada fácil.

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Un legado deportivo de leyenda

Michael Schumacher participó en un total de 307 grandes premios de Fórmula 1, logró 7 mundiales, 91 victorias, 68 ‘pole positions’, 77 vueltas rápidas en carrera, 155 podios, 1.566 puntos… Sus números siguen siendo de récord. Michael es el piloto con mejor palmarés de la historia de la F1 y, a día de hoy, solo parecen poder superar sus números Sebastian Vettel o Lewis Hamilton, con cuatro campeonatos cada uno.

Quienes le han superado cuando tenía sus mejores herramientas, como Mika Häkkinen o Fernando Alonso, aseguran que su estilo le llevó a ser uno de los grandes. “Era muy duro. Muy rápido, intimidaba…”,señala Alonso en una entrevista reciente.

Keep Fighting, Michael

Sigue luchando, Michael. Estas tres palabras, da igual el idioma, pueden verse en todos los circuitos del mundial de Fórmula 1. Cada carrera. Cada temporada. El recuerdo de Michael Schumacher sigue muy vivo cuatro años después de su accidente y los amantes de la categoría reina le desean la mejor recuperación posible.

Sabemos que es muy difícil que lleguen noticias alentadoras a corto plazo, pero la Fórmula 1 ya nos ha enseñado que en este mundo cualquier cosa puede suceder. Por eso solo queda seguir diciendo aquello de Keep Fighting, Michael. Nosotros tampoco te olvidamos.

Imágenes: Sutton Motorsport