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Comparativa: 7 bólidos 'driftando'. ¡Toca echar humo!

7 coches driftando

Una vez al año, toca bailar. En este caso, con siete expertos bailarines: BMW M5, Chevrolet Corvette C7, Jaguar F-Type, Mazda MX-5, McLaren 720 S, Mercedes-AMG E 63 S y Toyota GT86. Aquí no vamos a medir sus prestaciones, su consumo o su espacio interior. Sino su capacidad para deslizarse de lado. ¿Cuál es el mejor de todos? Comparativa: 7 bólidos 'driftando'. ¡Toca echar humo!

Chevrolet Corvette C7 -  Puesto 7

6,2 litros, V8, cambio manual y propulsión trasera. Parece nacido para driftar, ¿no crees? Ya sabíamos que el Corvette se agarra más que nunca y es ágil y preciso en giros, pero nos ha sorprendido su capacidad para los drifts brutales Primer test, pista mojada. Cuesta lograr un drift limpio. El Corvette tiene una frontera demasiado delgada al límite, y su no tienes cuidad, cae en el subviraje o sobreviraje. Pruebo a quitar el modo Sport y ponerlo en el más civilizado Tour. Y entonces sí que soy capaz de deslizarme de lado de forma más relajada, aunque no logro redondear una vuelta entera.

En seco no lo pone fácil: la dirección es dura, y apenas me permite girar con el pedal de gas. El coche se siente demasiado puntiagudo y extremo en todo momento, el margen es estrecho, las reacciones brutales. Por eso los drifts limpios no son lo suyo. Pero una vez más, en modo Tour, la cosa mejora.

McLaren 720S - Puesto 6

Lleva DriftControl, que no es otra cosa que una continuación del programa ESC Sports. En la pista mojada, de entrada gira como el Corvette, y el modo Drift solo funciona a medias, y no siempre es oportuno.

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En ocasiones creo que estoy a punto de lograr un drift perfecto, y entra en juego la electrónica. Un truco: calentar mucho antes las ruedas traseras, para lograr una ventana de agarre óptima. Entonces la cosa cambia, y jugando con los cambios de apoyo, afloran los drifts controlados. Esto, sobre todo en pista seca, si bien el británico siempre obliga a luchar contra el fantástico grip que ofrece, el gran enemigo del drift.

Mazda MX-5 - Puesto 5

El Mazda es conocido por ser una máquina de diversión con una zaga muy viva. A eso hay que añadir un reparto de pesos perfecto de 50:50, un cambio muy rápido de recorridos cortos y precisos y un diferencial con bloqueo moderado detrás. Por supuesto, es un propulsión trasera con motor delantero-central.

Peero: el chasis es demasiado blando para lo que pretendemos hoy. Y los guiños y movimientos de carrocería llegan a hacerse muy acusados al límite. Por una vez uno se hace a ellos y es capaz de contrarrestarlos, lo cierto es que ocurre lo que esperábamos: driftar con el MX-5 es relativamente fácil. En mojado, ya empieza con solo levantar el pie del acelerador, y la respuesta de la dirección es perfecta. En seco mejor aún más, y aumenta la velocidad y el ángulo de drift vuelta tras vuelta.

Jaguar F-Type - Puesto 4

7 coches driftando
Ronald Sassen

Fue el ganador de nuestra comparativa de drifts de 2014. Ahora, el Jaguar llega más fresco, con un lavado de cara, y se pone en la línea de meta con un motor V6. En esta variante 400 Sport, rinde 400 CV, y monta un cambio automático de ocho velocidades y diferencial con bloqueo. También entra aquí la electrónica en juego, como en la mayoría de los otros rivales. El diferencial varía el efecto bloqueo con un embrague multidisco.

En pista mojada, apoyado en las rápidas y ajustadas inserciones del cambio y una dirección precisa, permite incluso subir de marcha durante el drift y prolongarlo con la siguiente relación. Pero, con todo, no logra drifts totalmente limpios, porque el diferencial y el cambio no tienen un funcionamiento conjunto perfecto. Entramos en pista seca, y la cosa cambia para mal. "La dirección de hace aquí demasiado vaga, la entrega de potencia algo floja, la segunda marcha es demasiado corta. Al subir de vueltas, el coche pierde.

Toyota GT86 - Puesto 3

El drift parece el terreno natural del Toyota, no puede ser más fácil ponerlo de lado. Y estamos con una edición especial "Tiger". Está limitada a 30 unidades y tiene una pintura específica y mucho cuero en el interior. Lleva una Michelin Primacy con grip moderado y un diferencial Torse con mucho mordiente. El bóxer tiene unos relativamente discretos 200 CV.

Veamos si el duro chasis compensa la potencia que falta. En la pista mojada el GT86 tiene un rendimiento excepcional. Y la potencia es más que suficiente. El Toyota gira de lado juguetón por el anillo mojado. Los drifts también son fáciles en pista seca. Lo complicado es hacerlos con limpieza. Y es que en los drifts lentos la falta de potencia no se nota, pero sí cuando son rápidos. Por eso, al límite, no puede mantener el deslizamiento mucho tiempo.

BMW M5 - Puesto 2

La berlina deportiva llega, por primera vez, con tracción total. Pero en BMW han pensado en el dinamismo de la zaga, por tanto, basta con ponerlo en modo propulsión trasera, como en el AMG. Ya en el modo estándar el sistema xDrive da prioridad al eje posterior cuando reparte la fuerza, pero en modo 4WD directamente le envía más potencia. Pero activo el modo 2WD. Aquí es un propulsión trasera auténtico, con un V8 biturbo de 600 CV.

7 coches driftando
Ronald Sassen

Vuelvo al modo 4WD y en mojado, aun así, no pone fáciles los drifts, porque el xDrive Mechanic quiere estabilizar el coche en todo momento. Pero en cuanto le coges la medida, los drifts son tan fluidos como trepidantes. En seco, este efecto desaparece, con lo que el disfrute es aún mayor. Es impresionante la facilidad con la que pueden moverse las dos toneladas del conjunto. Y subir de marcha en pleno gripo te da un 'punch' adicional.

Mercedes-AMG E 63 S - Puesto 1

El Drift Mode solo está disponible en la variante S del E 63. Y solo con una parametrización determinada, esto es: programa Race, ESP desactivado y cambio en modo manual. Sobre la pista mojada, lo probamos primero con tracción integral. Aquí también intenta  estabilizar el coche en todo momento.

Pero en modo Drift, comienza la diversión pura: y es que se desliza con tal rapidez, que no da tiempo ni a mirar el velocímetro. Permite incluso afinar cada drift con el pedal del acelerador. En pista seca, sorprende la facilidad con la que permite cambiar la dirección del drift, apoyado en una dirección ultraprecisa y las reacciones fulminantes de su ocho cilindros. Y las 1,8 toneladas ni se notan.

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