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La increíble historia del Alfa Romeo SZ, ‘il mostro’

La increíble historia del Alfa Romeo SZ, ‘il mostro’

Un deportivo diferente

En 1989, la marca italiana presentó en el Salón de Ginebra su último modelo de tracción trasera, hasta la llegada del Alfa Romeo Giulia, y posiblemente el vehículo más extravagante que haya fabricado jamás. Hablamos del Alfa Romeo SZ ‘il mostro’ y esta es su increíble historia

Ya habían pasado tres años desde la adquisición de Alfa Romeo por parte de Fiat, terminando con la enorme crisis que arrastraba la marca de Milán. Siempre se ha dicho que, desde entonces, Alfa Romeo dejó de ser lo que era. 

Pero el presidente de Fiat de la época, Vittorio Ghidella, estaba dispuesto a crear un vehículo único, excepcional, con un diseño muy deportivo y un gran rendimiento en carretera. Y esto originó el proyecto conocido como ES30.

La increíble historia del Alfa Romeo SZ, ‘il mostro’

Alfa Romeo, Zagato y Fiat se encargaron del diseño
Alfa Romeo, Zagato y Fiat se encargaron del diseño

Ghidella puso una condición, no pasarse con los costes de desarrollo. Sin embargo, no se cumplió. Del desarrollo del SZ se encargaron tres equipos: por un lado, el departamento de diseño de Alfa Romeo, bajo la dirección de Walter De Silva; por otro, Robert Opron, de Fiat, responsable del Maserati SM; y Zagato.

De un trío como este, no podía salir nada malo. Entre los tres, desarrollaron el diseño del coche, así como una aerodinámica muy eficiente, que conseguía un coeficiente de 0,30, muy bueno para la época, e incluía el máximo efecto suelo posible, igualando a un monoplaza de Fórmula 1

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El fruto de este trabajo fue un coche muy vanguardista, con un diseño muy anguloso y conceptual, caracterizado por unos faros triples y estrechos, una pequeña parrilla frontal, una línea de cintura muy elevada, un techo en contraste y una zaga muy cuadrada, con un portón trasero corto. 

Un diseño que amabas u odiabas, pero que no dejaba a nadie indiferente y que llevó al Alfa SZ a recibir el sobrenombre de ‘il mostro’, un nombre con el que se conocía en aquella época a los coches con diseños extremos. 

No cabe duda de que era un coche muy radical en todos los aspectos. Su carrocería estaba fabricada de ModarTM, una resina sintética reforzada con fibra de vidrio, y tenía una estructura de acero que garantizaba una alta rigidez torsional y un peso muy contenido de solo 1.256 kilos

Un gran rendimiento para un deportivo único

El interior estaba revestido con materiales de calidad y muy equipado
El interior estaba revestido con materiales de calidad y muy equipado

Para mover al SZ, los ingenieros recurrieron al motor V6 de 3.0 litros del Alfa Romeo 75, pero aumentaron la potencia hasta los 210 CV y el par hasta los 245 Nm a 4.500 vueltas, gracias a una nueva electrónica Bosch Motronic y a nuevos árboles de levas. El motor empujaba hasta más allá de las 6.200 rpm. 

El motor se combinaba con una caja de cambios manual colocada en el eje trasero, elaborada por el departamento de carreras de Alfa y adaptada al modelo. Esto, inevitablemente, elevó los costes de desarrollo, en contra del deseo del presidente de Fiat. 

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El chasis se completaba con una suspensión McPherson en el eje delantero, con barras de torsión y uniones rígidas Uniball que eliminaba los movimientos. El eje trasero montaba una suspensión de tubo, siguiendo el principio DeDion, e incluía un diferencial de deslizamiento limitada

El coche tenía una distribución de pesos muy equilibrada y una dirección excelente, lo que, unido a un motor potente y un chasis muy logrado, hacía que tuviera un comportamiento muy deportivo

La puesta a punto en pista fue encomendada al piloto Giorgio Pianta, quien más tarde ganaría el Campeonato Alemán de Turismos DTM con Alfa Romeo. 

Una joya muy cotizada

El Alfa Romeo RZ era la versión cabriolet del SZ
El Alfa Romeo RZ era la versión cabriolet del SZ

Además de un diseño poco convencional y una mecánica redonda, el Alfa Romeo SZ ‘il mostro’ también ofrecía un buen equipamiento de serie, como el aire acondicionado, los asientos de cuero, los elevalunas eléctricos, el salpicadero revestido en cuero y el cuadro de instrumentos en fibra de carbono

Era, por tanto, un deportivo lujoso, como demostraba su elevado precio: en torno a 50.000 euros, más de 8 millones de pesetas de la época. Solo se fabricó en Rosso Alfa, combinado con un techo en contraste gris oscuro y un interior en piel clara. De manera excepcional, el director de Zagato, Andrea Zagato, recibió una unidad exclusiva en negro. 

Las siglas SZ hacían referencia a ‘Sprint Zagato’. En total, se vendieron 1.036 unidades entre 1989 y 1993. En 1992, la marca italiana realizó una versión spider, el Alfa Romeo RZ (Roadster Zagato), del que solo se construyeron 287 ejemplares

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