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Viejas glorias, ¿conoces al Citroën SM?

Citroen SM clásico
El Citroën SM nació con la ilusión de convertirse en el mejor Gran Turismo que se había creado jamás, un modelo al que ahora rendimos tributo en estas líneas.

Tener sueños, ponerse metas inalcanzabales, es algo innato en el ser humano. Y es que, precisamente por ello, la humanidad llegó a la Luna, a las profundidades marinas o a coronar los picos más altos. Tener ambiciones nos hace grandes, nos hace interesantes, y, sobre todo, nos hace crecer. El Citroën SM nació con la ilusión de convertirse en el mejor Gran Turismo que se había creado jamás, un modelo al que ahora rendimos tributo en estas líneas.

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Infinidad de marcas de coches en la historia de la industria del motor se han propuesto pasar los límites lógicos. Crear el mejor deportivo del mundo, el descapotable más rápido o el mejor GT. Esto último lo intentó hace unos años Citroën, una de las mejores marcas francesas hoy día. Su propuesta recibía el apellido SM, un modelo con unos argumentos de peso que tenía el respaldo de una marca tan pasional como Maserati.

Un GT sin rival

La compañía de los chevrones vivía tiempos felices en aquellos años setenta. El gran éxito de su Citroën DS les motivaba a seguir creciendo en el segmento de lujo. La reciente adquisición de Maserati por parte de la misma empresa francesa les animaba aún más, tomando peso la idea de crear una berlina coupé poderosa que no tuviera rival. Tenían la idea, tenían las ganas, y no les faltaba un buen suministrador de motores.

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La colaboración de la marca italiana Maserati fue clave en el proyecto. El primer prototipo llegaba en pleno Salón del Automóvil de Paris de 1970. El coupé que allí se presentó dejó al respetable boquiabierto. Dirección asistida variable en función de la velocidad, frenos de disco en sus cuatro ruedas, suspensión hidroneumática y un motor V6 de 2.7 litros con 170 CV firmado por Maserati. El Citroën SM era tecnológico, era elegante y, además, era deportivo.

Con estos argumentos y unos números destacados, aceleraba de 0-100 km/h en 8,5 segundos y alcanzaba los 220 km/h de velocidad máxima, a la marca le llovieron los pedidos. Todos querían tener en su garaje la nueva sensación francesa. Las críticas eran buenas y los pedidos no paraban de llegar.

El fin de un sueño

Aunque claro, la vida no siempre es como nos la imaginamos, y pronto la marca se despertó del sueño Citroën SM. Las averías no paraban de llegar, la tecnología de este modelo se convirtió en toda una pesadilla para los mecánicos. Para colmo, el Jaguar E-Type no paraba de recibir halagos por no hablar de otros rivales como el Dino 246. El coupé francés sin competidor se había dado de bruces con la realidad.

Muchos hablan del Citroën SM como el mejor modelo que la marca francesa haya creado nunca. La era vanguardista dentro de la marca terminó en 1975, cuando definitivamente la producción de este coupé se diera por finalizada. La crisis del petróleo no ayudó a dar fuerza a la escasa producción del SM y con la compra por parte de Peugeot la decisión tomó forma. ¡Toda una pena!

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