Prueba Renault Captur 2017 1.5 dCi, mejora sin cambiar

Prueba del Renault Captur, un modelo que desde que se lanzó en 2013 ha liderado las ventas entre los SUV pequeños casi cada mes. No es de extrañar: ninguno de los rivales que el Captur tenía hasta hace poco -él ha entrado a formar parte de los rivales del Dacia Duster- me ha gustado más, ni es más barato. Pero como está llegando mucho nuevo competidor y, además ya tocaba, Renault le dio un lavado de cara a su crossover el pasado invierno. 

Si no descubres que se trata de un nuevo Captur al primer golpe de vista, no te culpes, porque su aspecto exterior ha variado bastante poco. Los faros LED de nuevo diseño –más modernos y que están mejor integrados en una calandra también con cambios someros– y la posibilidad de equipar el modelo francés con un techo panorámico –que no estaba presente en la unidad de prueba– son los cambios más destacables, junto a las luces diurnas en forma de C, un diseño que se repite también para los pilotos de la zaga del vehículo. 

No te pierdas: los SUV que menos consumen

Bajo el capó, se encuentra la misma oferta de motores, dos diésel (90 y 110 CV) y dos gasolina (90 y 120 CV). He de admitir que me alegro de la decisión, porque ya había probado este dCi 110 CV y me había dejado tan buenas sensaciones como las que me ha dado la semana que he tenido el nuevo Captur. Más de la mitad de los 500 km que recorrí con él fueron en ciudad, muchas veces con tráfico intenso, y otros 200 de carretera y autopista, en los que un consumo de 5,1 l/100 km está algo por debajo de la media. Alto, para tener homologados 3,7 l/100 km, pero era julio y me negué a usar el programa Eco, ya que reduce la potencia del aire acondicionado y algo el par motor. 

De entre sus rivales con motor diésel el único que, por ahora, es menos tragón se llama Peugeot 2008, aunque me gusta más este modelo de Renault fabricado aquí y con caja de cambios y motor también españoles. El K9K 646 es un bloque que, gracias a la ayuda del turbo, sube con alegría de vueltas desde las 1.700 rpm, y en carretera, circulando a 120 km/h gira algo por debajo de las 2.500 rpm, así que puedes hacer viajes con consumos en torno a los seis litros, que están muy bien para un crossover.  

El TCe 120 de Renault también es un motor que me gusta mucho, por suavidad y comportamiento, pero si vas a viajar bastante, ten claro que este diésel de 110 CV empuja algo más, se contenta con 1,5 l menos cada 100 km en autopista y, llevando un depósito de solo 45 l, esto se nota en la autonomía también. El cambio de seis velocidades tiene unos recorridos cortos y es agradable de usar, pero siempre podrías encargar para esta mecánica la caja de seis velocidades y doble embrague disponible, que sube un tanto el consumo.

Así se mueve el Captur 2017

Otro de los fuertes del Captur es su apartado dinámico. Me alegra mucho que no haya cambios en la relación que este modelo ofrece entre confort y firmeza que tienen tanto el tarado de las suspensiones –que evitan cualquier balanceo– como el de la dirección, que aun siendo eléctrica y no muy comunicativa, es lo bastante precisa como para hacer este coche divertido de conducir. El habitáculo es donde se han incluido un mayor número de novedades, aunque sigue ofreciendo la misma modularidad y practicidad de siempre. 

El día que devolví el coche pregunté por ellos en Renault y me dijeron que en la planta de Valladolid, donde se fabrica el Renault Captur, hay un equipo encargado de analizar todas las sugerencias de mejora y, en el nuevo modelo se han llegado a incluir, literalmente, decenas. Casi todas están en el interior, donde la mayoría de los materiales cambian. Desde el cuero del volante hasta los tapizados, extraíbles con facilidad para ser lavados y que ofrecen una sensación de robustez importante, hasta los materiales del salpicadero se han sustituido por otros.

Un detalle que he agradecido mucho porque, cuando hace calor, de los anteriores plásticos del salpicadero parecía emanar más calor que de un horno, y ahora ya no es así. Y además, tienen mejor aspecto.