Prueba Mazda CX-5 2022: más refinamiento, dinamismo y conectividad

No esperes grandes cambios. Aunque sí lo piensas, la segunda generación de un coche tan exitoso a lo mejor es que tampoco convenía que fuera muy modificada, en vista del éxito que ha cosechado para la marca japonesa desde su lanzamiento. Hemos probado el Mazda CX-5 2022, que promete más refinamiento, dinamismo y conectividad. ¿Merecen la pena los cambios? ¿A qué precios? 

Mazda es una de esas firmas automovilísticas que a algunos no les viene a la cabeza a la primera. Ni a la tercera. Y es una lástima, porque llevan décadas haciendo productos de alta calidad y con un gusto por la estética que también ha sido siempre muy de agradecer. De hecho, esto también se ha convertido en una seña con la que abrirse un hueco entre los competidores, con un toque premium. 

Con esas premisas, hace justo 10 años nacía el Mazda CX-5, un todocamino muy atractivo de líneas con el diseño Ko-do que acabábamos de conocer en Milán con el prototipo Shinari, calidades y dinamismo para pelear directamente con una competencia feroz en uno de los segmentos más disputados del momento. 

Concretamente, el de los SUV compactos, con la gama de motores Skyactiv. Según el fabricante, el éxito para ellos fue inmediato y ahora había que ponerlo al día. El nuevo objetivo para ellos, de hecho, es incrementar sus ventas de 2021 en un 8,3% hasta las 15.200 unidades. Y quieren que uno de los responsables directos de estos buenos augurios sea, precisamente, el renovado CX-5. 

Así que nos hemos desplazado esta vez a Barcelona para la presentación europea de este modelo. Y lo primero que sorprende, incluso antes del reparto de llaves con diferentes versiones, es que los colores disponibles por aquí le den al coche un aire tan diferente. Y llame tanto la atención esta suerte de verde que ves en las fotos con el rojo de varias capas que tanto y a tantos lleva robando el corazón. 

No es casual: de hecho, al las gamas Origin, Evolution y Zenith se unen ahora tres versiones especiales: Newground (con un carácter mas aventurero y unos interiores con toques más desenfadados, tapicerías especiales a juego con el exterior); Homura (más deportivo) y Signature (con el más alto grado de lujo y confort disponible). 

Bajo el capó, puedes elegir motores de gasolina o diésel (no electrificados); con cambios manuales de 6 velocidades o automáticos… y tracción delantera o ‘all wheel drive’ (4x4). Concretamente, dos gasolina Skyactiv-G de 165 CV (sólo disponible en 4x2) o 194 CV (únicamente con cambio automático) y dos diésel Skyactiv-D, de 150 CV manual y 4x2 o de 184 CV automático (4x2 o 4x4).   

Mazda cree que la configuración que más va a vender en un país como España, el 82% de sus clientes se decantarán por los gasolina; el 95%, por la tracción delantera y el 66%, por el cambio manual. Así que nada más empezar el periplo, escojo la que parece la opción más popular para esta prueba del Mazda CX-5:  el gasolina de 1.998 cc, 165 CV, 4x2 y caja manual de 6 marchas.

En efecto, los estándares son muy parecidos a lo que ya estábamos acostumbrados a ver. Y en este Newground, concebido para hacerlo un poco más desenfadado y "aventurero", pues el hecho de que sólo sea motriz el eje delantero no va a permitirnos muchas alegrías camperas, pero a cambio exprimiremos mejor su potencia respecto a sus hermanos. 

El color exterior Zircond Sand me deja loco, pero no tanto como los marcos verdes de las toberas frontales de aireación, que rompen toda la elegancia que tiene el resto de 'apellidos' del CX-5 y va a juego con los remates de la tapicería. Luego es cierto que le vas perdonando estas cosas -ya lo sé, la culpa sería mía en todo caso por no adquirir un Homura o un Signature- y arranco con el botón. 

Entre tanto híbrido, microhíbrido, híbrido enchufable y eléctrico puro, empieza a resultar algo exótico llevar etiqueta C y tener que pisar el embrague en esta operación y, más todavía, que el ronroneo del motor indique que ya está a punto de caramelo para empezar la ruta, con un despliegue de sensaciones 'made in Mazda': cambio preciso y con palanca corta, buena sonoridad, excelentes ajustes... 

La dirección sí que resulta un poco dura para moverse por la ciudad, aunque remite a una conveniente sensación de firmeza a medida que pasan los kilómetros. A la rigidez del embrague también hay que acostumbrarse, pero es un elemento más que 'marida' estupendamente con una suspensión muy aplomada y que no pierde demasiado las necesarias dosis de confort para viajar en familia. 

Lástima que esta unidad Newground no vaya dotada de un chasis activo con modos de conducción, aunque resulta bastante más accesible que otras y viene bastante bien equipada de serie con las mencionadas butacas (de símil de cuero y piel vuelta sintética con costuras en verde lima -la del conductor es además calefactable y de ajuste eléctrico) y suelo del maletero impermeable.

De fábrica, todos los CX-5 han sido mejorados en cuanto a su arquitectura (más rígida y ligera, con optimización de las uniones entre la carrocería, la suspensión y los asientos), en cuanto a la rumorosidad de rodadura... y además, incorporan de serie novedades que lo hacen aún más apetecible de lo que -no lo olvidemos- ya era su predecesor, cuya actualización es más oportuna de lo que parecía.

Por ejemplo, pantalla a color de 10,25 pulgadas, cámara de visión trasera, mayor conectividad con el sistema Mazda Connect, Android Auto, Car Play y servicios remotos con la APP MyMazda... Y, por fuera, nuevo diseño de parachoques y parrilla, iluminación LED delante y detrás, retrovisores exteriores de plegado automático y llantas de aleación de 19 pulgadas.   

Dinámicamente, hay que reconocer que la base está muy bien gracias a todo esto, pero también que debido a su peso -del que no se puede decir que tenga que penalizar por baterías de litio ni electrificación con las que no se puede ni pedir- no se mueve con la soltura esperada y sus 165 CV con 213 Nm de par a 4.000 RPM me resultan aún en esta primera toma de contacto muy justos. 

Al menos, para circular habitualmente con él en pendientes, salir con agilidad de semáforos, recuperar sin bajar a quinta e incluso a cuarta ante subidas prolongadas en autopista y mantener unos 120 km/h como velocidad de crucero... Y eso que aquí tampoco estamos penalizados por el 'lastre' de un sistema de tracción total (que ahora entendemos por qué tampoco se puede elegir siquiera). 

Es por ello que si tu presupuesto no es boyante, sin duda es para plantearse muy en serio no gastarte demasiado en acabados de lujo y sí echar número para subir a los 194 CV en gasolina (desde 39.700 euros, sin campañas) o incluso a los 184 CV en el diésel -desde 37.700-, especialmente, si quieres una tracción 4x4 que sólo se puede asociar a estas dos potencias máximas de la gama). 

Precios del Mazda CX-5 2022

Y te aseguro que merece la pena sentarse un rato a pensarlo, porque a lo mejor así puedes acceder a todo un CX-5 y a todas las cualidades que trae de serie, a cambio de 'jugar' bien con unos precios que no son 'regalados', pero que comparados con los de la competencia y el equipamiento de fábrica resultan de lo más interesantes, teniendo en cuenta además las promociones y descuentos. 

Llevado a la práctica, aunque la unidad probada aquí de la versión especial Newground parta de los 33.400 euros (con campaña y sistema 'Flexiopción', de 30.900 euros), el Mazda CX-5 2022 (Origin) con el motor testado arranca en los 30.900 euros (y con campaña y la oferta comercial 'Flexiopción' se puede quedar de acceso en los 28.400 euros). Ah, y se puede adquirir ya.