La verdadera historia de Porsche y su maletín de cuero

Cualquier historia en torno a Porsche genera expectación en muchos aficionados al motor. La alemana es una de las marcas con más presencia en el mundo de la competición, pero no siempre los éxitos se lograron gracias a un hábil piloto o a una máquina prodigiosa. Esta es la historia de Porsche y su maletín de cuero.

El pasado mes de junio, Hebert Ligne cumplió 95 años. Quizás no sepas quién es, pero este ingeniero y piloto desarrolló una importante carrera en Porsche, viviendo la marca como aprendiz, piloto y director de planta.

Pero, si por algo fue conocido Ligne, fue por llevar siempre consigo un maletín de cuero con herramientas imprescindibles para reparar cualquier eventual avería: “En su interior llevaba todo lo importante”, afirma en Christophorus, la revista de clientes de Porsche, el antiguo piloto de la marca, ahora jubilado.

Herbert Ligne y su inseparable maletín

En 1943, con 14 años, Herbert Ligne empezó sus estudios de mecánica en Porsche KG en Zuffenhausen. En la década de los 50, recorrió todo el mundo con su equipaje de cuero. 

Si hacía falta un copiloto para correr la Carrera Panamericana en México, allí estaba Linge para cubrir el puesto. Si había problemas mecánicos en algún lugar de Estados Unidos, acudía Linge para resolverlos. Era capaz de reparar, coordinar y conducir. Lo que hiciera falta. 

¿Sabías que por poco, el primer TT no fue un Porsche?

Y el maletín siempre iba con él, eran inseparables. Una relación que provocó que recibiera algunos comentarios irónicos. Sin embargo, todavía hoy responde a aquellos comentarios encogiéndose de hombros: “Siempre encontraba en él lo que necesitaba”. 

Y las herramientas del interior de su maletín han sido testigos de muchos éxitos de Porsche: las llaves marcadas con su nombre, los mangos de madera desgastados de los destornilladores, la llave rayada con la que pretensaba los amortiguadores y el paño de taller con la inscripción Porsche todavía huele a aceite. 

Linge le encargó a un guarnicionero que cosiera bolsillos interiores especiales para las herramientas. El máximo orden para alcanzar el máximo éxito. "Esa maleta suponía un lastre, pero en caso de emergencia era un auténtico salvavidas durante las carreras. Por eso iba siempre conmigo”, comenta Linge.

La verdadera historia de Porsche y su maletín de cuero

El maletín de cuero de Herbert Ligne ganó notoriedad en la Mille Migla de 1954. En aquella edición de la carrera de resistencia italiana, el piloto Hans Herrmann y su copiloto Herbert Linge se impusieron con un Porsche 550 Spyder en la categoría de vehículos de hasta 1.500 cc y terminaron sextos en la clasificación general. 

Este resultado lo consiguieron a pesar de avanzar por un paso ferroviario a nivel con la barrera bajada, una hazaña (o una temeridad, según se mire) que provocó algunos daños en el coche. 

En el Passo della Futa, el 550 Spyder no iba del todo bien por un problema en el distribuidor. Fue entonces cuando Ligne echó mano de sus herramientas y, junto con su compañero de equipo, siguieron la marcha hasta cruzar victoriosos la bandera a cuadros.

De piloto a director de planta

Linge fue piloto oficial de Porsche en muchas ocasiones. Sólo en las 24 Horas de Le Mans, corrió en 11 ocasiones. También fue el piloto del Porsche 911 cuando debutó en competición en el Rally de Montecarlo de 1965, a lo que hay que añadir Nürburgring, Targa Florio, Spa o Sebring. 

En total, más de cien carreras y unos treinta triunfos en su categoría, hasta que Ferdinand Piëch se convirtió en jefe de Desarrollo en Porsche y ofreció a Ligne elegir entre seguir siendo piloto o convertirse en Director de Operaciones del Centro de Desarrollo de Weissach inaugurado en 1971.

Finalmente, Ligne se inclinó por lo segundo, terminando así, no sólo su carrera en la competición, sino también los días de actividad de aquel maletín de cuero que, en las manos adecuadas, fue vital para que Porsche se llevara la victoria en muchas carreras.