La razón por la que la batalla del Renault 4 era más corta de un lado que de otro
El Renault 4 es el modelo más emblemático de la firma francesa. Y no sólo eso, sino que esconde una historia sobre su diseño de lo más peculiar.
El 21 de septiembre de 1961 se presentó el Renault 4 en el Salón Internacional del Automóvil de Frankfurt. Es ahí cuando comenzaría la historia de uno de los modelos más célebres de la historia, así como el más vendido de la marca del rombo. Se llama R4, pero también ha sido apodado como ‘4L’ o ‘4 latas’. En este artículo te contaremos la razón por la que la batalla del Renault 4 era más corta de un lado que de otro.
Un coche con mucha historia
Para hablar del Renault 4 no hay que ir a 1961, sino a años atrás. De hecho, su origen se remonta a un periodo antes de la invasión de Polonia por parte de Hitler, lo cual marcó un antes y un después en la Historia, así como el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Tal y como relata Mark Bradbury en su libro Renault 4, Louis Renault, visitó la Alemania nazi, donde tuvo la oportunidad de ver el KDF Wagen, el precursor del Volkswagen Beetle. Lo cierto es que quedó impresionado al ver el coche de Ferdinand Porsche, de tal manera que se propuso crear uno similar, lo que sería el 4CV.
En este periodo de guerra, Renault, al igual que otros muchos fabricantes de coches, se dedicó a la producción bélica. Sin embargo, Louis Renault fue acusado de colaboracionista en los años 40 del siglo pasado y, después de morir en una residencia de ancianos mientras esperaba su juicio, Charles de Gaulle nacionalizó Renault y puso al frente de la dirección a Pierre Lachefauex.
Lachefauex pensó en que Renault necesitaba un medio de transporte moderno, y asequible para la población de la posguerra, de tal manera que nació el 4CV. Fue todo un éxito, pero es cierto que en 1950, teniendo en cuenta las nuevas necesidades de la sociedad francesa dada la posguerra, la gente ya no quería ese modelo.
De esta manera, el sucesor de Lachefauex, Pierre Dreyfus, pensó que la firma francesa necesitaba dar un vuelco a la marca, de tal manera que apostó por un modelo más contemporáneo. Y aquí es donde entra el famoso Renault 4.
Curiosidades del Renault 4
Renault 4, un coche moderno para una sociedad contemporánea
Dreyfus, sucesor de Lachefauex, dijo que el nuevo modelo de Renault tenía que ser “útil pero con estilo, versátil y para todos”. Lo cierto es que ya había un modelo a seguir, el Citroën 2CV, sólo que estaba diseñado para poblaciones más rurales. Es decir, había que diseñar un urbanito. El R4 debía, por tanto, ser más moderno, sobre todo, en el uso de la tracción trasera.
Según Bradbury, lo que demandó a sus ingenieros fue un coche con gran capacidad. “¡Dadme espacio! Quiero un todoterreno con ruedas, una bolsa de viaje que pueda ir a cualquier parte sin avergonzarse”, dijo.
Con el fin de ahorrar costes, Renault tomó el motor del 4CV y lo trasladó a la parte delantera del coche. De esta manera, la caja de cambios se instaló por delante del motor y, pese a que los ingenieros pensaron en utilizar la misma unidad que la del 4CV, como era demasiado grande para instalarla en la parte frontal, tuvieron que pensar en otra cosa.
Esto es lo que llevó a los ingenieros a recurrir a una de las características más peculiares del R4: la palanca de cambios, la cual se ubicó en el salpicadero. Es realmente sencilla, pero sólo con sólo una varilla que pasaba por encima del motor y bajaba hasta la transmisión. Los primeros R4 tenían sólo 3 velocidades, pero después pasaron a tener cuatro.
Renault 4, más corto de un lado que del otro
El Renault 4 se destacaba por su peculiar sistema de suspensión, el cual era independiente en cada rueda. En la parte delantera, contaba con dobles trapecios y muelles de barra de torsión, mientras que en la parte trasera utilizaba brazos oscilantes y barras de torsión.
Sin embargo, para evitar que la suspensión intrusiva afectara al interior del vehículo, las barras de torsión se montaban una delante de la otra, lo que provocaba una ligera diferencia en la distancia entre ejes del lado derecho y el izquierdo del coche.
Este diseño de suspensión era inusual en su época, ya que no requería engrasadores, lo que facilitaba considerablemente la conducción. A pesar de esta configuración aparentemente extraña, los ingenieros no encontraron ningún problema de comodidad después de realizar extensas pruebas de miles de kilómetros.
Como resultado, el Renault 4 era un automóvil muy cómodo, una característica común en los vehículos franceses de esa época, debido a que las carreteras en Francia no estaban en tan buen estado como en la actualidad, por lo que los coches franceses solían tener suspensiones más suaves.
Llegados a 1992, la producción del Renault 4 se detuvo definitivamente. El total de las unidades que se llegaron a vender fueron 8.135.424. Con motivo de su despedida, Renault creó el modelo ‘Bye-Bye’, aunque sólo se llegaron a fabricar un total de 1.000 unidades.
Descubre más sobre Cristina Pérez Odriozola, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Autobild España.