Prueba del nuevo Renault Espace: de monovolumen a SUV

El nuevo Renault Espace no tiene nada que ver con sus predecesores, ¡nada en absoluto! En lugar de ser un icónico monovolumen, Renault ahora lo plantea con el típico estilo de SUV, y en lugar de las extravagancias audaces de antaño, el diseño ahora está dominado por la corriente predominante.

Diseño y equipamiento

Bueno, estamos exagerando, no es tan común. Después de todo, el nuevo Espace tiene una impresionante longitud de más de 4.70 metros y tiene una silueta alargada al estilo de la del Mercedes Clase R. Digamos que definitivamente, no es un coche aburrido.

Lo mismo se aplica al concepto de marketing y a la tecnología. El Espace solo está disponible con propulsión híbrida, hay una opción de siete asientos, y se puede elegir entre tres líneas y unos pocos paquetes de equipamiento.

Y es que no le hace falta más, porque trae casi todo de serie. AL menos, el modelo superior E-Tech Full Hybrid 200 Iconic (nuestro coche de prueba), que básicamente tiene todo lo que hace que un automóvil moderno sea deseable, ¡por menos de 50,000 euros! 

Motor

El peculiar sistema de propulsión híbrida con motor de tres cilindros turbo, dos motores eléctricos y una distribución compleja de fuerzas (Renault lo llama transmisión automática sin embrague Multi-Mode) promete una eficiencia y consumo excelentes.

La elaborada construcción de la suspensión, incluida la dirección trasera, promete por su lado maniobras ágiles.

Interior 

La tercera fila y la larga distancia entre ejes deberían traducirse en un uso inteligente del espacio. En la práctica, todo esto tiene resultados mixtos. En cuanto a su concepto espacial, el Espace pasa por alto algunos puntos importantes. Aunque este coche de dimensiones generosas ofrece suficiente espacio para los pasajeros en la parte delantera y en la segunda fila, la tercera solo puede ser utilizada por niños. 

Para los adultos, ahí la altura libre sobre la cabeza es insuficiente, entrar es difícil y salir a través del estrecho espacio entre el respaldo abatible y el marco de la puerta es imposible, al menos, manteniendo la dignidad. 

Además, los asientos delanteros podrían beneficiarse de unos contornos más definidos, y les falta algo de sujeción lateral. 

Nos ha gustado la operatividad interior. Botones físicos para la climatización ayudan a no distraerse de la carretera, y el panel de instrumentos refleja las funciones de manera clara y sencilla. Una pena que en la pantalla táctil  haya innumerables funciones en innumerables menús que requieren bastante adaptación. La pantalla central está bastante lejos del conductor; para tocar los iconos, hay que inclinarse hacia adelante desde el asiento.

Comportamiento

En marcha, este Renault nos ha convencido. La comodidad de la suspensión es buena; en las ondulaciones más grandes, el SUV aprovecha las largas suspensiones sin volverse demasiado blando. Los neumáticos de 20 pulgadas ruedan ásperos sobre los baches cortos y adoquines, pero los ruidos de la carretera son bajos. Además, los neumáticos relativamente bajos de 235 le proporcionan al francés excelentes valores de frenada.

En general, Renault aborda el tema de la seguridad en la conducción con gran meticulosidad. El subviraje leve avisa con tiempo y el ESP interviene. ¿Cambios de apoyo las curvas? El ESP interviene. ¿Maniobras evasivas? Pues también, pero agradablemente riguroso y reduciendo la velocidad, sin brusquedades.

También es positivo que en la ciudad, el automóvil de 1.754 kilogramos (también gracias a la dirección trasera) se sienta ágil, espontáneo y fácil de dirigir. El efecto secundario positivo de esta disposición: el pequeño radio de giro de 10.8 metros. Efecto secundario negativo: a altas velocidades, el automóvil parece innecesariamente frenético en línea recta y reacciona de manera muy sensible a las correcciones del volante.

El motor de gasolina puede rugir emocionado o zumbar relajado, según la posición del acelerador. O según el estado de carga de la batería. A veces el automóvil avanza de manera lineal y con una aceleración suave con la fuerza eléctrica, a veces se pone en movimiento con vibraciones roncas (con la ayuda del motor de 1,2 litros). 

Es llamativo que, a veces, hay pausas de cambio eternas a velocidades de 120 km/h bajo carga total o cambios bruscos de relaciones de transmisión a más de 130 km/h bajo carga ligera. 

Pero lo más importante: la compleja interacción entre la transmisión Multi-Mode, los motores eléctricos y el motor de tres cilindros funciona. En la prueba, el Renault de casi 200 CV solo consumió 6,5 litros de gasolina por cada 100 kilómetros. Poco para un SUV, y también para un monovolumen.

Factores para decidir la compra

Mucho equipamiento a un precio razonable, tecnología moderna, propulsión eficiente, altamente seguro en la conducción; el Espace acumula buenas cualidades en un coche peculiar. En resumen, el Espace ya no es (lamentablemente) un monovolumen, pero sí un SUV con buenas cartas.