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He probado el BMW ix50, tres razones para comprarlo y una para pensarlo

BMW ix50 apertura

Cinco metros de SUV eléctrico

Es un BMW, pero es un BMW diferente. Y solo ya eso, para mi, es bueno. Porque hace unos años llegó un momento en todos los modelos de Munich parecían iguales por fuera (sobre todo en el frontal) por mi distintas que fueran luego sus dimensiones. El BMW IX es de esos coches que llaman la atención, que tiene algo diferente por fuera. 

Para mí destaca por encima de resto la parrilla sin rejilla, que denota desde fuera su principal característica: es un coche 100/100 eléctrico. De ahí lo importante que era probarlo durante una semana en el día a día, para saber si responde a todas las necesidades habituales y si es una buena compra. Siete días después de empezar a conducirlo, aquí tienes tres razones para decidir un desembolso y otra para pensarlo.

Tres razones para comprar el BMW IX50

Motor 

Como debe ser en todo BMW. La marca alemana es de las primeras que está logrando construir coches eléctricos que mantengan las sensaciones de modelos de combustión en términos de dinámica. No solo por su capacidad para acelerar o su nivel de prestaciones (que se le presupone a todo vehículo eléctrico), sino por su respuesta en curva.

La quinta generación de la tecnología BMW EDrive es la responsable del corazón del ix50: un sistema formado por dos motores eléctricos (uno con 272 CV y otro con 340 CV) y una batería . En conjunto generan una potencia máxima de 523 caballos y un par de 765 Nm, todo asociado a un cambio automático y controlado por la tracción integral xDrive

La trasera marca un punto de distinción frente a otros BMW
La trasera marca un punto de distinción frente a otros BMW

Esa es la teoría, la práctica es un poder de aceleración brutal, con esa característica entrega de toda la fuerza desde el principio a la que nos están acostumbrando los coches eléctricos. De hecho, pese a que supera con holgura las dos tonadas de peso, acelera de 0 a 100 km/h en ¡4,6 segundos!

Comportamiento

Si, por que este IX mide cinco metros de largo y pesa 2,5 toneladas, por eso el reto para lograr un comportamiento dinámico a la altura de BMW era considerable. En cambio, guiarlo desde la especie de trapecio que lleva por volante (luego hablaremos del interior en profundidad) resulta mucho más efectivo de lo esperado. 

La dirección transmite mucho pero que otros eléctricos lo que pasa bajo la ruedas, se endurece lo justo según la velocidad y transmite confianza al conductor. Luego, el chasis y un sistema de amortiguación que ajusta la firmeza del amortiguador según el recorrido de la suspensión permite disfrutar de una pisada propia de un BMW X5M. Más todavía con la opcional suspensión adaptativa.

Puede cargar el 80% de la batería en 40 minutos
Puede cargar el 80% de la batería en 40 minutos

Consumo y autonomía

Hasta 630 kilómetros de autonomía. Suena muy bien… como ocurre con el dato teórico de otros SUV eléctricos. Sin embargo, muchas veces ese dato mengua hasta la mitad en un uso real (acelerador normal, climatizador conectado…) No es el caso del ix50, con el que he llegado a 550 kilómetros de autonomía real en un uso normal del coche. 

Además, BMW ha mejorado esa (para mí) demasiada retención al levantar el pedal del acelerador que tenía el BMW i3. Ahora regenera con la frenada, pero la sensación es mucho más suave. Si lo comparo con sus rivales, el Mustang Mach E se queda en 500 kilómetros y el Jaguar i-Pace ofrece menos, en total 470 kilómetros.

El volante resulta, desde luego, distinto
El volante resulta, desde luego, distinto

Y una para pensarlo: interior prototipo

Aunque en material de confort no se le pueden poner pegas, tanto por insonorización como por capacidad de filtración de las suspensiones (destaco la espuma en las ruedas para absorber ruidos que mejora el confort de marcha), el punto débil para mi del ix50 está en la presentación del interior. A los más arriesgados les gustará, pero para mi abusa en exceso de los cromados dorados y el símil madera.

Esto, unido a un peculiar volante con forma trapezoidal, me transmite la impresión de estar ante un prototipo más que un coche de serie. ¿Es malo? No necesariamente, ya te digo que es una cuestión sobre todo de gustos y yo prefiero una terminación más cercana a un BMW X3 que a un BMW iNEXT. También el precio, que supera los 100.000 euros, se acerca a un concept car... Eso sí, el BMW ix1 será más barato.

Etiquetas: SUV de lujo

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