Ford Explorer, cuatro razones para comprarlo y una para pensarlo

¿Cómo viajar a Estados Unidos sin moverte de casa? Puedes sentarte en el sofá y poner un canal de viajes... o sentarse a los mandos de todo un Ford Explorer, uno de esos coches hechos para el público americano que gusta de ir a lo grande en todos los aspectos. ¿Es todo bonito? Después de una semana de prueba concluyo que tiene cuatro virtudes grandes y también un motivo para reflexionar.

El Explorer es un SUV con todas las de la ley, ya sea por sus medidas como por sus aptitudes fuera del asfalto o por disponer de tracción total. Un todocamino de apariencia imponente, de naturaleza híbrida enchufable y con un puñado de puntos fuertes. Para mí, estas son las cuatro virtudes más destacadas.

Espacio 

Superar los cinco metros de largo, los dos de ancho y... ¡los tres metros en distancia entre ejes! convierte al Explorer en un auténtico salón rodante, donde hay hasta siete asientos divididos en tres filas 2-3-2. La tercera fila sirve para más de un apuro puntual y en ellas pueden viajar con relativa comodidad personas que midan hasta 1,5. metros.

No acaban aquí las fortalezas en espacio del modelo del óvalo, porque reserva una zona de carga tremendamente práctica. Primero por las formas cuadradas y el bajo suelo de carga, que facilitan las operaciones. Y segundo, por un volumen que oscila entre 1.137 y 2.234 litros.

Acabado S-Line

Si a su imponente silueta, marcada sobre todo por ese poderoso frontal con una gran rejilla, le faltaba algo, el mejor aditamento es el acabado S-Line de esta unidad de pruebas. Con él, esa parrilla es negra y se calza sobre unas enormes ruedas con llantas de aleación de 20 pulgadas. Los faros delanteros también se han oscurecido y las salidas de escape se integran en la trasera.

Por dentro, la principal aportación del paquete S-Line (viene de serie en la única versión que se comercializa en España) es la presencia del aluminio para complementar un cuadro de mandos muy digitalizado de 12,3 pulgadas, la pantalla central táctil habitual en los Ford, ruleta para la transmisión (yo prefiero palanca) y unos butacones muy confortables tanto en la primera como en la segunda fila.

PHEV

Esa transmisión de la que hablaba en el punto anterior es un cambio automático de 10 relaciones, que sirve para dosificar los 405 caballos de potencia que entrega en conjunto su sistema híbrido. Sí, porque la tercera virtud es esta naturaleza híbrida enchufable que le permite circular hasta 44 kilómetros en modo solo eléctrico y disponer de la Etiqueta Cero.

El conjunto está formado por un motor gasolina 3.0 V6 con tecnología Ecoboost que rinde 363 caballos de potencia y otro eléctrico de 102 CV. La potencia conjunta es de 457 CV y un par de 800 Nm procura un poder de aceleración (6 segundos en el 0-100 km/h) destacable en un modelo que supera los 2.200 kilos de peso en báscula.

En solo 3,5 horas se puede recargar el 100/100 de la batería y gracias a esa Etiqueta Cero puede circular sin ningún tipo de restricciones por las principales ciudades y aparcar en cualquier lado. Otra cosa será encontrar un hueco, como veremos luego....

Confort

Tanto por las sensacionales cotas de habitabilidad que veíamos al principio como por unos tarados de suspensión muy bondadosos. No lo son tanto como es habitual en los coches americanos y se nota que este Explorer está pensado para el mercado europeo, pero filtran de maravilla y procuran la sensación de rodar un centímetro por encima del suelo.

Eso sí, cuando llegan las curvas mejor tomarse las cosas con calma, porque sus más de dos toneladas de peso se hacen sentir en forma de pronunciadas inercias a la hora de enlazar virajes. Y es que este Ford está hecho para recorrer muchos kilómetros guiado desde su enorme volante.

Y ahora... el punto a mejorar

Repasadas sus cuatro grandes virtudes, es hora de ver el punto y está forma por dos aspectos prácticos. El primero de ellos pasa por el consumo. Un motor principal gasolina, con tres litros de cilindrada y V6 tiene su peaje en forma de consumos que se van por encima de los 11 litros en conducción normal. Y eso, al precio que hoy está la gasolina...

En segundo lugar están las maniobras de aparcamiento, que se complican por dos factores: esos más de cinco metros de longitud y una dirección pesada a baja velocidad, que debe mover unos neumáticos tan grandes que te deberás tomar con paciencia tanto la búsqueda de hueco como el estacionamiento en sí.

Peajes prácticos (y normales) a pagar por conducir un coche diferente y mira que eso es difícil de conseguir hoy en día en un mercado tan saturado como el de los SUV. Imponente por fuera, tecnología por dentro e híbrido, este Ford Explorer está en el mercado con un precio de 79.350 euros