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Coches míticos solo para verdaderos amantes del motor, Opel GT

Coches míticos solo para verdaderos amantes del motor, Opel GT

El coche con forma de botella de Coca-Cola.

En los años 60 y, al igual que ahora, Opel era una marca generalista que fabricaba automóviles resistentes y funcionales para el día a día. Pero, de repente, dio un golpe encima de la mesa y se sacó de la manga un precioso deportivo, claramente inspirado en otro de procedencia americana. Aquí va otro de esos coches míticos solo para verdaderos amantes del motor, el Opel GT.

La de 1960 fue una década de cambios trascendentales: la conquista de los derechos civiles de los ciudadanos negros en Estados Unidos, el movimiento hippie, la liberación sexual de la mujer, la Primavera de Praga, el Mayo del 68 francés… Acontecimientos que rompieron los cimientos de la sociedad burguesa. 

Y, como impulsado por toda esa oleada de cambios, en Rüsselsheim decidieron hacer un vehículo completamente diferente a lo que venía siendo costumbre en la marca del rayo. 

Un coche deportivo y excitante, salido del lápiz de Erhard Schnell y su equipo en el nuevo Estudio de Diseño, el primer centro de diseño de un fabricante europeo.

 

Se trataba de algo totalmente rupturista con la línea de actuación del fabricante alemán, algo concebido en el seno del estudio de diseño para dejar volar la imaginación y que, con toda seguridad, no contaría con la aprobación de los dirigentes. 

Pero, quién sabe si movidos por las nuevas corrientes que estaban transformando el mundo o por acceder a un mercado joven y entusiasta en busca de un deportivo asequible, los mandamases dieron el visto bueno al proyecto ‘Experimental GT’, que acabaría terminando en el Opel GT.

El Experimental GT, “el coche con forma de botella de Coca-Cola”

Coches míticos solo para verdaderos amantes del motor, Opel GT

El Opel GT fue presentado en 1968, pero su carrera empezó varios años antes, cuando la marca desveló por sorpresa un aerodinámico deportivo biplaza en el Salón Internacional (IAA) de Frankfurt en 1965. 

Con su afilada carrocería, el largo capó con faros escamoteables que rotaban alrededor de su eje longitudinal, abultados pasos de ruedas y una trasera en vertical, el coche era algo nunca visto en un fabricante europeo. El curvilíneo exterior pronto fue bautizado como la “forma de botella de Coca-Cola”.

Opel describió inicialmente el Experimental GT como un estudio de diseño de altas prestaciones. El encargado de diseñarlo fue Erhard Schnell y su equipo en el nuevo ‘Estudio de Diseño’ de Rüsselsheim, el primer centro de diseño de un fabricante europeo.

Coches míticos solo para verdaderos amantes del motor, Opel GT

Como recordó el propio Schnell, el desarrollo del GT fue un gran secreto: “Para empezar, era solamente un proyecto de estilo. Mi jefe no le había dicho nada a la dirección. Pero cuando el coche estaba prácticamente terminado no pudo evitar informarles”. 

“Estábamos muy preocupados cuando el Experimental GT fue presentado por primera vez, así que nos sentimos aliviados cuando la dirección de la compañía comenzó a aplaudir de forma espontánea”, reconoció Schnell. 

Esa valentía del diseñador alemán tuvo su recompensa en el Salón Internacional del Automóvil (IAA) de Frankfurt de 1965, donde tanto los medios de comunicación como el público dieron una impresionante acogida al GT

Nadie hubiera podido esperar un coche tan deportivo de Opel. Como resultado, seis años después de los primeros bocetos y tres desde que la dirección diera luz verde al proyecto, el GT pasó a ser un coche de producción.

Coches míticos solo para verdaderos amantes del motor, Opel GT

El primer Opel GT salió de las líneas de producción en 1968, siendo un primer ejemplo de cooperación franco-alemana. 

Gracias a algunos proyectos conjuntos anteriores, los carroceros de Chausson y Brissoneau & Lotz era ya unos socios fiables para Opel y la compañía francesa llevó a cabo los trabajos de estampación, soldadura, pintura y equipamiento interior del GT.

El GT se podía elegir con dos opciones mecánicas: un 1.1 litros con 60 CV, que procedía del Opel Kadett, y un 1.9 litros de 90 CV proveniente del Rekord. Este último fue el que gozó de una mayor popularidad. 

La potencia llegaba a las ruedas traseras mediante un cambio manual de cuatro relaciones, alcanzaba los 185 km/h de velocidad máxima y aceleraba de 0 a 100 km/h en 11,5 segundos. Al otro lado del charco, existía una versión con cambio automático de tres velocidades. 

Un GT revolucionario por dentro y por fuera

Coches míticos solo para verdaderos amantes del motor, Opel GT

El modelo de producción tenía una carrocería notablemente diferente al del prototipo, con un aspecto mucho más atlético. El capó era más largo y el voladizo delantero más corto. 

Los musculosos abultamientos para el sistema de admisión permitieron hacer un capó más bajo, los faros cuadrados del Experimental GT fueron reemplazados por otros redondos que le daban al coche una imagen aún más inconfundible. Las líneas elegantes rebajaban el coeficiente aerodinámico sin reducir la cara aerodinámica para tener buena estabilidad a alta velocidad. 

Sin embargo, esto fue causa de otro problema inesperado: según los reportajes de prensa de septiembre de 1968, los prototipos de GT nunca pudieron circular ocultos a la prensa, ya que su excitante silueta “hacía inservible cualquier camuflaje”.

Al igual que el diseño exterior, el interior del GT rebosaba de estilo, con sus asientos tipo baquet, su volante de tres radios y los relojes de la instrumentación, detalles que siguen cautivando hoy. 

Pero, a pesar de querer despertar las emociones, los diseñadores del GT también prestaron una gran atención a la seguridad, dotando el coche de cinturones de seguridad de tres puntos, un arco antivuelco integrado y barras de protección lateral en las puertas, así como una columna de dirección de seguridad.

El legado del Opel GT

Coches míticos solo para verdaderos amantes del motor, Opel GT

Gracias a su bajo centro de gravedad, su rígida carrocería y su dinámico chasis, el GT era una base ideal para competición. Tanto que, especialistas como el italiano Conrero prepararon algunas unidades deportivo alemán que consiguieron múltiples triunfos en carreras de resistencia a principios de los años 70. 

Por otro lado, en 1971 apareció una versión eléctrica llamada Opel Elektro GT, creada por Dr. Georg Von Opel, nieto del fundador de la marca. El GT eléctrico fue capaz de alcanzar una velocidad máxima de 189 km/h y establecer varios récords mundiales. 

Paralelamente, en 1972 Opel construyó también una variante con motor diésel que logró dos récords mundiales y 18 internacionales en la pista de pruebas de Dudenhofen, alcanzando una velocidad máxima de 197 km/h. 

En 1969, la marca alemana presentó en el Salón de Frankfurt el Aero GT convertible, con el cristal trasero escamoteable eléctricamente y techo Targa desmontable. Desafortunadamente el coche se quedó en un estudio de diseño.

El Opel GT encandiló a los clientes, no solo europeos sino, también norteamericanos hasta que llegó su final en 1973. Gracias a su diseño único, sus prestaciones y un precio atractivo, la popularidad del GT excedió todas las expectativas. La producción total alcanzó la no despreciable cifra de 103.463 unidades en solo cinco años. 

Por otra parte, El GT también demostró que los ingenieros y diseñadores de Opel tenían en mente ya en aquella época la máxima de: “arte escultural unido a precisión alemana”. O, como dijo el actor y propietario de un GT, Ken Dunken: “Solo volar es más divertido”.

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