Comparativa: Kia Picanto, Mitsubishi Space Star y Renault Twingo

Y es que hemos elegido, precisamente, las motorizaciones más pequeñas entre los modelos más pequeños: el Kia Picanto de 67 CV, el Mitsubishi Space Star 1.0 con 71 CV y el Renault Twingo SCe con 65 CV. 

En todos ellos trabaja un tres cilindros con buenos modales y poco sediento, y todos tienen cuatro puertas y envían su potencia a las ruedas motrices a través de una transmisión manual de cinco velocidades.

Pero los tres liliputienses están alineados solo superficialmente, porque en el fondo mantienen claras diferencias. El motor del Renault funciona en la parte trasera, lo que por un lado reduce el radio de giro, pero por otro lado ocupa espacio en el maletero y cocina las verduras que te acabas de comprar en el súper.

El Kia, por su lado, viene avalado por la tranquilizadora garantía de siete años, como es típico de la marca, y es un coche fácil de maniobrar.  

Mitsubishi Space Star 1.0

Con el Space Star, Mitsubishi confía en un concepto de funcionamiento maravillosamente sencillo que incluye un cockpit muy ordenado; todo es fácil y el manejo es siempre fluido, por eso tratar con él garantiza que la experiencia será libre de estrés.

En marcha, la cosa cambia un poco: porque el conductor y los pasajeros del Space Star no se sienten apretados y pueden subir al automóvil sin ningún problema, pero por desgracia los asientos rudimentarios apenas sostienen la espalda, los hombros y la pelvis, lo que se vuelve agotador en carreteras sinuosas.

La fila de asientos trasera es básicamente, como en el Twingo, un banco de tela ajustado y diseñado sin mucho mimo. Por eso, ir al cole, a la oficina o al súper no supone ningún problema para tu relax vital, pero mejor no te plantees recorrerte media península. 

El motor de un litro no es muy enérgico, tiene una respuesta irregular y la entrega de potencia acusa fatiga en la parte superior del cuentavueltas. Especialmente en quinta, con un desarrollo largo, es extremadamente débil en términos de par en comparación con los motores de sus dos rivales.

El Mitsubishi completó la recuperación de 80 a 120 km/h en unos narcolépticos 38 segundos. El Renault y el Kia lo hacen en mucho menos tiempo. Pero en una conducción relajada, hay que decir que el japonés tienen un buen comportamiento.  

El Mitsubishi frena aceptablemente, es decir, en menos de 40 metros desde los 100 km/h, y también domina las maniobras evasivas sin anomalías. Aunque sí hemos notado que el coche comienza a subvirar antes que sus dos oponentes. 

Si te metes por carreteras sinuosas y le pisas un poco, debido a la dirección suave e insensible, no puedes dirigirlo con mucha precisión, ya que comunica poco lo que pasa en el asfalto. Del mismo modo, la suspensión más blanda y una palanca de cambios con unos recorridos poco definidos hacen que deseches la idea de un poco de dinamismo al volante. 

Renault Twingo SCe 65

El Renault es uno de los campeones a la hora de circular por el interior de la ciudad. Es extremadamente maniobrable, se siente animado, y la visibilidad es correcta. Una pena que el espacio en la segunda fila sea bastante limitado. 

El tres cilindros del francés se comporta subjetiva y objetivamente mejor que los motores de configuración similar del Kia y el Mitsubishi. Y tiene un funcionamiento más silencioso al estar mejor aislado bajo su solapa debajo del piso del maletero. 

El francés, además, se siente más animado y, por tanto, más seguro. En este segundo aspecto nos ha gustado mucho que sea estable, y que los frenos lo detengan un metro antes y con mayor decisión. Junto con el Kia, supera los cinco litros de consumo, pero por poco. 

Kia Picanto 1.0

El Kia Picanto pasa sin problemas como el hermano mayor de los otros dos chicos. Parece más maduro, más estable, más predecible. 

Y esto comienza con su comportamiento de conducción. La dirección permite guiarlo con precisión, la suspensión filtra la mayor parte de las irregularidades sin quejarse y solo choca contra los topes de goma en baches muy pronunciados. 

El motor se escucha bastante, pero no llega a parecer nunca muy estresado, aunque sí que suele reinar el típico zumbido de los tres cilindros a velocidades muy bajas. En general, tiene un buen empuje y acelera con cierto brío. 

En el interior, se lo pone fácil al conductor. Velocímetro con aguja "real", escritura blanca sobre fondo negro, controles rotativos sólidos para el aire acondicionado, mando para las luces que se explica por sí solo: así es como debe ser conducir un automóvil sin distracciones.

Una pena que, aunque el diseño de sus asientos dice otra cosa, el apoyo lateral no sea tan bueno en la práctica. Y el manejo de su cambio no es todo lo fluido que nos hubiera gustado. 

Como contrapeso, Kia pone un equipamiento decente en la balanza. Permite incorporar asistentes tecnológicos como el el freno de emergencia automático, por ejemplo. 

Conclusión 

Lo único que echamos en falta de estos tres modelos básicos es que sus fabricantes hayan sido algo rácanos con sus políticas de asistentes extra. Porque el comportamiento del Mitsubishi, por ejemplo, mejoraría mucho con algunos de ellos, pero solo se pueden pedir en versiones más caras. 

Pero por lo demás, son tres coches más que adecuados para un uso diario en todos los aspectos, aunque en el balance sale ganando el Picanto, que es también el que mejor se comporta en marcha.