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Prueba Peugeot 508 2018: la berlina tiene futuro

Prueba Peugeot 508 2018
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En un segmento que parece peligrar, cada vez más, ante el auge y las ventas que se llevan los vehículos SUV, Peugeot lanza la nueva generación del 508. Además, lo hace dando un golpe sobre la mesa gracias a su diseño, tecnología y confort en marcha.

El coche de la prueba, el Peugeot 508 2018, es un modelo cuya primera generación se lleva comercializando desde el año 2010. A estas alturas, es cierto que necesitaba urgentemente un lavado de cara. Algo que, lamentablemente, no vino con el restyling.

Debido a ello, la berlina de Peugeot ha permanecido estos últimos años en un segundo plano, mientras que sus rivales, como el Opel Insignia o el Mazda6, llegaban al mercado con sus gamas renovadas o actualizadas. 

Ahora es el turno de los franceses: el nuevo Peugeot 508 2018 evoluciona notablemente en todos los niveles. Su estilo y diseño se vuelve más dinámico y moderno, el nivel de equipamiento y las calidades en su interior dan un gran salto y su gama de motores lleva la eficiencia a nuevas cotas.

Línea fastback para el nuevo 508

Ya lo comprobamos cuando se dio a conocer la nueva generación en el Salón de Ginebra de 2018. Es ahora, cuando se observa detenidamente al aire libre, cuando se puede reafirmar que la imagen del nuevo 508 resulta bastante compacta. Y bastante atractiva, porque hacía tiempo que no se giraban tantas cabezas al paso de una berlina.

A ello ayuda el contar con un diseño de carrocería de cuatro puertas estilo fastback. Esta es la principal novedad en el exterior del Peugeot 508: abandona la clásica silueta de tres volúmenes. Ahora, su carrocería sigue las líneas de diseño que tienen modelos como el Volkswagen Arteon o las versiones Sportback de Audi. Es decir, líneas fluidas y muy aerodinámicas estilo coupé.

Cara a cara: Peugeot 508 vs Volkswagen Passat

Las dimensiones de esta segunda generación se reducen: su longitud se queda en 4,75 metros (ocho centímetros menos que la generación precedente) y la altura en sólo 1,40 metros (seis centímetros menos). Es la anchura, en dos centímetros, lo que sí aumenta. A pesar de este cambio en sus proporciones, la silueta del 508 sobre el asfalto tiene mucha presencia.

Complementan el apartado exterior unos trazos afilados y las formas suaves en los paneles de carrocería. Esta nueva identidad en materia de diseño hace que el coche de la prueba, el nuevo Peugeot 508, se vea realmente moderno. 

En la vista delantera, destaca la agresividad de su mirada: unos ‘colmillos’ en técnica LED se suman al conjunto de ópticas y la calandra, que muestra con orgullo el logotipo de Peugeot. Es aquí donde cabe mencionar un guiño a sus antepasados: en la punta del capó aparece la denominación 508, rindiendo homenaje a los Peugeot 504 y 504 Coupé.

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La vista lateral del 508 viene determinada por la línea de techo. Siguiendo los cánones de este tipo de carrocerías fastback, el techo del Peugeot 508 desciende suavemente hacia el portón trasero. Aquí encontramos otro detalle clave: las puertas ahora no cuentan con el clásico marco para las ventanillas. Sin duda, un detalle característico de vehículos coupé, que beneficia a un diseño más dinámico.

Es la parte trasera del 508 donde debemos centrar nuestra atención. La tapa del maletero dice adiós para dar la bienvenida al portón trasero acristalado. Una novedad en este tipo de vehículos sedán para el fabricante francés, pues es el primero en contar con esta solución. Además, el perfil dinámico y moderno del modelo ha de llevar consigo practicidad; no es viable apostar todo al diseño y dejar en la sombra el lado más práctico y funcional. Si lo hiciera, no tendría mucha lógica un vehículo así en el segmento D.

Prueba Peugeot 508 2018

El nuevo portón posterior ofrece un ángulo de apertura que resulta muy útil a la hora de cargar elementos en su interior. Además, facilita esta tarea el sistema de apertura eléctrica ‘manos libres’ (accionado desde el mando remoto o deslizando el pie por debajo del paragolpes). 

La parte negativa en este aspecto es que su volumen se queda algo justo si tenemos en cuenta a sus rivales. El maletero del Peugeot 508 2018 a prueba permite almacenar un volumen de 487 litros. De hecho, en este segmento de las berlinas de tamaño medio, el Renault Talismán es bastante mejor: cuenta con 608 litros de capacidad (incluyendo 93 litros debajo del piso de carga). Si se abaten los respaldos de los asientos traseros (en proporción 2/3 – 1/3), la capacidad aumenta hasta los 1.537 litros.

Aquellos conductores que necesiten un mayor volumen de carga, tendrán que esperar a principios de 2019, cuando llegue la variante 508 SW. Este 508 familiar ofrecerá un mínimo de 530 litros de capacidad.
No por último menos importante, el diseño afilado y moderno del 508 continúa en la parte trasera. Al igual que sus hermanos de gama, los Peugeot 3008 y 5008, este modelo cuenta con la tira horizontal que da continuidad al conjunto de ópticas traseras. Además, la firma luminosa en técnica LED y efecto ‘garra’ en 3D, le otorga un aspecto muy elegante y deportivo a la zaga.

Prueba Peugeot 508 2018

Interior futurista y revolucionario

El interior del nuevo Peugeot 508 no deja indiferente. Amado por unos y odiado por otros, cuenta con una notable evolución sobre el concepto Peugeot i-Cockpit. Los relojes y la instrumentación siguen situándose por encima del volante, de diámetro reducido y parte superior e inferior achatada. 

Este particular concepto interior puede resultar transgresor, pero resulta sencillo de emplear y pretende maximizar la experiencia de conducción. Para aquellos conductores que se sienten por primera vez al volante, no requerirá mucho tiempo de adaptación.

Con todo, si es notable que el interior del nuevo 508 da un gran salto en términos de calidad percibida y modernidad. Madera, cuero, plásticos… la verdad es que sorprenden tanto los materiales como el cuidado empleados en el habitáculo. Todos estos elementos resultan muy agradables al tacto. 

Además, son muestra de esa orientación ‘generalista con aires premium’ que quiere darle Peugeot a este modelo. Es tal la atención dedicada en este aspecto, que Peugeot asegura una calidad óptima en sus materiales durante los primeros años o 90.000 kilómetros.

Prueba Peugeot 508 2018

Otro elemento a destacar en el interior del 508 es la pantalla táctil de ocho pulgadas, mediante la cual, se accede al apartado multimedia. Bajo ella, se sitúan unas elegantes teclas de acceso directo a funciones de telefonía, navegación, ajustes del vehículo o multimedia. Estas teclas, que se asemejan a las teclas de un piano, modernizan y proporcionan un estilo más personal el interior del Peugeot 508.
Una vez abierta la puerta y accedido al interior, se está más cerca del mundo coupé de lo que se espera. La posición al volante resulta muy baja. El asiento cuenta con un mullido suave y cómodo, que recoge y sujeta al conductor, pero tendiendo más hacia el lado del confort y no favoreciendo más la deportividad. 

Estos asientos delanteros permiten ajustar la posición ideal al volante y, además, ofrecen masaje y pueden ir calefactados (desgraciadamente, no vendrán ventilados). Una vez ajustado el asiento a nuestro gusto, llama la atención que el conjunto de elementos de control en la cabina nos envuelve como un guante.

Inspirado en el vehículo conceptual Peugeot Exalt (prueba), este diseño innovador para el habitáculo del 508 combina la consola central extendida hasta el reposabrazos, el concepto de instrumentación digital y la filosofía Peugeot i-Cockpit.

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Sabiendo que la segunda generación del Peugeot 508 reduce su longitud y su distancia entre ejes unos pocos centímetros, es normal pensar que su habitabilidad se ve drásticamente reducida. Es cierto que no todo es color de rosa, pero tampoco resulta catastrófico. En las plazas delanteras, no hay problema, ya que el ajuste de los asientos tolera la reducción en la altura del techo. 

En la fila trasera, no hay problema con el espacio disponible para las piernas de los pasajeros. La parte posterior de los asientos delanteros está ligeramente moldeada y se dispone de un extra de espacio para poder deslizar los pies por debajo. 

Por suerte, el espacio disponible en las plazas traseras sorprende gratamente. Debido a la línea descendiente que traza el techo hacia el portón trasero, uno piensa que el espacio para cabeza y hombros queda bastante limitado. Este no es el caso; incluso personas con una estatura de en torno a 1,75 metros, disfrutan de unos centímetros de espacio libre hasta el techo.

Prueba Peugeot 508 2018

Donde sí hay que tener cuidado es en el acceso y la salida desde estas plazas traseras, ya que la forma que tiene el pilar C entorpece el paso. Es necesario agachar la cabeza para evitar esos, más que probables, chichones con el montante. 

Conjugar unas dimensiones compactas con un interior de este segmento es una tarea complicada. Con todo, los espacios a la altura de la cabeza, en las filas delantera y trasera, son comparables a los que podemos encontrar en un Audi A5 Sportback, con el que Peugeot comparte longitud.

El almacenamiento disponible en el interior del 508 está bien pensado. Si bien los huecos portaobjetos situados en las puertas son generosos, debajo del reposabrazos central, encontramos un amplio hueco donde esconder objetos. Además, este compartimento está refrigerado.

Prueba del Peugeot 508 2018 BlueHDi 130

Tiene un motor pequeño de 1,5 litros, pero con un buen rendimiento, ya que entrega 130 CV. Nuestra unidad de pruebas va acoplada a una caja manual de seis velocidades. Hay que decir que las prestaciones de esta variante no me encajan del todo con lo que esperaba de una carrocería así, y la respuesta del cuatro cilindros es algo tosca, pero eso no significa que esta berlina esté inframotorizada. Y eso se debe eb parte a un cambio muy bien escalado, que permite aprovechar muy bien sus 300 Nm de par.

La carretera del litoral francés son perfectas para probar la respuesta de este Peugeot enlazando giros. Y el nuevo i-Cockpit con su pequeño volante se revela como un gran aliado. Incluso zonas nudosas con continuados cambios de apoyo no requieren mucho esfuerzo del conductor.   Al activar el mapa del navegador que aparece en la instrumentación combinada justo por encima del volante, no tengo que desviar la vista de la carretera para tener presente siempre mi destino. Cuando la carretera se pone en mal estado, sale a relucir el tarado del chasis: da igual el programa de conducción que lleve activado, que el ajuste siempre es más firme de la media. 

Prueba del Peugeot 508 2018 GT PureTech 225 CV EAT8

Para esta primera prueba del Peugeot 508 2018, se ha escogido el propulsor 1.6 PureTech, que desarrolla una potencia máxima de 225 CV. Este bloque PureTech es la motorización más potente disponible por el momento, disponible únicamente con el acabado 508 GT. Asociado con la transmisión automática EAT8, ofrece una respuesta y progresividad muy buena. Se podría decir que este motor ofrece ‘doble satisfacción’: es flexible a bajas revoluciones y le gusta jugar en la zona alta del cuentavueltas. Si es cierto que su sonido no resulta especialmente motivador cuando estiramos las marchas.

Los primeros compases de la prueba discurren por autovía, donde podemos comprobar varios elementos de seguridad y confort equipados en esta versión. El más relevante pasa por el control de crucero adaptativo con función Stop&Go, que nos permite seleccionar una velocidad límite y se ajusta automáticamente según la densidad del tráfico, incluso detiene el vehículo en retenciones. Algo que resulta especialmente útil en el tráfico que encontramos en las inmediaciones de la ciudad francesa de Niza. Además, este sistema va asociado al Lane Position Assist, que mantiene al Peugeot 508 en su carril.

¡Compara! Así era la anterior generación

Otro detalle que tiene mucha relevancia en este tipo de vías es la gran insonorización que tiene el interior del 508. Algo a tener muy en cuenta si vamos a devorar kilómetros en este tipo de vías.

Pero donde podemos hablar de rendimiento es en las carreteras de montaña en los alrededores del parque nacional de Mercantour. Es aquí donde el nuevo Peugeot 508 tiene unas cuantas cosas que decir.

El motor no se queda corto en entusiasmo; es un propulsor alegre y transmite buenas sensaciones si lo llevamos alto de vueltas. La teoría dice que la transmisión EAT8 escoge la relación más acorde a nuestro estilo de conducción, pero la práctica no se le da tan bien. 

Aunque la caja automática EAT8 es extremadamente suave en los saltos de marcha, duda continuamente entre qué marcha es la más adecuada cuando circulamos en algunos pueblos. Además, es capaz de reducir dos, tres, incluso cuatro marchas de golpe si considera que hemos acariciado el acelerador algo más de la cuenta, con todo lo que ello conlleva.

Esta transmisión está acompañada por dos levas fijas situadas en la columna de dirección; no giran con el volante. Usarlas ha sido un poco inútil ya que la caja de cambios ha hecho lo que le venía en gana durante nuestra prueba.

Existe un modo manual bloqueable para la transmisión automática EAT8, aunque la manera de activarlo debería ser más intuitiva. Se puede acceder a este modo a través del selector de modos de conducción, por encima del modo Sport.

Con todo, la transmisión automática EAT8 solo favorece el confort y la conducción eficiente; no ayuda en absoluto a una conducción deportiva. En términos comparativos, una caja DSG de Volkswagen sería más suave para uso a diario, mientras que las cajas Steptronic de ocho velocidades que se encuentran en BMW son más válidas para conducción deportiva.

En marcha, el nuevo 508 impresiona especialmente por su comportamiento dinámico. La suspensión activa, con amortiguación pilotada, proporciona un excelente filtrado de las irregularidades en la calzada y ofrece una gran comodidad. El eje delantero permite posicionar perfectamente al Peugeot 508 en virajes donde el balanceo de carrocería es prácticamente insignificante. A su vez, el eje trasero multibrazo también consigue digerir cambios de apoyo y virajes rápidos sin inmutarse. En este sentido, Peugeot no decepciona.

Prueba Peugeot 508 2018 GT Line BlueHDi 180 CV EAT8

También hemos podido probar el Peugeot 508 2018 GT Line, asociado al motor diésel BlueHDi 180. Esta versión es, sin duda, la más equilibrada en la gama 508. Este propulsor de dos litros de cilindrada no decepciona en lo que a rendimiento se refiere. Además, no se queda lejos con respecto al PureTech 225.

Como es de esperar, el bloque más potente en la gama diésel sabe cómo ofrecer una agilidad y comportamiento agradable en cualquier circunstancia. Su par motor, de 250 Nm disponible desde 1.650 vueltas, su elasticidad y unos consumos reducidos lo hacen muy agradable para conducir. Este motor es el que probablemente ofrece el mejor compromiso entre dinámica y eficiencia.

Prueba Peugeot 508 2018

También ayuda en este sentido la plataforma modular EMP2, sobre la que se asienta este nuevo 508. Permite combinar una construcción más ligera, de hasta setenta kilos si tenemos en cuenta generaciones precedentes, con una dinámica de conducción mejorada. También beneficia la maniobrabilidad, pues se reduce su radio de giro hasta en 1,5 metros.

Al igual que la versión GT, el nuevo Peugeot 508 BlueHDi 180 solo está disponible con la caja de cambios automática EAT8, independientemente del nivel de acabado seleccionado. Sus 180 caballos están presentes y son particularmente dóciles, discretos y efectivos en todas las circunstancias, especialmente si empleamos las levas de cambio para bajar de velocidad más rápido de lo que la gestión automática de la transmisión podría hacer.

Las especificaciones siguen siendo muy interesantes para esta berlina de Peugeot. Su velocidad máxima es de 235 km / h, mientras que puede cubrir una aceleración de 0 a 100 en 8,3 segundos.
En un recorrido de prueba muy corto y con gran porcentaje de circulación en entorno urbano, se ha logrado un consumo medio en torno a los 5,3 litros / 100 km, la cual es una cifra razonablemente buena. Destacar en este sentido la rápida y efectiva actuación del sistema de arranque y parada Stop&Start, muy necesario para reducir el consumo y emisiones.

Prueba Peugeot 508 2018

Resumiendo…

Peugeot emplea mucho la palabra radical para definir este nuevo concepto de sedán para la marca. Obviamente es un término que, no se ajusta per sé. Con el nuevo Peugeot 508, la marca tiene la intención de posicionar su producto como la mejor alternativa del mercado generalista. Lo hace además con ciertos aires premium, sin entrar directamente en el tú a tú con el trio de berlinas alemanas. 

Podemos tratar de comparar al nuevo Peugeot 508 con un Volkswagen Arteon, pero resulta menos ágil que el modelo de Wolfsburgo. En comparación con modelos como el Audi A5 Sportback o el BMW Serie 4 Gran Coupé, estos últimos juegan en otra liga y son difíciles de considerarse como rivales directos. 

De todos modos, el nuevo 508 de Peugeot destaca mucho con respecto a la competencia que le suponen modelos como el Ford Mondeo o el Skoda Octavia. Como firme defensor de las berlinas, a uno le dibuja una sonrisa en la cara saber que Peugeot ha desarrollado un concepto de sedán ligeramente diferente.

Algo que, sin ninguna duda, es positivo para un segmento que no pasa por sus mejores momentos; incluso que ha perdido a modelos míticos como el Honda Accord. El nuevo Peugeot 508 trae algo de luz y esperanza, como una posible alternativa a tener en cuenta, que pueda convivir con el voraz segmento de vehículos SUV.

Ya que hemos llegado hasta aquí, ¿quieres saber cuál es tu coche ideal?

Valoración

Nota8

Pongo a prueba el Peugeot 508 2018, una berlina que da un golpe sobre la mesa gracias a su diseño, tecnología y confort en marcha.

Lo mejor

Moderno diseño exterior e interior. Hay “esperanza” para el segmento. Instrumentación digital del Peugeot i-Cockpit.

Lo peor

Caja EAT8. Acceso a plazas traseras. Volumen justo en el maletero.

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