¿Es suficiente la potencia del pequeño diésel de tres cilindros para mover a un buque como este, de casi cinco metros? Lo comprobamos en la prueba del Opel Insignia 1.5D
Si observas a la competencia, encontrarás que el Volkswagen Passat y el Skoda Superb también cuentan con modelos diésel de 122 CV. La demanda, obviamente, existe. Por eso aparece este Opel Insignia 1.5D… con un motor de tres cilindros. Sobre el papel, suena a poco para mover una berlina de este tamaño con cierta soltura. Veamos cómo se comporta en la práctica este Opel.
Un motor que ahorra peso
Las otras cualidades del Insignia (mucho espacio, comportamiento de conducción muy seguro, manejo sencillo de los elementos de control y excelentes asientos) no se ven afectadas.
Comparado con el diésel de cuatro cilindros, el pequeño 1.5 es casi 100 kilogramos más ligero. Sin embargo, el tres cilindros se siente menos fluido. Y la suspensión se vuelve más flexible en cuanto llevas a dos o tres pasajeros.
En Opel no se han esforzado en ocultar que llevas solo tres cilindros bajo el capó. Especialmente en frío, el arranque es bastante tosco, se despierta con fuertes vibraciones, y se nota algo indolente de entrada.
Un poco de paciencia
Se necesita un tiempo hasta que el turbo pueda movilizar los 285 Nm de par. Luego, a partir de 2.000 vueltas, parece coger algo de brío, incluso con cuatro personas y equipaje a bordo.
El coche de prueba logra fácilmente su especificación de fábrica para el esprint de 0 a 100 km/h en 12,1 segundos. Cuando se trata de consumo, las cosas se ven diferentes.
Los 6,3 litros de media es una buena cifra considerando el tanque de 62 litros. Sin embargo, en pruebas anteriores, el cuatro cilindros de 174 CV (modelo anterior al facelift) no tenía más sed, e incluso era un poco más económico.
Hay que esforzarse, por tanto, para conseguir valores por debajo de los seis litros.
Sin embargo, a si favor hay que decir que es incluso más difícil que supere los ocho. Y eso que lo hemos probado también por una autovía alemana sin límite de velocidad, y en ocasiones el velocímetro ha llegado a marcar los 210 km/h.
Y una vez alcanza su temperatura óptima, este diésel gana en suavidad, incluso en los procesos de Start Stop en los semáforos.
Por dentro
El Insignia es sencillo, claro y bueno. Aparte algunos materiales de aspecto poco refinado, no hay nada de qué quejarse en el interior.
La caja automática de ocho velocidades es opcional y no está disponible en la configuración básica. El excepcional asiento EGR multiajustable con función de masaje (para el conductor) es una auténtica delicia. Detrás también se va muy cómodo, solo la línea inclinada del techo resta algo de espacio para la cabeza en las tallas más grandes.
Y el maletero con portón tiene una buena capacidad: hasta 1450 litros. Porque el Insignia también sabe ser práctico.
Conclusión
El algo rudo motor de tres cilindros no hace que el gran Opel sea más económico, pero sí reduce el precio de compra. Si los costes no lo son todo en la decisión de compra, te recomendamos el diésel de cuatro cilindros y 174 CV. Es más cultivado y casa mejor con un buque como el Insignia.
Conclusión
Lo mejor
Ahorra en el precio de compra, a partir de 2.000 vueltas empuja con cierto brío
Lo peor
Arranque en frío algo tosco, no consume menos que el diésel de cuatro cilindros