He probado el Opel Insignia Sports Tourer 165 CV, 4 razones para comprar y 1 para pensar
Los familiares están de moda. Muy de moda. Tanto que en la prueba de este Opel Insignia Sports Tourer la primera conclusión que saco es que merece la pena comprarlo antes que su variante berlina. Nos solo por su mayor maletero o un precio similar, si no por que ahora incluso su diseño me parece más atractivo. Sí, los station wagon son más bonitos que las berlinas y el mercado así lo ha decidido, como demuestran las crecientes ventas de los familiares. Y hablando de ventas, ¿interesa comprar este Opel Insignia? Después de una semana de prueba, aquí te doy cuatro razones para hacerlo… y una para pensarlo.
1. Espacio y practicidad
Es grande, muy grande. El Opel Insignia Sports Tourer mide prácticamente cinco metros de largo (4,89 m) y casi dos de ancho y eso permite disponer de un habitáculo donde verdaderamente caben cinco adultos (tres en la fila trasera no tienen problemas de anchura) y un maletero de gran capacidad como te cuento después. Eso sí, a la hora de aparcar o el hueco es grande o agradecerán las ayudas acústicas de aparcamiento... porque esos casi cinco metros de largo se hacen notar.
2. Confort de marcha del Opel Insignia
Desde los primeros kilómetros me doy cuenta de que es un coche eminentemente rutero, que pondera el confort de sus ocupantes frente al comportamiento dinámico. El coche pisa bien, pero no busques la agilidad de un Seat o un Ford. La dirección es menos directa y los balanceos se notan. En cambio, por muy rugoso que esté el firme, los pasajeros no protestarán.
3. Maletero interminable
Parte de unos 565 litros que pueden no parecer demasiados para su categoría (por ejemplo un Volkswagen Passat Variant cubica 650), pero su volumen máximo superior a los 1.500 litros, la anchura y las regulares formas de la zona de carga hacen que te quepa todo y se pueda aprovechar hasta el último recoveco. La altura de carga queda lo suficientemente baja como para no crear problemas y la altura del portón al abrirse es correcta.
4. Conectividad
Es una de las grandes apuestas de Opel, sobre todo en la época en la que perteneció a General Motors. Ahora encuadrada en PSA sigue siendo una marca que quiere hacer de la conectividad una de sus banderas y, por ejemplo, dispone de conexión wifi que se activa nada más entrar al vehículo. Emparejar las funciones del móvil es realmente sencillo y se agradece el cambio de rumbo del Insignia en esta generación, que abandona la multitud de botones pequeños del anterior en favor de una pantalla táctil de gran tamaño. Eso sí, a las funciones principales se sigue accediendo por medio de un botón más grande que antes.
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5. Detalles de acabado y del motor
Aunque declara en báscula 1.525 kilos, una cifra para nada elevada dado su tamaño, esperaba algo más de empuje por parte de un motor que promete 165 CV y Turbo. Sin embargo, sobre todo a la hora de recuperar sufre los estragos de una cilindrada de 1,5 litros y debes tomarte las cosas con relativa clama en rectas empinadas si el Opel va cargado. El cambio automático es menos suave que un DSG en sus transiciones y carece de levas al volante para manejar las función secuencia. También algún detalle de acabado, como el tacto de la palanca del intermitente, se podría mejorar. La postura de conducción idónea se alcanza, sin embargo, con suma facilidad gracias a las múltiples regulaciones que ofrece de serie.
Valoración
Prueba del Opel Insignia Sports Tourer 1.5 165 CV, análisis de su comportamiento dinámico, consumos y precio frente a los rivales
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