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Prueba del Mazda MX-30: un SUV eléctrico con estilo propio

Si creías que lo habías visto todo en el 'boom' de los todocaminos enchufables, el Mazda MX-30 te demostrará que siempre se puede ser más original y 'cool' (que práctico)

Hace años, Mazda no quería hacer coches eléctricos (todavía). Pero no porque no creyeran en la electromovilidad, sino porque consideraban que a los motores térmicos aún les quedaba mucho recorrido y tenían sus propios planes para desarrollar bloques tan eficientes como los afamados Skyactiv. Así que ahora, de forma complementaria, han añadido una 'e' a esta denominación para su primera mecánica 100% enchufable. Y ante semejante acontecimiento en sus 100 años largos como fabricante, lo han instalado en un coche muy rompedor. 

El reto no era nada fácil, y si pensabas que a estas alturas de la película ya era complicado innovar en  segmentos tan trillados como el de los SUV o el de los coches plug-in, notarás que a simple vista el MX-30 no es uno más.

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Para empezar, tiene unas líneas con mucha personalidad, con un aspecto algo más deportivo que un todocamino al uso, aunque sin llegar a ser un SUV-coupé (concepto que ya empieza a estar más visto que el tebeo y no siempre está bien justificado). Por contra, Mazda ha simplificado mucho sus formas con toques de elegancia, en vez de darle demasiada musculatura, y ha optado también por el diseño –dentro y fuera– y por sus propias soluciones, aunque la originalidad a veces comprometa un poco el sentido práctico de este tipo de vehículos. Y así, además de un lenguaje de diseño sobrio y muy reconocible, se ha atrevido con unas pequeñas puertas traseras que funcionan al revés y que obligan a abrir primero las de delante. ¿Una locura? Bueno, empieza siendo un guiño a su mítico deportivo RX-8 de motor rotativo Wankel  (otra seña de identidad, en la historia de la marca) y, al prescindir del pilar B, acaba permitiendo acceder a las tres plazas traseras con más amplitud que si sólo pudieras abatir los asientos de delante.

prueba Mazda MX-30

Ya en el puesto de mando, me recibe todo un festival para los sentidos en forma de materiales muy diferentes entre sí –y respecto a lo que hacen otros fabricantes–, entre los que destacan unos revestimientos del túnel de transmisión y los huecos portaobjetos en corcho. Al principio, parece que se han dejado esa zona sin tapizar, pero en cuanto ves que no es así, que el material se extiende por los huecos portaobjetos y que es con ello quieren demostrar que se puede abusar un poco menos de la piel y los plásticos. En cualquier caso, es un guiño a sus raíces, pues Mazda comenzó trabajando corcho. 

El tacto de todo lo demás, por cierto, es igual de placentero y transmite, como suele ser marca de la casa, sensación de calidad. 

Es el momento de pulsar el botón de arranque y dejarse seducir por controles y displays elegantes y nada estridentes (quizás para un público de mediana edad, la información sea un poco reducida y se eche de menos algún que otro botón físico en la consola central) y por un confort de marcha y una baja rumorosidad que hacen que deslizarse por la ciudad con pegatina CERO de la DGT sea muy placentero.  

prueba Mazda MX-30

Su motor eléctrico de una potencia equivalente a 145 CV, con 271 Nm, resulta más que suficiente para salir con agilidad de cualquier situación y alcanzar con facilidad una buena velocidad de crucero. Además, en vez de contar con complicadas palancas entre los asientos que accionen sofisticados modos de conducción, el MX-30 tiene dos levas tras el volante (ya todos los eléctricos deberían contar con ellas) que permiten sacar el máximo rendimiento a su potencia, a las inercias y a su capacidad de recuperación de energía, gracias a cinco posiciones que se ven en el salpicadero: normal (D), dos flechas hacia arriba (para que no retenga apenas al soltar el acelerador o vayas directamente a vela) y dos flechas hacia abajo, (para una retención parcial –y recarga de la batería– o casi total y máximo freno motor).  

Esta cualidad resulta especialmente importante para contrarrestar su precio, que parte desde 34.375 euros, y su autonomía, que ronda los 200 km, aunque durante esta prueba, cuando lo desenchufábamos tras contar con el 100% de la carga, la autonomía que estimaba el panel en una conducción mixta no llegaba nunca a los 170 km.  

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Por lo demás, teniendo presente esto, que en un enchufe doméstico normal de corriente alterna tarda unas 10 horas en llenarse la batería (lo que no es ninguna locura) y que con la posibilidad de carga rápida (corriente continua) puedes tener el 80% en 30 minutos, este Mazda de cero emisiones puede darte muchas alegrías para el día a día en ciudad y alrededores. Tiene una altura libre al suelo (13 cm) suficientes como para salvar desniveles igual de cotidianos y ser cómodo para todos al entrar y salir, pero no llega a penalizar su comportamiento en curva con una conducción normal e incluso ligera, gracias a su buen reparto de pesos y el bajo centro de gravedad de sus baterías. 

Prueba del Mazda MX-30

Y por último, pero no menos importante: si por estética, respuesta, comportamiento general y confort te está tentando, hay algo que puede animarte definitivamente a decidirte por este SUV eléctrico, tan  confortable como original: ahora, con el Plan Moves III y los descuentos del fabricante, el Mazda MX-30 está disponible desde 25.665 euros (con el descuento de 7.000 euros) o 28.165 euros (con el de 4.500), con un equipamiento de serie muy completo y una garantía de 8 años o 160.000 km. 

Opinión tras la prueba del Mazda MX-30

Es elegante, lujoso, de gusto exquisito y tiene una fuerte personalidad en sus líneas y soluciones tecnológicas. Lástima que el primer eléctrico de Mazda tenga una autonomía de 200 km, puesto que hoy en día se quedan algo escasos.

Prueba del Mazda MX-30

Valoración

Nota8

Ponemos a prueba el Mazda MX-30, el más original y 'cool' de los todocaminos enchufables. No es barato, pero ofrece buenos descuentos y garantía de 8 años.

Lo mejor

Diseño. Acceso a las plazas traseras gracias al tipo de apertura de las puertas posteriores.

Lo peor

El precio de partida sin descuentos es ciertamente elevado. Solo hay una versión, la de 145 CV. Autonomía.

Etiquetas: SUV

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