La increíble historia del Renault 11 Turbo

El Renault 11 Turbo no es tan conocido como su hermano el Renault 5 Copa Turbo o GT Turbo. Precisamente, llegaba al mercado un año antes que el Renault Supercinco GT Turbo, pero el éxito del R5 y sus versiones deportivas complicaron la existencia al protagonista de estas líneas. Y se mantuvo en el mercado, pero no lo hizo con la misma popularidad.

Este Renault llegó al mercado en 1984 con ganas de hacerlo pasar bien al que se subiera a su puesto de conducción. Montaba un motor turboalimentado de gasolina, de 1.4 litros el cual utilizaba carburador monocuerpo y turbocompresor Garret T2. Con este conjunto el bloque podía desarrollar 105 caballos de potencia, nada mal para la época. Una potencia que se vería incrementada hasta los 115 CV en 1986. 

Su potencia era suficiente, pero si mirábamos su peso nos encontrábamos con un coche de sobrada energía. No llegaba a la tonelada de peso, se quedaba en 900 kg, y con ello conseguía marcar una aceleración de 0-100 km/h en solo 8,5 segundos. La velocidad máxima rozaba los 200 km/h, quedándose en una cifra de 192 km/h. Viajemos a los años ochenta y hagamos comparaciones. Sin duda eran cifras muy buenas. 

Y no solo era motor y bajo peso. Los ingenieros recurrían a un cambio manual de cinco velocidades reforzado, una dirección más directa y una suspensión que rebajaba 30 milímetros la altura libre al suelo. Esto era en la parte delantera, pues en la trasera la rebaja era de 20 milímetros, una zona del vehículo que ganaba una barra estabilizadora más ancha. La puesta a punto era deportiva, encontrándonos a la vez con un coche cómodo en viajes largos.

En el interior, la instrumentación disponía de un indicador de la presión de soplado del turbo y los asientos contaban con mayor sujeción. Y el producto no hizo más que mejorar. A partir de 1986, con el restyling del modelo, los tambores traseros se sustituyeron por discos de freno, además de retoques estéticos que los diseñadores completaron. Y todo, en aquel entonces, por menos de 1,3 millones de pesetas. ¿No te hubieras comprado uno?