El Citroën Xsara Picasso fue el coche zeta más mítico de la Policía
Con el inicio del siglo XXI, el Cuerpo Nacional de Policía se nutrió de un buen número de unidades del Citroën Xsara Picasso, fabricado en Vigo.
Hace algunos días, la Policía Nacional anunció la renovación de su flota de vehículos con 2.200 unidades, así que hemos querido recordar el coche zeta más mítico de la Policía: el Citroën Xsara Picasso.
A lo largo de la historia, ha habido muchos coches zeta de la policía que han quedado grabados en la memoria de muchos españoles. Podríamos hablar de aquel Talbot Horizon de los 80 o, yendo más atrás en el tiempo, el Seat 1500 de aquella España en blanco y negro.
Pero, si hay un coche zeta de la policía mítico, ese es el Citroën Xsara Picasso, el monovolumen compacto que catapultó a la marca de los chevrones a las primeras posiciones en los rankings de ventas, a principio de los 2000.
El Citroën Xsara Picasso fue el coche zeta más mítico de la Policía
En realidad, la relación del Cuerpo Nacional de Policía con Citroën empezó mucho tiempo antes, cuando los agentes empezaron a patrullar las ciudades españolas en un Citroën BX.
Más tarde, llegaría el Citroën Xantia, que estuvo en servicio entre 1998 y 2002 e incorporó la versatilidad de la suspensión Hidractiva.
Pero, con el inicio del siglo XXI, el cuerpo de policía se nutrió de un buen número de unidades del Citroën Xsara Picasso, modelo Made in Spain, salido de la planta de Vigo, elegido por su amplitud interior y su polivalencia.
La primera generación patrulló entre 2003 y 2010. A esta, le sucedió la segunda, ya como Citroën C4 Picasso, pintada totalmente de azul, a excepción del techo, que seguía siendo blanco).
Curiosidades del Citroën Xsara Picasso de la Policía
Como curiosidad, en julio de 2007, la Policía Nacional recibió 1.000 unidades del Xsara Picasso para modernizar y adecuar su flota. Pero un fallo de diseño obligó a ordenar el cambio del sillón del conductor.
La razón fue que, entre la mampara de protección que separa a los agentes de la zona de detenidos, tras el asiento del conductor, se encontraba una barra metálica para alojar equipamiento propio de los agentes.
Esta barra provocaba un problema de confort importante para el agente que conducía el monovolumen y, tras una protesta colectiva, se reformaron los asientos de cada unidad. En realidad, no era un defecto de fabricación del coche, sino un problema derivado de su adaptación a vehículo policial.
Otro dato curioso es que, a pesar de los años transcurridos y de los vehículos nuevos que se han ido incorporando a la flota de la policía, todavía quedan algunos Xsara Picasso en servicio, como el que hay en el Museo del Prado.
Etiquetas: Coches Policía
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