Cinco coches que marcaron la historia de Jaguar
Algunos de los deportivos más espectaculares de todos los tiempos
Este año la marca británica está de enhorabuena, ya que se cumplen nada menos que cien años de su fundación. Y qué mejor momento que este para recordar los cinco coches que marcaron la historia de Jaguar.
Hoy, el fabricante de Coventry atraviesa un momento difícil, con una cuota de mercado cada vez más reducida y al borde de la desaparición. Su futuro pasa por convertirse en una marca exclusivamente eléctrica, algo que ocurrirá a partir de 2025.
Sin embargo, a lo largo de esta centuria, Jaguar se ha labrado un prestigio, gracias a su presencia en la competición, como en Le Mans, y por haber producido algunos de los deportivos más bonitos de toda la historia del automóvil.
Jaguar XK 120
El XK 120 fue el primer deportivo de la marca en la posguerra, una época difícil para una Europa que tenía que reconstruirse, tras la barbarie nazi. Este modelo sucedió al SS 100, cuya producción cesó en 1940.
Fue presentado en el London Motor Show en 1948 como vehículo de prueba para el futuro Jaguar XK, pero fue tal la sensación que causó que Williams Lyons, presidente de la compañía en aquella época, decidió llevarlo a producirlo.
La denominación 120 hacía referencia a su velocidad máxima en millas por hora (193 km/h), que lo convertía en el vehículo de producción más rápido del mundo en el momento de su lanzamiento.
Estuvo disponible con tres carrocerías: roadster, coupé dropead y cupé cerrado. La versión dropead era la más lujosa y tenía un interior revestido en madera.
Jaguar D-Type
El Jaguar D-Type era un coche destinado a la competición, concretamente, para competir en las 24 Horas de Le Mans. Sustituyó al C-Type, aunque compartía el motor de seis cilindros de 3.4 litros, aumentado después hasta los 3.8 litros.
La principal novedad consistía en la inclusión de un chasis monocasco y tecnología procedente de la aeronáutica para mejorar la eficiente. Debutó en 1954, aunque un problema con el filtro del combustible le permitió obtener un mejor resultado.
El Jaguar D-Type dominó la carrera de Le Mans durante tres temporadas, de 1955 a 1957. Después, la marca se retiró de la competición y utilizó el chasis del D-Type para construir el XK SS.
Jaguar XK SS
Tras retirarse de las carreras, Jaguar decidió construir un nuevo modelo sobre el chasis restante del D-Type, introduciendo una serie de modificaciones para aumentar la practicidad del vehículo.
Añadió un asiento más, para convertirlo en un biplaza, otra puerta, un parabrisas completo y más ancho y una capota. Fue uno de los coches de Steve McQueen.
Jaguar E-Type
A principios de los 60, apareció el que es para muchos el coche más bonito de todos los tiempos. Así, al menos, lo veía un tal Enzo Ferrari, cuyos deportivos ya habían alcanzado la fama mundial.
Estéticamente, se caracterizaba por un enorme capó con cerrojos exteriores en las primeras unidades, unos faros ovalados cubiertos por un cristal y parachoques cromados. En 1967 apareció la Serie 2 que eliminaba la carcasa de los faros y modificaba los paragolpes y la disposición de las ópticas traseras.
Las primeras unidades montaban un motor de seis cilindros de 3.8 litros procedente del XK6, pero después pasó a un motor de 4.2 litros más prestacional. Estaba equipado con una caja de cambios manual de cuatro velocidades, discos de freno en las cuatro ruedas, suspensión trasera independiente y barra de torsión delantera.
Se mantuvo en producción hasta 1975, en tres series diferentes, con más de 70.000 unidades vendidas.
Jaguar XJ220
En los años 80, en la planta noble de Jaguar empezaron a soñar con la idea de producir un deportivo capaz de competir con el Ferrari F40 o el Porsche 959, dos referentes de la deportividad en la época.
En Salón del Automóvil de Londres de 1988, la marca británica presentó un prototipo del XJ220, llamado así porque pretendía alcanzar las 220 mph de velocidad máxima (350 km/h).
El coche fue desarrollado junto con Tom Walkinshaw y montaba un motor V12 de 6.2 litros con cuatro válvulas por cilindro, árboles de levas cuádruples y 500 CV enviados a las cuatro ruedas, a través de un sistema desarrollado por FF Developments. Además, contaba con puertas de estilo tijera, como las del Lamborghini Countach.
En 1992 llegó finalmente la versión de producción del XK220, radicalmente diferente al prototipo: tenía un motor V6 3.5 litros con tres turbocompresores Garret que producía 542 CV y 645 Nm de par, dirigidos a las ruedas traseras. Alcanzaba los 320 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos.
El jaguar XJ220 fue el coche de producción más rápido de la historia, hasta la llegada del McLaren F1 en 1994.
Descubre más sobre Álvaro Escobar, autor/a de este artículo.
Conoce cómo trabajamos en Autobild España.