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Comparativa: Volkswagen Polo 1.0 TSI vs Mazda2 1.5 SkyActiv-G

Volkswagen Polo vs Mazda2
Hace pocos años, los coches pequeños diésel eran los estrellas de sus respectivas gamas. Ahora, la tendencia ha cambiado y los eficientes motores de gasolina serán los dueños de este segmento.

Algunos le predicen un negro futuro a los motores diésel. Tanto que se atreven a decir que "el gasoil está muerto". Me parece un pronóstico hecho demasiado a la ligera, lo que sí veremos es que los diésel, poco a poco, irán abandonando las ciudades y centrarán su utilización como coches de largo recorrido. Es decir, para aquellos conductores que suelen hacer muchos kilómetros. Hoy, comparamos el el Volkswagen Polo 1.0 TSI contra el Mazda2 1.5 SkyActiv-G.

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En las urbes, veremos cada vez más coches eléctricos, híbridos y, por supuesto, los más baratos y sencillos motores de gasolina que durante años han estado desterrados.

Volkswagen Polo 1.0 TSI vs Mazda2 1.5 SkyActiv-G

Los protagonistas de esta comparativa son dos perfectos ejemplos de cómo conseguir un buen propulsor de gasolina tomando caminos totalmente diferentes. Por orden alfabético, en un lado está Mazda, una marca que tiene una filosofía definida en materia de ingeniería y a la que le gusta buscar sus propias soluciones. Si la mayoría de los fabricantes apuestan por los motores turboalimentados, a estos japoneses le gusta un tradicional cuatro cilindros atmosférico de 1,5 litros al que han elevado la relación de compresión hasta 14:1. Esta cifra es muy alta, para que te hagas una idea, un Porsche 911 GT3 con su motor bóxer atmosférico de 500 CV tiene una compresión de 13,2:1.

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El Mazda2 no ofrece tanta potencia, pero sí unos interesantes 115 CV, que se desenvuelven a la perfección con su carrocería (de 1.050 kg). En el lado opuesto, literal y mecánicamente, se encuentra el Volkswagen Polo, con su motor de tres cilindros turbo de solo 999 centímetros cúbicos, que es el perfecto ejemplo de downsizing: poca cilindrada y sobrealimentación para obtener mucho rendimiento. El motor 1.0 TSI ofrece 115 CV y, lo mejor, mayor par que su rival (200 Nm frente a 148) a menos revoluciones (2.000 rpm contra 4.000). Si lo llevas suave, este pequeño bloque alemán te gustará por el bajo consumo medio que es capaz de ofrecerte, ya que puede moverse en los 5,0 l/100 km con facilidad. Pero si quieres aprovechar toda su energía, prepárate a medias cercanas a los 8,0 l/100 km. Además, el cronómetro demuestra que una vez que el motor del Volkswagen supera los 100 km/h es más contundente que su rival (sobre todo en recuperaciones). Pero el propulsor del Mazda es mucho más estable en su línea de consumos cuando pretendes disfrutar de las virtudes de su motor.

Otro punto a favor del Mazda2 es la ausencia de vibraciones del bloque de cuatro cilindros frente a los tres del Polo. Me gusta más el tacto de conducción del coche japonés, las sensaciones que me transmite... Pero si únicamente se atiende a las cifras, el motor del Volkswagen es más completo que el del Mazda. 

En materia de comportamiento, los dos coches están a gran altura. El Mazda recurre a una suspensión suave, que absorbe bien los baches y que no necesita de unos amortiguadores de tacto duro para ofrecer mucho aplomo sobre el asfalto. Sin duda, el japonés lo hace muy bien, pero es justo reconocer que el alemán está un poco por encima. Al conducirlo, te produce la impresión de que estás al volante de un coche del segmento superior: frena muy bien (de 100 a 0 km/h en 35,1 metros), pasa con mucho aplomo por las curvas rápidas y su suspensión filtra muy bien las irregularidades. 

Donde el Polo se desmarca de su rival es en la habitabilidad. Aunque ambos tienen una longitud similar (4.060 mm para el Mazda y 4.053 el Volkswagen), lo cierto es que el alemán aprovecha mucho mejor el espacio. ¿El secreto? La mayor anchura interior que proporciona la plataforma modular MQB A0 (la misma que la del Seat Ibiza). En el VW, nada más sentarte en las plazas delanteras, te acoge una agradable sensación de espacio. He medido un ancho a la altura de los hombros de 138,5 cm frente a las 135 del Mazda2. Sí, son sólo 3,5 cm, pero te aseguro que se notan. No obstante, los diseñadores japoneses han aplicado el truco de hacer un salpicadero de poca altura para conseguir una atmósfera de mayor espacio. Este truco sale bien parado en las plazas delanteras, pero en las traseras no tiene nada que hacer: hay poco espacio para las piernas y dos adultos de 1,80 metros no viajarán nada cómodos. 

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En la capacidad de su maletero, el Mazda2 también anda un poco justo: menos de 300 litros (en este caso 280 l) es muy poco en un utilitario de 2018. El Polo se desmarca con 351 litros de capacidad, que se pueden incrementar hasta los 1.125 si abates los respaldos de los asientos traseros (en el Mazda2, 950 litros). Pero, si la longitud de las carrocerías es similar, ¿dónde pierde tantos centímetros el japonés? Pues se los deja en el morro, es decir, en la parte delantera. El lenguaje Kodo (nombre con el que Mazda denomina su ADN de diseño) apuesta por un capó largo, deportivo y elegante; que resta espacio al habitáculo. 

¿Y en cuestión de dinero? En este caso no hay diferencias. Las versiones de acceso con los motores de gasolina de 115 CV tienen precios similares. Por unos 18.000 euros (sin descuento) te los llevas a casa. 

Opinión

¿Mazda2 o Polo? Si haces caso a nuestro protocolo, está claro que el VW gana por goleada pero el Mazda, excepto por su habitabilidad, está muy cerca de su rival. Si me dejan el japonés a un precio tentador, me olvido del equilibrado coche alemán.

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