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Panda Raid 2018: AUTO BILD supera el desafío en la 10ª edición

Panda Raid 2018
Panda Raid 2018: AUTO BILD completa todo el recorrido de la 10ª edición... con un Panda muy especial.

Un Panda, una segunda rueda de repuesto, una eslinga de 5 metros, un gancho de remolque, botiquín, una toma de mechero, cubre cárter, cubredepósito de gasolina, dos extintores de 2 kg (o uno de 1 kg), papeles en regla, pasaporte… y a disfrutar. Estos son los requisitos que exigía la organización del Panda Raid 2018, un desafío que en la décima edición iba a suponer para AUTO BILD un doble reto: completar todo el recorrido y hacerlo con un Fiat Panda Cross 4x4 moderno... por primera vez en la historia de esta prueba. 

Hace una década, un grupo de aficionados  a los coches  -y a muchas de las drogas duras que existen con olor a gasolina- decidieron montarse un recorrido por tierras marroquíes en torno a un modelo mítico: el Panda. El invento funcionó y ahora es un equipo de 50 personas el que organiza esta divertidísima prueba cada año, con el objetivo de que cientos de personas vivan en primera persona lo más parecido a un Dakar… pero con sus propios coches.

Madrid-Marrakech... ¿en un Panda?

Estos tienen que ser Seat Panda 35, 40 o 45, Seat Marbella o Fiat Panda (en versiones 4x2 o 4x4). Cada vez, la lista de espera para entrar crece exponencialmente y entre los que aspiran a ello, ya hay pasaportes de una decena de países además de España (Portugal, Italia, Argentina...). Incluso, hay una pareja de españoles que viene cada año desde Camboya para participar ¡y hasta ganan etapas!

Panda Raid 2018
Rodrigo Fersainz

Miles de kilómetros de pistas, dunas, trialeras, pedregales, ríos (con agua o secos), lagos y asfalto roto que esperaban a los casi 350 coches inscritos en esta décima edición. Y AUTO BILD no ha querido perderse esta aventura… aunque hayamos participado con un vehículo ‘un poco’ diferente al del resto... 

¿Un Fiat Panda… último modelo?

Para conmemorar un aniversario tan redondo, nos propusimos hacer el mismo recorrido de más de 3.000 km en total por pistas, oueds (ríos) secos o no, asfalto roto... pero, por primera vez, en un Fiat Panda 4x4 nuevecito (versión Cross, con motor bicilíndrico de 857 cc y 69 CV).

Y ojo: porque si bien desde el Circuito del Jarama hasta Motril todo debería ir bien, con todas las comodidades y la teórica fiabilidad de un automóvil moderno, en cuanto desembarcáramos en suelo marroquí, íbamos a estar igual de vendidos (o más) que el resto, con una máquina con electrónica y elementos que serían muy difíciles de reparar en medio de un desierto, sin el camión de recambios para los clásicos como asistencia y sin que los mecánicos locales estén preparados para solucionar esos problemas.

Panda Raid 2018
Rodrigo Fersainz

Así que, sin duda, el reto de hacer el raid con un Panda con el que nunca había participado nadie antes y cuidar la máquina hasta ese punto era ya de por sí lo suficientemente apetecible. 

La fiesta del off-road

Dicen muchos participantes que lo bonito del Panda Raid empieza inmediatamente después de que acabe la edición anterior, porque queda por delante un año entero para ‘cacharrear’ en ratos libres, buscar desguaces, piecerío por internet y preparar el bólido para el gran desafío. Pero cuando todo empieza, cada kilómetro es en realidad una aventura.

Luego, esta fiesta del off-road empieza muy rápido y uno debe adaptarse al entorno cuanto antes. Tras cinco horas de ferry a Nador, 80 km a oscuras, lluvia torrencial, barro y una heladora noche el lago Mohamed V que paso durmiendo en el coche, nos da la bienvenida la etapa más larga de este Panda Raid 2018, la de 386 km, hasta Tansikht. Pronto nos encontramos los primeros percances mecánicos en recorridos 4x2 y 4x4 apenas diferenciados por un rutómetro muy bien hecho, en el que el copiloto no necesita estresarse tanto como en un rally de regularidad... y el conductor, acostumbrado a sufrir todo tipo de prohibiciones fuera del asfalto, disfruta como un niño en cada metro, poniendo a prueba su habilidad: hay que cuidar la máquina, pero mientras todo vaya bien... ¿por qué preocuparse demasiado? 

Bajadas un poco los presiones para traccionar mejor en zonas complicadas, debes evitar (más) pinchar con las piedras afiladas, cuidar los bajos atacando los desniveles de lado, seguir los caminos y la brújula en la dirección y los grados marcados... y lanzarte a las zonas de arena sin perder inercia y dando gas en todo momento.

Los delantera sufren lo suyo; los 4x4 deben trabajar también (el nuestro, con tracción total permanente y selector de bloqueo mediante ruleta, pasa todos los obstáculos con una facilidad pasmosa, pero lo vigilamos todo con lupa). 

Antecedentes ‘penales’

Es hora de confesar que yo me estrené con un Seat Panda 40 Sprint de 1986 comprado nuevo por mi madre ese año, en un precioso azul metalizado original (extra chulón que encarecía un poco un utilitario que costaba 500.000 pesetas “franco fábrica”) con la línea de velocidad en gris y la parrilla delantera en negro mate.

Y cuando un día se gripó, unos amigos nos regalamos otro casi igual, del 85, pero de tercera mano y que se caía a trozos. Así que a este cochecillo le agradezco mis primeros años de movilidad, lagoteo, escarceos off-road en busca de intimidad… y cursillo acelerado de mecánica, porque la poca tecnología que tenía este modelo era tan poco fiable en mi machacada unidad como fácil de reparar.  

Seat Panda
Seat Panda

Seat fabricó este modelo bajo licencia Fiat desde 1980 a 1986, cuando rompió con la matriz italiana e independizó el modelo como Seat Marbella. Pero el verdadero invento original venía de Turín. El Fiat Panda nació en 1980 como un utilitario práctico, y espacioso, con un diseño eminentemente urbanita (sigue siendo considerado un hito en la carrera del carrocero Giorgetto Giuggiaro) pero con concesiones a las necesidades rurales en cuanto a geometrías, capacidad de carga y versatilidad interior.

Además, en el Fiat Panda también conoció una interesantísima versión 4x4 desconectable mediante palanca mecánica.

Panda Raid 2018
Rodrigo Fersainz

Como se vendió hasta 2003, el Fiat Panda conoció también muchas mejoras y actualizaciones como el motor de inyección.Por eso, hay una tendencia creciente a inscribir estos Panda de tracción total en el Panda Raid. 

¿Relax? ¡Disfrute!

Como no luchamos por los puntos, mi compañero Juanma y yo nos podemos parar a ayudar a todos los participantes que nos encontramos. A veces basta con un empujón; otras, con cambiar una rueda o limpiar carburador y chiclé; un portugués nos habla de aumento de temperatura y hay que rajar los vinilos que tapan la rejilla de ventilación del capó...

Para los empanzamientos, el mejor método es balancear el coche entre dos o tres (un Panda no pesa mucho), meter a la vez las planchas en las ruedas delanteras y empujar en cuanto el de dentro meta primera.

Panda Raid 2018
Rodrigo Fersainz

Y si no hay cura de urgencia, esperar a que el coche escoba te remolque hasta el siguiente campamento (donde hay recambios y mecánicos) o el pueblo más cercano para buscar un taller.  

Panda Raid 2018
Rodrigo Fersainz

Nuestro eficaz Fiat Panda Cross 4x4 bicilíndrico, de menos de un litro y 69 CV, lleva de serie hasta el alumbrado, que también resiste para admiración de propios y extraños. “Buen sucesor del clásico, ¿eh?”, nos gritan compañeros de ruta. Benni Taddjite, Errachidia, Merzouga, Tafraoute, Tansikht y final en Marrackech, donde un Panda se marca un Carlos Sainz y se para a pocos metros del podio. ¡Y ojo, que aún hay que volver a casa con lo puesto! 

Panda Raid 2018
Rodrigo Fersainz

Salvo el chirrido de una correa (que desapareció solo en la siquiente trialera) y el labio del parachoques que se descolgó un poco en una duna, la única incidencia en este Panda Raid 2018 de nuestro Panda Cross 4x4 fue un pinchazo cerca de Zagora, al sur del país. ¡Y eso que todo era de serie!  

Antes del ferry de Tánger, un aguacero cierra un peaje. Una madre y una hija de Orense tratan de arrancar un “Panda de Lokas”, con pegatina reivindicativa y todo. “¿Habéis probado un chute de 3 en 1 en el Delco? ¡Es de primero de Panda!”, bromeamos. “¡Brum!” (rugido de motor por respuesta). Este reportaje va por Carlos (reciente ganador del Dakar 2018), por ellas... y por todos los valientes pandeteros que han participado en esta increíble aventura. 

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