Fabio Quartararo: ¿paciencia con él o decepción?

Nos encontramos en la última parte de la temporada 2015, momento en el que todo lo conseguido en un año puede irse al garete, pero también enmendar los malos resultados en los últimos circuitos del calendario. Fabio Quartararo está en ese momento de la temporada, porque a día de hoy hay una respuesta que planea sobre el ambiente y cuya respuesta se antoja complicada ¿paciencia con él o decepción?

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El francés aterrizaba en el Mundial con el escaparate de bicampeón del mundo del CEV, y con un talento en su pilotaje que recordaba a los grandes de este deporte. De hecho, las primeras comparaciones, odiosas como siempre, le ponían a la altura del mismísimo Marc Márquez, añadiendo un extra de presión sobre un piloto al que le cambiaron el reglamento de MotoGP de manera expresa para que diese el salto a la élite. 

Prometedor estreno

Con todo esto, Quartararo afrontaba una temporada difícil para él no sólo por el hecho de que era un rookie que tenía que conocer rápidamente la categoría y los circuitos, sino porque los flashes apuntaban hacia él. En Qatar tuvo un estreno a la altura de las expectativas, con una meritoria séptima posición que pudo haber sido mejor. La confirmación de su talento e intenciones llegó en Estados Unidos, donde sólo un superlativo Danny Kent pudo terminar por delante del piloto galo, que ya avisaba de lo que podía hacer. 

Tras salvar la complicada carrera de Argentina con un sexto puesto, en Jerez Quartararo peleó por primera vez por hacerse con la victoria de forma verdadera. Sin duda alguna fue el piloto que más espectáculo dio a todos los aficionados desplazados hasta la pista gaditana, tanto que en la última curva se jugó un adelantamiento quizás excesivamente ambicioso que le privó del podio. 

Trío de reveses

Llegaba uno de los circuitos marcados por Quartararo en el calendario, el de Le Mans. El público francés vería a su principal valor de futuro batirse en el mítico trazado Bugatti, aunque las esperanzas de todo el mundo se frustraron cuando Quartararo sumó el primer cero de toda la temporada en el aguacero de Le Mans. 

Le llegaba el turno a Mugello, y de nuevo Quartararo cometía un error que le hacía salir sin sumar puntos de la Toscana. El mejor antídoto para disipar las dudas llegaba en Montmeló, pero ese fin de semana no le fueron bien las cosas, y terminó luchando por sumar unos míseros dos puntos que le sabieron bastante a poco. 

Una de cal y otra de arena

Se necesitaba una reacción de Quartararo, y esta llegó en Assen, donde también opositó a la victoria, aunque finalmente fue inteligente y consiguió una fantástica segunda posición. Sin embargo este éxito se quedó minimizado tras una nueva caída, esta vez en la República Checa. En Gran Bretaña sufrió un problema de visera bastante serio, pero su compromiso y buen hacer hicieron que alcanzase la cuarta posición, mientras que en la última carrera, en Misano, se fue al suelo en los primeros libres con lesión incluida. 

De esta forma, el balance de la temporada de Quartararo es bastante volátil, donde ha combinado buenas actuaciones con errores de bulto. Sus ganas de demostrar el buen piloto que es, junto al rumor que merodea el paddock diciendo que el año que viene militará en el Leopard Racing, le han hecho despitarse ligeramente de su principal objetivo en 2015, aprender. Esto le ha llevado a tomar más riesgos de la cuenta, tal y como vimos en Misano. Llega Motorland, otro de esos circuitos en donde debería despuntar, pero habrá que ver cómo llega su pie y, sobre todo, su cabeza.