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Este es el Maserati Quattroporte que lo cambió todo

El Maserati Quattroporte IV nació en el año 1994 y llegó como uno de los primeros proyectos de la nueva etapa de Maserati dentro del Grupo Fiat. Hasta entonces el Quattroporte era una berlina de lujo, pero a partir de entonces comenzó a ser más deportiva. El diseño de Marcello Gandini, el genio que dibujó el Miura, todavía sigue sin pasar de moda: el Maserati Quattroporte que cambió el rumbo de la empresa.

El Maserati Quattroporte IV nació en 1994, solamente un año después de que Fiat comprara Maserati. Fue un momento de cambio, de ruptura, de innovación y de mirar al futuro con decisión. Posiblemente sea el modelo con el que comenzó el cambio de rumbo de la marca, tras años muy difíciles cambiando de manos: primero Citroën y después De Tomaso. Maserati necesitaba un revulsivo y el Quattroporte de cuarta generación sería el encargado de dar la vuelta a una marca en horas bajas.

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Hasta entonces, los Maserati Quattroporte eran berlinas de representación con un diseño italiano, atractivo, pero que no daban apenas importancia a la deportividad. Fiat quería convertir a Maserati en una marca con un marcado carácter deportivo, para berlinas elegantes ya tenía a Lancia, y con el Quattroporte IV iban a dejar muy claras sus intenciones: ficharon a Marcello Gandini, diseñador de los Lamborghini Miura o Countach, entre otros, y le ordenaron crear una berlina contundente, atemporal y deportiva.

El resultado fue sorprendentemente sobrio, pero su diseño, más de 20 años después de su lanzamiento, sigue plenamente vigente. El nuevo coche era más pequeño, más aerodinámico y más potente, mucho más potente. Fiat le colocó un V6 biturbo de 2.8 litros y 284 CV, con el que llegaba a los 255 km/h y le permitían obtener unas prestaciones más que destacables. Más tarde llegaría el motor V8 de 3,2 litros del Maserati Shamal, con 336 CV, este Maserati ya era algo serio.

Sin duda lo más interesante del Maserati Quattroporte IV fue el peso, el más ligero de todos los Quattroporte: ¡era tan ligero, que incluso un Maserati Granturismo MC Stradale, aligerado y casi sacado de los circuitos, es más pesado que la cuarta generación del sedán de Maserati: en la báscula se conformaba con 1.543 kg. Su interior mantenía un lujo comedido, de nuevo discreto y sobrio, pero elegante. Los compradores podían elegir entre una caja de cambios manual de seis velocidades o una automática opcional de cuatro marchas. 

Hasta el fin de su producción, en el año 2001, se vendieron solamente 2.400 ejemplares. Con la siguiente generación, Maserati dio un gran salto en términos de estética y el éxito de la quinta generación fue espectacular, pero el que comenzó todo fue el Maserati Quattroporte IV. La actual generación ha vuelto al pasado para perder deportividad y ganar en términos de lujo, solamente el tiempo dirá si esta estrategia es la mejor opción.

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