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Coches solo para quien tiene dinero por castigo, Rolls Royce Wraith

Rolls Royce Wraith

El Rolls-Royce es uno de los coches más caros que se pueden comprar y tiene el título de ser el más potente que ha fabricado la marca británica en sus 117 años de historia.

A lo largo de 117 años de historia, Rolls-Royce se ha ganado por derecho propio el título de uno de los fabricantes de automóviles más prestigiosos. Y lo ha conseguido gracias a coches como este, el Rolls-Royce Wraith, uno de los más exclusivos que ha fabricado la marca de Goodwood. 

El Salón de Ginebra de 2013 acogió la presentación mundial del Rolls-Royce Wraith, un elegante coupé rebosante de lujo, refinamiento y exclusividad, que rendía homenaje a otro modelo que ya comercializó la firma británica ente 1938 y 1939 con el mismo nombre. Si bien, esa denominación se ha repetido en otros modelos posteriormente. 

Aquel Wraith de 1938, nacido cuando Europa se preparaba para una nueva guerra, era un precioso coupé de líneas elegantes, equipado con un motor de seis cilindros en línea y 4.25 litros, ligado a una caja de cambios manual de cuatro relaciones. En total, se fabricaron unas 490 unidades. 

El Wraith del siglo XXI estaba inspirado en aquel, pero tenía poco que ver. Siguiendo su filosofía: ‘Toma lo mejor que exista y mejóralo. Cuando no exista, diséñalo’, Rolls-Royce creó una auténtica obra de arte que, además, escondía una sorpresa bajo el capó. Nada menos que el motor más potente de la historia de la firma. 

 

Coches solo para quien tiene dinero por castigo, Rolls Royce Wraith

Basado en el Ghost, el diseño del Rolls-Royce Wraith aunaba los genes que han caracterizado a la marca lujo británica en sus 117 años de historia con un carácter un poco más atrevido y deportivo. 

De hecho, con el diseño de este coupé, el fabricante de Goodwood introdujo un soplo de aire fresco a su imagen y demostró que también era capaz de crear coches modernos. 

Como es natural, el Wraith inspira dinamismo y elegancia por los cuatro costados, pero en un formato coupé de dos puertas con una bonita carrocería bitono combinada con una línea de cintura elevada, unos marcados pasos de rueda y una pronunciada caída del techo. 

En el frontal, destaca la gran parilla presidida por el 'Espíritu del Éxtasis', que sigue siendo la marca de la casa, al igual que las grandes y elegantes puertas de apertura en sentido contrario, tipo suicida. 

Hay algunos cambios en las dimensiones con respecto al Ghost del que deriva. El coupé tiene 18 centímetros menos de distancia entre ejes, es 24 milímetros más ancho en la vía trasera y es cinco centímetros más bajo, por lo que gana un centro de gravedad más reducido. En total, el Wraith mide 5.27 metros de longitud.

Bajo un cielo estrellado

Rolls Royce Wraith

En el interior se mantienen los estándares de la marca. No existe ni un solo detalle descuidado o implementado en material de baja calidad. Cada rincón del habitáculo está completado con materiales y piezas especiales que han sido tratados y ensamblados a mano con un altísimo cuidado.

Según anunciaba la marca en el momento de su presentación, el interior del Wraith había sido diseñado para transmitir la sensación de estar en un yate de lujo. No sabemos si en un yate, pero gracias a su techo iluminado por 1.340 bombillas individuales en fibra óptica tejidas a mano, daba la sensación de estar bajo un cielo estrellado. 

Por supuesto, ni qué decir tiene que todo el habitáculo estaba revestido con pieles de la mejor calidad, con detalles como los butacones delanteros o las alfombrillas de lana virgen.

El motor más potente de la historia de Rolls-Royce

Rolls Royce Wraith

Pero, además del lujo desbordante, el Rolls-Royce Wraith ha pasado a la historia como el más potente jamás fabricado, hasta el momento. Recurría a un motor V12 biturbo de 6.6 litros con inyección directa de gasolina, que proporcionaba 624 CV y 800 Nm entre las 1.500 y 5.500 rpm. 

El motor estaba asociado a una caja de cambios automática ZF de ocho relaciones. Con esta configuración, era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 4,6 segundos, un registro notable, teniendo en cuenta su peso de 2.360 kg. Además, alcanzaba los 250 km/h de velocidad máxima. 

Para garantizar un confort total a los pasajeros, el Wraith estrenó la tecnología  Satellite Aided Transmision, que reducía los esfuerzos del motor, anticipando las acciones del conductor y seleccionando automáticamente la marcha correcta. 

Igualmente, incluía un sistema de suspensiones que leía el asfalto para realizar cálculos que permitieran al coche pasar sin inmutarse por encima de las irregularidades.

Solo para gente con mucho dinero

Rolls Royce Wraith

Lamentablemente, este tipo de coches no están fabricados para cualquiera. Solo unos pocos privilegiados pudieron tener acceso a él.

En su día, salió al mercado con un precio de tarifa de 245.000 euros, sin incluir impuestos. Aunque esa cantidad se disparaba por las nubes en cuanto el cliente comenzaba a incluir extras… Actualmente, en el mercado de segunda mano, puede superar los 300.000 euros

Posteriormente, la marca hizo algunas ediciones especiales y limitadas, como el Wraith Kryptos, del que solo se hicieron 50 unidades, o el Eagle VIII, creado por el departamento Bespoke Collective de Rolls-Royce. De ambas ediciones, solo se construyeron 50 unidades

Etiquetas: Superlujo

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