Rolls-Royce Sweptail: la berlina más cara del mundo

Rolls-Royce es, por definición, una de las marcas más caras y lujosas de la industria. Ahora bien, fue en 2017 cuando empezó a dar muestras de hasta que nivel podía llegar a rizar el rizo. ¿Por qué? Aquel año culminó un proyectó ultra exclusivo, de un modelo único desarrollado específicamente para un cliente, el Rolls-Royce Sweptail, la berlina más cara del mundo.

De hecho, cuando vio la luz, se convirtió en el coche nuevo más caro de la historia, título que luego le ha sido arrebatado por un modelo de la propia firma británica.

Ahora bien, ¿cuánto costó? Lo cierto es que el fabricante nunca ha llegado a dar una cifra concreta, pero Torsten Müller-Ötvös, CEO de la compañía, declaró que había sido “sustancialmente caro. Podrías decir con probabilidad que es el coche más caro en años... jamás construido".

Lógicamente los rumores no dejaron de sucederse y el que cobró más fuerza, y que no llegó a desmentirse, fue que el proyecto había costado la friolera de 10 millones de libras, lo que por aquel entonces suponía unos 11,5 millones de euros al cambio.

La historia de la berlina más cara del mundo

Todo comenzó cuatro años antes, con un encargo muy especial por parte de un cliente habitual de la marca inglesa, cuya identidad todavía a día de hoy se desconoce. El adinerado individuo, propietario también tanto de aviones como de yates, quería conducir sobre el asfalto el equivalente a estos, sobre todo a los últimos.

Así, Rolls-Royce se puso manos a la obra con unas directrices muy claras: crear un modelo único, inspirado en el mundo de la navegación pero que, además, también tomara rasgos de los modelos clásicos de la marca de los años 20 del siglo pasado.

Desde la marca tuvieron muy claro desde el principio cual iba a ser la base del proyecto, aunque con éste terminado apenas se pueda reconocer: el Rolls-Royce Phantom.

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Berlina más cara del mundo (4 imágenes)

El frontal es la zona más familiar, manteniendo la característica parrilla de los modelos de la firma, aunque custodiada por dos grupos ópticos dobles, con la parte inferior en forma de pilotos redondos, y con todo el conjunto encuadrado dentro de una moldura de aluminio, a juego con la propia parrilla.

Es en la vista lateral donde queda clara la peculiaridad del modelo, puesto que a partir del pilar A la caída del techo muestra una línea realmente alargada que hace que el vehículo termine mucho más atrás que el eje trasero, dando lugar a un voladizo posterior enorme.

Esta vista trasera, sobre todo desde un punto algo elevado, es la que más llama la atención. El techo está compuesto por cristal en su mayoría, en una forma de triángulo con su punta en la zaga y dejando a la vista un interior inspirado por los yates, con la madera oscura como protagonista combinada con cuero claro.

En la zaga propiamente dicha se recupera el formato de la moldura delantera, aquí en forma de ‘U’ y que une ambos pilotos, de orientación vertical, con el paragolpes.

Resulta curioso, además, que, pese a su enorme tamaño, en realidad se trata de un modelo de solo dos plazas. En el interior cuenta, además, con detalles como maletines integrados en las puertas, que van a juego con dos maletas, o un compartimento para alojar champán y dos copas para beberlo.

Por último, a nivel mecánico no se anunciaron modificaciones, así que se dio por hecho que el Sweptail utiliza la misma mecánica del Phantom, un motor 6.75 V12 con doble turbo que desarrolla 571 CV y 900 Nm de par máximo, combinado con una transmisión automática ZF de ocho relaciones.

Eso sí, se desconocen sus prestaciones que, debido a las modificaciones y presumible mayor peso que el del Phantom normal, deberían ser peores que las de éste.