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Coches míticos sólo para verdaderos amantes del motor: Porsche 930

Si los Porsche clásicos están subiendo de precio como la espuma, lo de los Porsche 911 está siendo de escándalo. Pues ahora, imagina los más especiales de esta saga. Por eso, dentro de nuestra serie de los coches míticos sólo para verdaderos amantes del motor, no nos podíamos olvidar del Porsche 930, uno de los 'Nueve once' más especiales con un ADN particularmente 'racing'. 

Conocido por la mayoría como Porsche 911 Turbo, su cotización hoy no baja de los 150.000-200.000 euros. Pero incluso si el presupuesto no fuera un problema para ti, habría que advertirte acerca de muchas cuestiones en caso de que estuvieras buscando un deportivo con historia para algo más que meterlo en una vitrina de tu exclusivo garaje y quisieras rodarlo de vez en cuando.

¿Es el Porsche 930 un vehículo utilizable? Por supuesto que sí, ya que esta característica es uno de las cualidades más perseguidas por la firma de Stuttgart desde el principio de los tiempos: hacer automóviles que en teoría puedan servir para (ganar) una carrera en un circuito y, al día siguiente, ir tranquilamente a la oficina a trabajar. Y de hecho, el 930 está singularmente ligado a la competición.

Pero antes de remontarnos a ello, tendrías que ser consciente de que a la delicada conducción que exige un 911 cualquiera antes de las ayudas electrónicas (por la configuración de su motor situado por detrás del eje posterior), en este caso hay que añadir una potencia 260 CV y un par de 330 Nm, desarrolladas por su motor de 3 l (una locura para 1975), un turbo con el retraso propio de entonces...

 

...Y una velocidad máxima de 250 km/h tras acelerar de 0 a 100 en 5,2 segundos en ese año, registros que se irían superando incluso en algunos de los 930 posteriores. No obstante, aunque el modelo estuvo en producción hasta 1989, la versión más brillante es la de 1984, con 330 CV, una aceleración 0-100 km/h de sólo 4,8 segundos y una punta de 278 kilómetros por hora.  

¿Y por qué los mandamases de Porsche no se conformaron a principios de los 70 con un coche las prestaciones del 911 Carrera 'normal'? Pues porque la era turbo acababa de irrumpir en el mundo de la competición y porque la nueva normativa de la FIA exigía que para participar en los Grupos 4 y 5 había que producir, al menos, 400 unidades 'de calle' del modelo inscrito. 

Así, Porsche preparó un 911 turboalimentado con motor 3.0, seis cilindros y denominación interna 930, que estéticamente tenía elementos aerodinámicos propios con el enorme alerón tipo 'cola de ballena' como principal elemento identificativo (que además de darle estabilidad, servía para mejorar la refrigeración). 

Denominado Porsche 911 Turbo (Carrera Turbo, en EEUU), el Porsche 930 no sólo obtuvo la homologación necesaria para competir ya en 1976, sino que su aceptación fue enorme desde el principio, sirvió como base para desarrollar los motores TAG que llevarían los McLaren de Fórmula 1 de los 80 y fue el comienzo de otra saga dentro de la ya legendaria familia del 'Nueve once'.   

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