Prueba Skoda Kodiaq Scout 1.5 TSI, ¿es el SUV más práctico del mercado?

El salto de calidad de Skoda ya no sorprende a nadie. De aquellos míticos Felicia al moderno Scala hay un evolución similar a la que ha supuesto la revolución tecnológica actual. Ahora ya sabemos que los modelos checos no envidian a sus rivales europeos en materiales, equipamientos, dinámico… Pero si si diferencian en algo: el espíritu práctico, que en esta prueba del Skoda Kodiaq Scout se elevan dos grados respecto al resto de la gama.

Las diferencias entre el Kodiaq y el Kodiaq Scout se centran en el exterior, donde el segundo se viste con un traje más aventurero y campero. Destacan las barras portaequipaje, los retrovisores de nuevo diseño, y, sobre todo, las protecciones de plástico en los bajos y pasos de rueda. Por dentro, son exclusivos del Scout la tapicería de cuero con asientos eléctricos, la pantalla del sistema multimedia o la iluminación ambiental de LED.

Es un coche grande, lleno de soluciones prácticas como ya conocemos en Skoda. Luego te las cuento todas, pero antes toca hablar del corazón de este Kodiaq, un motor 1.5 TSI de 150 CV que dada su baja cilindrada puede parecer pequeño para un coche que se pesa 1.661 kilos (y que verá su aforo y su maletero llenos muchas veces). Es una duda razonable que me asalta al pulsar el botón de Start y escuchar como el bloque empieza a latir. Escuchar… más bien poco, porque apenas llegan rumorosidad o vibraciones al puesto de mandos. Se asocia a un cambio DSG de doble embrague y siete relaciones, la combinación perfecta para aumentar la suavidad y refinamiento del conjunto mecánico. 

Arranco el Kodiaq Scout 1.5 TSI

Inicio la marcha con esa suavidad y el Kodiaq sube de velocidad con limpieza hasta alcanzar  y mantener cruceros legales sin problema, incluso a coche cargado. El apoyo del pequeño turbo se nota y solo en fuertes repechos notas que pierde algo de chispa, resopla bajando un par de relaciones. Lo que menos me ha gustado es el consumo, que se va algo mas de un litro  por encima de la cifra oficial.

En cambio el compromiso entre confort y eficacia en curva de este SUV me ha convencido. Piensa más en el pasaje y lo cuida con una suspensión que filtra bien los baches y las irregularidades, pero no se convierte en un barco cuando las curvas se acercan. Allí el chasis aguanta la compostura, los cambios de apoyo se digieren con naturalidad y una dirección de tacto durito te permite sentir con fidelidad lo que pasa bajo las ruedas. A la hora de frenar, el equipo con discos ventilados detiene sus anchos neumáticos 235/50 sobre llantas de 19 pulgadas con facilidad, incluso a coche cargado. Y si no necesitas tanto maletero, las dos plazas extra de la tercera fila vienen de serie y te sacan de un apuro en viajes cortos. Si son muy largos y llevas adultos, mejor pensarlo dos veces.

Con el maletero del Skoda Kodiaq Scout hasta arriba

Cargado hasta los topes puedes ir con un Kodiaq Scout cuyo volumen de maletero se mueve entre 650 y 2.030 litros. Por ejemplo, un Hyundai Santa Fe está entre 547 y 1.625 litros y un Kia Sorento se queda en 1.662 litros. Los asientos traseros se pueden plegar a distancia y las superficies regulares de la zona de carga facilitan el transporte de todo tipo de objetos, por voluminosos que sean. Skoda “tira” mucho de soluciones prácticas como el paraguas en la puerta delantera, las papeleras, el borde de plástico en las puertas para no rayar… pero sus mejor virtud es la capacidad de su habitáculo o enorme para los pasajeros y enorme para las maletas.

Y del precio, ¿hablamos?

Dotado de este motor 1.5 TSI, este Skoda Kodiaq Scout de la prueba es el acceso a la gama y eso le confiere un precio muy interesante. Se queda en 36.650 euros, una factura elevada y acorde con el equipamiento que oferta. con faros full LED, cámara de visión trasera, llantas de 19’’. barras de techo, portón eléctrico, climatizador bizona o volante multifunción de serie.